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[Crónica] Rufus T. Firefly en La 2 de Apolo: Un reloj suizo de la psicodelia.

Rufus T Firefly en Barcelona. Fotos: Jaume Maneja

Me alegra haber podido tener la oportunidad de disfrutar, un sábado cualquiera como fue el pasado 11 de marzo, del directo de una banda como Rufus T Firefly. Sin duda, un concierto de estas características te alegra el día, pero más aún si contamos que es mi primera vez viendo en vivo al conjunto de Aranjuez, al que llevo siguiendo desde aquel excepcional Magnolia (2017), un álbum que se ha convertido ya en una obra de culto en el indie español. Un trabajo redondo lleno de letras que mezclan las referencias a la cultura popular, con una sinceridad y un alma cautivadoras, todo empaquetado con un sonido psicodélico poco visto en el panorama nacional.

Rufus aterrizan en Barcelona en una de las últimas fechas de la extensa gira que presenta el álbum El Largo Mañana (2021), que les ha llevado por media España y parte del extranjero, cosa que no dudan en destacar durante el espectáculo. Y lo hacen formando parte del Cruïlla de Primavera 2023, que siempre nos trae una gran variedad de artistas en las salas de la Ciudad Condal. Un concierto que, en palabras suyas, iba a ser muy especial.

La noche empieza con una de sus mejores canciones, Torre de Marfil, el corte de apertura de su último álbum. Realmente no puedo pensar en mejor introducción para el concierto. Las tenues luces iluminan suavemente a Víctor Cabezuelo y su teclado, que dan el pistoletazo de salida a la canción, para dejar entrar al bajo de Miguel de Lucas y luego explotar en un riff de teclado digno del mejor Bowie. A partir de un tema como este, solo puede continuar un concierto tremendamente bien engrasado.

Le prosigue Tsukamori, el primer tema de Magnolia, con un ritmo llevado completamente por la batería de Julia Martín-Maestro, seguido de El Largo Mañana, uno de los mejores cortes de su último trabajo. Vamos adentrándonos en la oscuridad, en la psicodelia, en el potente conjunto rítmico que tiene la banda de Aranjuez. A partir de ese momento, la mirada del público se desvía y deja de fijarse en la voz de Víctor para quedarse embobado con Julia. Sobre todo en la introducción de Sé dónde van los patos cuando se congela el lago. Julia es una de las mejores bateristas que he podido ver en mi vida y junto al bajo de Miguel y el apoyo del resto de la banda, conforman un sonido perfectamente bien pulido. Es tremendamente fácil entrar en trance escuchando temas como Un Breve e Insignificante Momento en la Breve e Insignificante Historia de la Humanidad, Magnolia o Final Fantasy y es muy difícil no dejarse llevar.

Llegamos al ecuador del concierto, en el momento, probablemente, más flojo de todo el repertorio. No por la calidad de las canciones, sino por la conexión del público hacia ellas. No estoy demasiado conforme en como el público de la parte más lejana de la sala trata a la banda madrileña, hablando entre sí, cogiendo el móvil y desconectando de lo que les pueden ofrecer. Sea como fuere, El Hombre de Otro Tiempo, Me Has Conocido en un Momento Extraño de Mi Vida, Polvo de Diamantes o Selene corresponden a una versión más tranquila y menos pegadiza de Rufus, de la que también está bien poder disfrutar.

No obstante, los madrileños tienen preparado un colofón espectacular. Los primeros acordes de Pulp Fiction arrancan, y con ellos, uno de sus temas más dados a ser cantados por la multitud, al que el público responde como toca. Ahora sí. Además es una canción más difícil de interpretar de lo que parece, y ellos lo bordan totalmente. Una joya.

Y, como no, la guinda del pastel llega con más temas de su célebre álbum de 2017. Nebulosa Jade empieza como una de las grandes baladas de los últimos años. Una canción de lujo cantada de principio a fin por los asistentes, con una melodía tan coreable como desgarradora. Un tema muy completo. Por último, Río Wolf pone el punto el final al concierto, un tema perfecto para la despedida y muy celebrado por los fans. El espíritu de los sesenta revive con ese riff tan reminiscente a la guitarra de Hendrix, culminado por un solo de guitarra tremendamente sorprendente que se alargó por varios minutos.

En definitiva, si como yo, te llegas a enamorar de la música de Rufus T Firefly, su versión en directo no te va a decepcionar. En muchos momentos hasta puede ser una gran sorpresa. Los madrileños son grandes músicos y con los años han llegado a tener un sonido que funciona como un reloj suizo.

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