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[Reportaje] Low Festival, día 3: soltad a los perros. 

El domingo siempre suele ser un día un poco más complicado para los Lowers, al no haber TRAMNochador, volver a casa a altas horas de la noche se hace mucho más complicado.

Este es el primer año en el que me aventuré a ir en coche al Low, ni que fuera el domingo para no tener que buscarme la vida con buses que ya llevaban una semana completos. 

Así pues, revisé las redes del Low Festival para ver si facilitaban algún parking decente y habían varias opciones en la que mi acompañante y yo apostamos por una, un poco más alejada del evento (unos 15 minutos andando) pero que esperábamos estuviera más vacío.

¡Y así fue! Al llegar sobre las 19 de la tarde al parking, estaba prácticamente vacío y fue muy cómodo llegar andando al Low, incluso pudimos hacer una parada un poco antes para merendar en uno de los muchos establecimientos de Benidorm que hay cerca del festival.

Entramos mientras La Plazuela daba una fiesta con su estilo tan propio y castizo en el escenario MINI Benigar y La 126 abrían el Escenario Vibra Mahou, donde ya nos posicionamos para la primera gran cita del día: Crystal Fighters.

CRYSTAL FIGHTERS: CANTANDO SUS HIMNOS EN EL LOW

Crystal Fighters trajeron sus himnos al Low Festival. Foto por Jordi Laguía.

El primer concierto que esperábamos era el de los míticos Crystal Fighters.

El grupo de indie pop británico-español siempre es bienvenido en este tipo de festivales veraniegos y no por menos sus directos son afamados en todo el mundo, puesto que desde el minuto 1 nos demostraron que su dosis de buen rollo y energía es prácticamente irrepetible.

El Low Festival pudo disfrutar de un repaso por la carrera de la banda, viviendo temas como You and I o Love Is All I Got, entre otros muchos temazos que reunieron a gran parte del público del día en el Escenario Vibra Mahou para bailar sin parar durante más de una hora de setlist.

El escenario estaba bien adornado de plantas por todos lados, y el logo de Crystal Fighters en el centro, completamente iluminado, era el protagonista de un show visual impactante en el que las pantallas se llenaban de colores, formas geométricas e imágenes de la naturaleza que parece que metieron en hipnosis a un público que no cesaba de saltar y bailar tema tras tema.

Mención aparte merecen los cantantes principales de la banda, encabezados por Sebastian Pringle y Tobi Gems, que no paraban de saltar, moverse, cantar y hablar en un (casi) perfecto español para animar a un fiel público que les daba todo lo que tenían.

Un concierto de Crystal Fighters es una fiesta que mezcla la electrónica con el indie pop y parte de folk, con una estética claramente hippy y una base de fans que se dejarán los pies y las piernas en todos y cada uno de los temas de los británicos.

Una experiencia que nunca olvidaré y siempre recomendaré, incluso aunque no te guste especialmente la música de Crystal Fighters (yo iba sabiéndome 5 canciones contadas), te harán disfrutar de su música gracias a una combinación de un gran directo, buen juego audiovisual y una simpatía natural sin par.

ARDE BOGOTÁ: DESDE CARTAGENA HASTA CONQUISTAR EL PAÍS

Arde Bogotá llenó hasta arriba el escenario Vibra Mahou del Low Festival. Foto por Jordi Laguía

Después de Crystal Fighters y disfrutar en la lejanía del buen rollo de Carlos Sadness, nos volvimos a acercar al Escenario Vibra Mahou para hacer una visita a unos viejos conocidos de La MusiKalité: Arde Bogotá.

Nuestra relación con Arde Bogotá como medio ha sido estrecha desde recién comenzada la carrera de los murcianos, cuando giraban por pequeñas salas de nuestro país y nosotros les entrevistamos, compartimos sus éxitos y les dimos el apoyo que pudimos (dentro de nuestras capacidades) a una banda en la que vimos un talento peculiar.

El rock no ha muerto, el rock no se destruye ni se crea, simplemente se transforma y Arde Bogotá es uno de esos grupos que está transformando el rock en nuestro país. 

Con un Escenario Vibra Mahou hasta arriba, Arde Bogotá saltó al escenario para poner al Low patas arriba con el combo abrasador Clávame tus palabras y Cariño (celebradísima por sus fanáticos) que puso a bailar a todo Benidorm.

La vista desde el foso era impresionante. Miles de fans se volvían locos con cada canción que los de Cartagena les lanzaban sin miramientos. A lo oscuro fue el tercer tema que sonó en el concierto y la banda defendía sus canciones con energía incomparable. 

Salí del foso (tres canciones y fuera, ya sabéis) y desde la grada la impresión era aún mayor. El público estaba lleno a reventar de gente que saltaba, bailaba y se dejaba el alma en coronar a uno de los grupos nacionales de referencia hoy en día.

Ya mencionaron los propios Arde Bogotá que era casi irónico cantar Qué vida tan dura cuando a ellos les está yendo francamente bien, pero es que es un temazo que no puede faltar en ninguno de sus shows, siempre siendo una de las más coreadas en sus directos. 

Sonaron canciones de su último trabajo, Cowboys de la A3 (2023) como La Salvación, Escorpio y Sagitario o la propia Cowboys de la A3, pero tampoco se olvidaron de temazos más antiguos como Virtud y Castigo o Antiaéreo, de su EP El Tiempo y la Actitud (2020) que hizo las delicias de su público más fiel (y de mí mismo, que es el trabajo que más he escuchado de ellos con diferencia).

Con una actitud rockera y un outfit que la acompañaba, Antonio García, Dani Sánchez, Pepe Esteban y José Ángel Mercader dieron un show inigualable y espectacular por momentos, que sólo podía cerrar de una manera y todos imaginábamos cuál era.

Cuando sonaron los primeros acordes de Los Perros, se sintió un terremoto en Benidorm. El HIMNO por antonomasia del grupo resonó con miles de gritos. Es una canción que ha triunfado por su mezcla de estilo rockero con un estribillo exageradamente pegadizo que funciona perfecto para que suene en radio y en las playlist de Spotify de miles de festivaleros que iban a vivir su canción favorita en directo. Miles de móviles se alzaron para grabar el momento: Arde Bogotá se alzaban al estrellato de la música nacional.

Es un sentimiento muy dulce ver cómo una banda crece y tú creces con ellos. No soy el mismo chico que cuando Arde Bogotá hacía sus primeras giras. Mi vida ha cambiado al igual que la del grupo. Hemos evolucionado. Hemos cambiado. Y eso es bueno.

Por muchos más años viéndoles evolucionar.

LA CASA AZUL: GUILLE MILKYWAY SIEMPRE ME HACE FELIZ

El Low Festival para nosotros lo cerraban unos expertos en terminar la fiesta de la música en Benidorm: La Casa Azul.

Guille Milkyway y los suyos son ya unos expertos sobre las tablas y también unos clásicos a la hora de cerrar el Escenario Vibra Mahou y ellos lo saben y se sienten como en casa. 

Arrancaron con No hay futuro, No más Myolastan y Los chicos hoy saltarán a la pista, y ya se vio que desde el minuto 1 la energía estaba en un punto para que La Casa Azul se divirtiera en su directo como siempre lo hacen. El electropop convincente y pegadizo de los de Barcelona activó a los lowers que se agrupaban en el escenario principal.

“Es increíble como, sea la hora que sea y el día que sea, en este festival siempre la gente lo da todo. Es un domingo a las 2 de la madrugada y lo estáis dando todo. Estas cosas sólo pasan en el Low. Gracias.” Esto decía Guille Milkyway tras comprobar que el termómetro de los festivaleros estaba muy caliente y que podía dar rienda suelta al icónico directo de su banda.

Qué podemos decir de La Casa Azul que no se haya dicho ya. Tienen un frontman sublime y un directo medido hasta el último detalle, que acompañado de una carrera musical con varios hits inmortales hacen que todos sus conciertos sean citas imprescindibles para La MusiKalité.

Sonaron temas como A T A R A X I A, Superguay, La Fiesta Universal o Nadie Nunca Pudo Volar (con la que terminaron el concierto) entre otros, que siempre se agradecen y más con un público que convirtió el escenario en una pista de baile, pero destacaré mis temas favoritos del concierto que creo que sobresalieron con respecto a los demás. 

Podría ser peor es nuestro mantra favorito, nuestra religión, fue recitada por todo Benidorm y se nota que es una canción que pega muy muy fuerte. Una de las más celebradas y coreadas con diferencia y una canción que cada vez me llega más hondo. A veces estamos mal, pero siempre podría ser peor. 

La revolución sexual es una canción que me ha acompañado desde hace muchos años, cuando tuve que aceptar que era bisexual y salir del armario. Fue un punto crucial de mi vida y sentí comprensión por parte de un tema que ya forma parte del imaginario colectivo español y unirla con One More Time de Daft Punk fue una elección acertadísima haciendo gritar a todo un público que daba todo por cerrar un Low Festival 2024 histórico de la mejor forma posible.


Salimos del Low Festival mientras un remix de Podría ser peor sonaba a todo volumen y La Casa Azul se despedía. Había sido otro gran año en casa, disfrutando de la experiencia Lower y otro año en el que Producciones Baltimore borda un evento en Benidorm. 

Con propuestas variadas en cuanto a lo musical, un ambiente simpático entre los festivaleros y una organización impecable, cerramos otro Low Festival para La MusiKalité.

Un festival donde siempre se da todo.

Donde se llora, se salta, se ríe y se canta.

Gracias Low Festival.

¡Por muchos años más! 

Todas las fotos en flickr.

El reportaje del día 1 aquí y el del día 2 aquí.

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