En estos últimos meses (finales de 2019 y el comienzo de este 2020) la sala Apolo se ha vuelto recurrente en mis salas de conciertos, viviendo diferentes tipos de música pero siempre disfrutándolo a tope. Y concretamente, el 21 de Diciembre del año pasado viví una locura en ella. Un chico con su guitarra, y su banda acompañando, fue capaz de llenarla con su esencia, magia… con su música. Trayendo a las tierras catalanas su primer CD en el mercado, sobre las 18 de la tarde me dirigí para la Apolo con un objetivo: disfrutar de esa tarde y Dani Fernández cumplió mi meta.
Los primeros en entrar a la sala fuimos aquellos que teníamos entrada “Golden” con la que se nos daba la oportunidad de vivir una prueba de sonido en directo, juntamente con entrar antes a la sala y poder hacer una ronda de preguntas a Dani. Pude gozar en directo de una versión de Perdido en Madrid y Te esperaré toda la vida más libre, sencilla, cercana… se notaba la proximidad de Dani hacia nosotros y a la vez también se veía su humanidad. Me hizo ver que su camino no ha sido fácil, pasando de estar en una boyband muy exitosa como lo fue Auryn a parar ese camino, esa fama, para empezar de nuevo. Crear tu sello, tu esencia, ir construyendo tu propia casa, siendo consciente de que a veces el viento no irá a favor tuyo, para acabar el primer piso culminando un primer cd mágico con un directo propio. Al acabar la prueba de sonido fueron entrando las demás personas con entrada normal, llenando toda la sala y sin dejar ni un mísero sitio. Todo estaba a punto de caramelo para arrancar y cuando tocaron las 21 en punto salieron de nuevo sus músicos, empezaron a probar las guitarras, teclado, batería… y sonaron los primeros acordes de En llamas. A continuación os dejo el setlist del concierto, del que os hablaré en especial de tres canciones, tres sorpresas que tenía Dani guardadas:
Las tres sorpresas las podéis encontrar presentes por su puño y letra. La primera de ellas es una canción que aún no ha sacado a las plataformas digitales pero, como él mismo nos dijo: “porque aún no siento que sea el momento de que salga a la luz”. Vértigo es la canción de la que os hablo, una oda al miedo de sentir, de vivir cuando has estado siempre en una zona de confort que, no mintamos, sienta muy bien. Dani ya nos la presentó un poco en la prueba de sonido pero en directo, en el concierto con todo el público, fue sublime. Con momentos rasgados de pura emoción, creó un enorme ansias de tener Vértigo con nosotros/as para saborearla las 24 horas de cada día. La segunda de las sorpresas tiene nombre de ciudad, Madrid.
En el fin de gira de Alfred ya pude disfrutar a estos dos monstruos de la música cantando la canción del joven del Prat del Llobregat y por suerte, lo reviví. Dos chicos unidos por notas musicales, sentimientos y un “feeling” inigualable creado por un bello arte. El público enloqueció al ver a Alfred y los dos rompieron a golpes de talento la sala y el alma de muchos/as de los que estábamos allí. Y la tercera de las sorpresas viene de la mano de un Soldadito de hierro.
Todo empezó con una reunión de amigos donde Edgar (uno de los componentes de la banda de Dani) presentó a estos dos gigantes de la música. Se conocieron, se hablaron y podríamos decir que “surgió el amor”. Dani presentó a Nil y el de Sant Feliu apareció con su enorme sonrisa y su gorra en la cabeza para empezar a tocar las primeras notas de la canción creada a partir del desamor. Soldadito de hierro se ha vuelto un himno a la lucha por un amor imposible y vivirlo en directo de la mano de estos dos locos de la música siempre es un placer. Rotos en elogios entre ellos, nos dieron la oportunidad de vivir algo precioso.
¿Cuál fue el resultado de todo lo que os he contado? Pura emoción y poca voz. Acabamos Bailando con Dani y su gente y el concierto me dejó un claro sabor: quería más, mucho más. La magia de Dani en el escenario es enorme y siempre se acaba quedando corta, siempre te deja con ganas de más. Y no se vosotros, pero para mí eso es una buenísima señal.