
9 de la mañana, ojeras, mochilas y muchas ganas del concierto que Neck Deep daba el 1 de Noviembre en la Sala Razzmatazz 2 de Barcelona. Pero yo soy de Alicante. Eso significa 5 horas de tren.
Me lo tomé con filosofía, era un buen momento para recuperar el sueño perdido en Halloween y ver alguna serie en el móvil que me había descargado el día de antes.
Estuve más tiempo durmiendo que viendo series, sinceramente.
Antes de darme cuenta estaba en Barcelona, en la estación de Sants, donde nuestro querido Jaume me recogería para irnos a comer y marchar a la entrevista con Neck Deep, la primera que teníamos ese día.
Cancelaron.
Con un poco de humor marchamos a entrevistar a Blood Youth, no sin antes tomarnos unas cervezas con nuestros colegas de Yax, que estaban aprovechando el concierto para hacer promo de su show en Barcelona.
Después de entrevistar a Blood Youth y hacernos una foto con Patty Walters, de AS IT IS (como buenos fangirls) fuimos a la cola, a esperar a que empezara el concierto.
BLOOD YOUTH: HARDCORE PUNK PARA DESGARRARSE EL PECHO
El show comenzó con Blood Youth, pura energía en directo, gritos, el público ya empezó calentito, haciendo mosh que daban miedo y circle pits que sacaban las sonrisas de todos los presentes.
Blood Youth hizo un concierto corto pero convenció a mucha gente, presentaron temazos de su primer LP y los que les hicieron ganar popularidad de sus EPs, entre aplausos y gritos cuando se marcharon, había gente que pedía más del efectista hardcore punk del grupo británico, fans aclamaban un bis con 24/7, una de las canciones más populares del grupo. Un bis que, por desgracia, no llegó, pero dejó a mucha gente charlando, impresionada, sobre la calidad y presencia en directo del grupo del Reino Unido, que además os podemos asegurar que son simpáticos a más no poder, aunque eso ya os lo contaremos otro día.
AS IT IS: DE YOUTUBE A UNA GIRA MUNDIAL
Tras debatir si dejar o no las chaquetas en el ropero (como podéis imaginar la respuesta fue afirmativa), fuimos a la zona del merchandising a juntarnos con nuestra compañera Thais, además aprovechamos para ver las camisetas oficiales de los grupos, que había algunas espectaculares.
Un momento de saludos, coñas y espera fueron la presentación de AS IT IS. El grupo de Patty Walters saltó al escenario con ganas de comerse el escenario y brindar su música a un público que los esperaba con ansias y que se sabían todas sus canciones al dedillo. Temas como okay, No Way Out o Hey Rachel, de su nuevo trabajo, okay. (2017), se coreaban por toda la Razzmatazz 2 a la vez que se abrían unos mosh pits un tanto inesperados por el estilo más radio friendly de la banda, que, aún así, dio una lección maestra de cómo llevar un concierto de pop punk más comercial, energía, buena relación con el público y saber moverse sobre el escenario, esos fueron los pilares que AS IT IS utilizó para meterse al público en el bolsillo.
Dial Tones fue el tema que se hizo más de rogar y lo agradecemos, Thais y un servidor nos aventuramos a abrir un mosh y el salir con un par de golpes fue un precio rentable a pagar a cambio del momentazo que supuso vivir una de las canciones que más he coreado en la ducha de los últimos años (aunque Patty la cantaba un poco mejor que yo, todo hay que decirlo), puros gritos, puños alzados y un abrazo con Thais cerró el concierto de uno de los grupos que más me fascinaba en mi tardía adolescencia, un grupo de un youtuber que sólo hacía covers, un chico joven, como yo, que le gustaba el pop punk y cantaba para sus amigos en YouTube, que fue ganando fama y ahí estaba, delante de mí, de gira mundial, pasando por Barcelona. Todo un ejemplo a seguir.
REAL FRIENDS: ARMONÍA, SIMPATÍA, DISFRUTE
Con sudor (“¿no hace un poco de calor aquí?”) y una sonrisa de oreja a oreja, algunos esperábamos impacientes a Real Friends, otros, como nuestro querido amigo Jaume, ya esperaban a Neck Deep (“ostia tú, es verdad, que quedan otros teloneros jajajaja”, fueron sus duras declaraciones).
Y menos mal que vinieron.
Voy a ser sincero con vosotros, querido público, sí, había oído Real Friends anteriormente, he oído casi todos los grupos de pop punk y derivados que han destacado en los últimos años, pero nunca me habían terminado de enganchar, encontraba en ellos un estilo muy trabajado, con unos armónicos espectaculares y unas letras impresionantes para lo que se suele encontrar uno en el género, pero nunca habían conseguido enamorarme como si lo hicieron otros.
Por ello, creo que tuvo mucho más mérito que me enamoraran en directo.
Real Friends enseñaron al público barcelonés cómo es tener un directo con gancho, que te llegue al corazón de una patada y luego te dé un reconfortante abrazo por si te ha dolido, no solo en el apartado musical, que es el más importante, si no que también el carisma de Dan Lambton, vocalista de la banda, se granjeó la ovación y los aplausos de un público loco por su música, contó un poco de su pasado, de su madre de origen Colombiano e intentó chapurrear el español lo que pudo, pero simplemente con ese intento, con ese feeling con el público y hasta con su forma de cantar sus temas, Dan se ganó el corazón de un gentío barcelonés enloquecido.
El crowd surfing y las lágrimas (de felicidad) fueron las protagonistas del concierto de Real Friends, y es normal, puesto que aunque su estilo no sea tan energético, es una música que se da más a disfrutar, con letras que no dejan indiferente y una presencia en directo espectacular, realizando unos arreglos armónicos que muy pocas veces podrás presenciar en un concierto del estilo.
Si Real Friends vinieron con intención de vender su último trabajo, The Home Inside My Head (2016), a mí me vendieron su trabajo, toda su discografía y su grupo en general. Real Friends es de los grupos más talentosos de su género de momento, que lo sepáis.
NECK DEEP: PAIN, PAIN, GO AWAY
Tras una misión de infiltración para adelantar filas digna de Metal Gear Solid, unos cuantos temazos reproducidos en el sistema de sonido de la sala (Hard Times de Paramore fue de lo mejor) y algunas charlas nerviosas, la sala se apagó, los gritos se encendieron y Neck Deep saltaron al escenario.
Qué podemos decir de Neck Deep para que sepáis lo que sentimos… son un grupo enorme que gira por salas pequeñas.
Tan solo con su primer tema del directo, Happy Judgement Day, ya demostraron que eran brutales, aunque al principio la voz se oía demasiado baja (un problema que se solucionó rápido), el grupo demostró tener muchas tablas, su pop punk era rápido, convincente y con mucha mucha energía y experiencia, antes de darnos cuenta, los miembros de La MusiKalité éramos tres personas más que saltaban y gritaban las letras de los temas de Neck Deep, que nos abrazábamos y disfrutábamos de uno de los grupos que han tenido mejor evolución en todo 2017.
Después de la canción de inicio, Neck Deep, ni cortos ni perezosos, dieron caña con Lime Street, primer tema del disco que les llevó a la popularidad, Life’s Not Out To Get You (2015), y que fue muy coreado por un público que posiblemente acabó con afonía, no podemos mentir, el estribillo de la canción es de los más pegadizos de toda su discografía. Nosotros también nos quedamos sin voz.
Continuando con su, posiblemente, disco más popular, Neck Deep dedicó Gold Steps a nuestra amiga Kiwi, que ya ha tenido la suerte de ver al grupo británico varias veces y ha entablado una tierna amistad con ellos, sin duda el tema se disfrutó más después de ese momento tierno de dedicatoria, los crowd surfing se volvieron más salvajes y los saltos de la gente al ritmo de la guitarra parecían ensayados. Es un temazo, y en directo lo es más, es más rápida, más violenta y, por supuesto, mucho más disfrutable.
Motion Sickness y What Did You Expect? (la primera canción que tocaron de su disco de 2014, Rain in July / A History of Bad Decisions) bajaron un poco (muy poco) el ritmo acelerado que caracteriza a Life’s Not Out To Get You, y diríamos que dieron un descanso a los mosh, pero mentiríamos, porque hubo mosh en prácticamente todas las canciones del concierto (algo que nos encanta), pero sí podemos decir que Neck Deep no podían evitar sonreír al ver la energía de Barcelona, que le devolvía a base de círculos lo que ellos daban con sus notas. Pura caña.
Parachute fue la primera canción realmente relajada del concierto, donde pudimos apreciar que la voz de Ben Barlow está en un estado espectacular, el grupo supo llevar el tema con una coordinación medida y el público se unió de brazos para corear el pegadizo estribillo de una de las canciones más queridas de su último disco, The Peace and The Panic (2017).
Kali Ma, Rock Bottom y Citizens of Earth volvieron a activar al público, que parecían robots de crowdsurfing y pogos, siendo, por ejemplo, el de Citizens of Earth, uno de los más grandes y espectaculares que hemos visto nunca, haciendo que Ben Barlow reprimiera la risa mientras sonaba la introducción del tema. ¿Salió alguna pierna volando? No, pero podría haber salido, porque el mosh ocupó casi toda la sala. Fue salvajemente satisfactorio.
Entonces empezó a sonar.
Uno de los temazos de la noche.
Una de las canciones que un servidor más esperaba.
Don’t Wait.
Con la colaboración de Kaya, cantante de Blood Youth, que se encargaría de la parte que originalmente hace Sam Carter, de Architects, el tema más duro de The Peace and The Panic hizo explotar a la sala, antes de darme cuenta me encontré a mí mismo dando codazos en medio de un multitudinario círculo y gritando a pleno pulmón ese “Don’t wait, for anyone”, sin duda, uno de los momentazos de la noche, en el que acabamos sin respiración (“yo ya… yo ya…”, dije, exhausto) pero con una sonrisa de oreja a oreja.
Después de la adrenalina soltada, tocaba descansar, y Neck Deep lo supieron bien, porque empezaron su trozo de baladas del concierto. Temas tan famosos y queridos como In Bloom (mi favorito, casi sale la lágrima), December (en su versión full banda, mucho más cañera), Wish You Were Here o A Part of Me, fueron coreados por un público que no podía evitar llorar, abrazarse, levantar las linternas de los móviles y desgarrar sus gargantas. Neck Deep nos tenían con el corazón encogido, el público, por un momento, se tornó uno, nos transformamos en coristas, en apoyo vocal o en la mismísima Laura Whiteside en A Part of Me. Fue una sensación que no podemos describir, tendréis que vivirla vosotros mismos cuando el grupo vuelva. No os arrepentiréis.
Con esto, la banda desapareció del escenario, dejando a un público convencido de que se acercaba el bis, pidiendo otras canciones que no tardaron mucho en llegar, y es que, qué mejor forma de terminar que con el combo Can’t Kick Up The Roots y Where Do We Go When We Go.
Volvieron los saltos, volvieron las patadas, volvieron los gritos y volvió el corear a una ese “Pain pain, go away, come back another day”, pero esta vez sabía agridulce, esta vez sonaba a despedida, a un adiós que no queríamos que llegara, porque Neck Deep había sido una experiencia alucinante, porque el público, por lo general, fue brutal, y porque se creó una sensación de hermandad que pocas veces hemos tenido el placer de vivir.
Pero que no podemos esperar para repetir.