
Hoy, me he despertado con el suficiente humor para escribir este artículo en el que desarrollo porque creo que blink-182 tiene una de las peores fanbases de todos los tiempos. Esta es una cuestión que me produce úlceras emocionales cada vez que escucho o leo a alguien comentar sobre una situación que se escapa al conocimiento colectivo. Desde luego, esto es solo una visión subjetiva, y si ofendo a alguien, espero que no os lo toméis tan en serio como yo lo hago. Empiezo pidiendo disculpas.
Es bien sabida la intransigencia que corroe al ser humano con respecto al cambio. Somos animales que nos gusta la zona de confort en cualquier ámbito, con los gustos personales se ve claramente. Es muy fácil aferrarse al pasado y escupir sobre lo nuevo, pero como ya he comentado en otras ocasiones, es una forma muy sucia de ocultar la verdad: la música como cualquier otra creación humana tiene sus momentos, y es muy difícil que un artista, un grupo o un disco nos transmita lo mismo que habíamos sentido en el pasado con otra creación. Pero tiene que ver con quiénes y cómo somos ahora, en contra de lo que éramos, por supuesto sin olvidar la calidad de esas obras.
Blink-182 es conocido por ‘todo’ el mundo por ser la banda sonora de una generación, con una pegada comercial tan intensa como lo hacía el grunge al principio de los 90. El trío californiano redefinió un género, despegándose poco a poco del legado que había dejado Green Day y aliñándolo con buen emo-pop noventero. Así, una onda masiva de grupos se nutrieron del estirón que dieron Tom,Mark y Scott, luego Travis, replicando la fórmula a niveles casi esotéricos…ya sabéis de quiénes estoy hablando.
Y tras varios buenos trabajos y un casi perfecto álbum homónimo (blink-182,2003) para mí, el mejor trabajo pop-punk que se ha hecho nunca, las crecientes tensiones entre los dos vocalistas acabaron prematuramente con un grupo que podía haber dado mucho más de sí. Pero de nada sirve quedarse en el “que hubiera pasado si”. Después, cada uno formó su propio proyecto, Angels & Airwaves y +44, dos líneas bastante interesantes donde se puede ver indicios de las jugadas maestras que aún tenían reservadas para nosotros. Pero, claro, nada movía tanto el verde como la maquinaria pasada de blink-182, y en 2009, tras el terrible accidente aéreo que sufrió Travis Barker, decidieron volver, ya desde el principio anunciando un nuevo trabajo. Trabajo que no salió hasta 2011. Un elepé agridulce, Neighborhoods es un mapa con buenas ideas, desdibujado por una relación disfuncional entre tres hombres ya en los cuarenta. Al año siguiente continuaron la estela con un más que disfrutable Dogs Eating Dogs, un EP de cinco temas, en el que dejaron claro que aunque no volvieran a hacer pop-punk, todavía tenían algo que demostrar.
Después de aquello, más y más giras, y giras, y expectativas, y fechas de entrada al estudio y tal y cual, hasta que el bueno de Tom fue expulsado, o se fue por su cuenta por segunda vez. De nuevo nada claro. Y no es que DeLonge tenga toda la culpa de todo lo sucedido, pero sus constantes retrocesos por lanzar nueva música para Angels & Airwaves y su incesante intromisión en una conspiración espacial a gran escala no trajo nada bueno a su grupo de la adolescencia. No culpo al guitarra por hacer lo que quiera con su vida, creo que aquí no reside la cuestión, Tom DeLonge utilizó su grupo para ponerse de nuevo en el punto de mira de los medios y así financiar otros de sus proyectos, obviando los intereses de sus fans, y de sus compañeros de grupo. Porque Tom es lo que es, un vendedor de humo. Un personaje que al mes que le echan de la banda, saca un trabajo con todas las demos que él decía tener para el nuevo disco de blink. Totalmente producidas y trabajadas, eso sí. Estoy ya poniéndome de peor humor, por lo que dejaré de lado este tema para otra ocasión.
Bien, Barker y Hoppus, en su ‘fantasma de las navidades pasadas’, tomaron la decisión de seguir adelante, no como hicieron la última vez, y afrontar con confianza y seguridad que a rey muerto, rey puesto. La elección del vocalista y guitarrista de Alkaline Trio, Matt Skiba, fue un punto de inflexión para su legado. No solo me pareció en su momento una grandísima elección, y me lo sigue pareciendo ahora. Muchos me diréis que tal o cual sería perfecto para ese cometido, pero no lo pensaría dos veces. Matt Skiba era la pieza idónea para un grupo que ya había alcanzado un estatus suficiente de popularidad, pero que tenía que volver a romper un poco su premisa, para seguir siendo interesante. Y puedo escuchar vuestras opiniones, pero siempre voy a insistir, escuchad Alkaline Trio, escuchad Crimson (2005), que funciona como el hermano oscuro del homónimo de blink-182. Hasta está producido por el bueno de Jerry Finn, responsable del apabullante sonido del Enema of the State(1999), Take Off Your Pants and Jacket(2001) y blink-182(2003).
Skiba no es un virtuoso, pero sí que atesora en él un aura de magia que se percibe en todo su pasado musical, con una fijación lírica cárnica, y un rango vocal casi más amplio que Mark y Tom juntos. Es el Allan Poe del punk rock, salvando las distancias. Un par de shows demostraron la valía del de Chicago, por fin, oíamos las canciones afinadas, y la Fender Jaguar, sonando como debía de sonar, con cuerpo, en pos de la Gibson de DeLonge y sus efectitos efectistas. El cambio de registro, también se traduce en una mejoría de la calidad global del trío, Skiba suena más furioso cuando los temas lo piden, debido a su influencia Misfit, y también solemne en las canciones apegadas al post-punk como Down y Always.
En la guitarra es cierto que DeLonge gana por goleada. Sus riffs ya son un abc del pop-punk, y tienen la función de ser simples a la par de pegadizos. Skiba utiliza la guitarra como un trámite con el que expresar sus letras, y aunque de cuando en cuando deja caer buenos riffs como Stupid Kid, This Could Be Love o Time to Waste, no cuenta con una gran variedad estilística.
A la hora de la verdad, todo se reducía a su siguiente LP, California, que salió el año pasado. Supuso un retorno en la forma en casi todos los aspectos. Tomaron la vía rápida, canciones pegadizas, veraniegas y simples, con una producción dedicada a la radio, realizada por un incoherente John Feldmann y la co-composición con otros artistas, entre ellos Patrick Stump, cosa que no es de mi agrado, ni la co-composición, ni Stump, desembocaron en un largo muy irregular, que cumplía su función, divertir, pero no devolvernos el interés. No se me malinterprete cuando digo esto, California no es un esfuerzo horroroso, tiene hook, y algunas partes más que interesantes, como la new wave Left Alone , pero en conjunto no hay mucha miga que sacar, y a largo plazo se me antoja como un disco de segunda que no me volveré a poner demasiado.
El problema radica en que los fans se han ensañado con Matt de unas decisiones creativas que han tomado los dos tercios restantes de blink, algo que escapa a mi entender. No fue él quien dejó su banda de toda la vida para meterse en blink, no fue él solo quien escogió el sonido simplista y veraniego de California, aunque tengo mis sospechas que él no pinchó ni cortó en el proceso. Desde luego, él pudo no aceptar la oferta, pero además de hacerle un favor a unos antiguos amigos de aventuras pasadas, la fama y el dinero que se podía obtener es un aliciente, además de ponerse en un radar mucho mayor, y hacer lo propio con Alkaline Trio.
Puede que muchas veces no haga su cometido de forma totalmente correcta, equivocándose alguna que otra con los temas, pero hay que tener en cuenta, que probablemente, nunca había los había tocado, de igual forma que DeLonge, también se equivocaba y desafinaba de una forma horrible y a nadie parecía importarle. Mucha gente expone el “pero al menos Tom divertía” ¿En serio? ¿Os parece gracioso un tío que sale borracho como una cuba a tocar y no da ni una nota bien? ¿Un tío que utiliza un sonido totalmente roto y cargado de efectos que no pegan nada con el estilo de su grupo? ¿Un tío que su mayor despliegue es que con cuarenta tacos sigue haciendo los mismos chistes de penes? (Eso también va por ti, Mark) Si voy a un concierto de cualquiera, pido, exijo, que por lo menos suene decente, además de que se me ofrezca un plus con el espectáculo. He visto en vivo una vez a blink con Tom y otra a Skiba en Alkaline Trio. No hay color. No a niveles sonoros.
Lo dicho. Matt está para cumplir una función, para que una banda tan importante para nosotros siga con vida, por supuesto tiene fallos y no es perfecto, pero blink nunca fue una banda perfecta. Él no ha venido a destruir nada, como muchos os empeñáis en exponer, la calidad de blink ya viene fracturada desde hace más de diez años. Poneos Alkaline Trio y disfrutad de uno de los mejores compositores del punk rock de los últimos veinte años y dejad de exigir la vuelta de Tom, porque no va a volver, ni él quiere hacerlo, ni los otros quieren que vuelva. Por mucho que os guste remarcarlo, Tom no es blink, como cualquier grupo no es solo una de sus partes y si no os gusta…hay miles de otras bandas que os podéis poner.
En resumen, esto funciona como una reivindicación de una persona que me ha influenciado muchísimo y que parece que se está llevando más palos de los necesarios solo por darle combustible a una de nuestros grupos preferidos. No deberíamos castigarlo, deberíamos agradecérselo. Luego están los que también odiaron Neighborhoods en su momento. Pero eso…para otro día.
Como curiosidad os dejo varias grabaciones de ellos en directo, creadas por el youtuber Tuto Pdu con sus audios superpuestos, donde se puede apreciar muchos de los puntos que he comentado durante este artículo. Hala, ya me he quedado a gusto.