El pasado martes pudimos acudir al cierre de gira de Nothing But Thieves y ver cómo la ya consagrada banda se reconcilia con el público madrileño tras su anterior concierto en la Ochoymedio en 2018. Han sido cuatro años de diferencia entre conciertos que suponen un salto de calidad y de profundidad en la discografía de la banda británica de rock alternativo.
En este caso, la banda trae consigo su último disco, Moral Panic, a la Sala La Riviera de la mano de Livenation y Vibra Mahou. Presentan su tan característico directo, energético y con un Connor Mason tan dominante como siempre, que dejó asombrados a todos los fans de la banda que no habían tenido oportunidad de presenciar aún su directo.

No son especialmente conocidos por hacer partícipe al público, pero su música habla por sí sola, y así lo demuestran abriendo el concierto con Futureproof, levantando a la sala de 0 a 100 en los primeros compases y dejando claro que su último disco tiene el mismo juego (o más) que los anteriores.
El show intercala canciones de sus anteriores discos mientras continua presentando los «nuevos» temas. Real Love Song es la primera en aparecer y aunar las voces de todo el público, siendo uno de los más importantes para la composición británica.
I was just a kid, y Soda mantienen muy altas las expectativas del público de presenciar uno de los mejores directos de la industria, al más puro estilo festivalero, entregando toda su energía en cada segundo.
No todo es fiesta y guitarreo, también hay hueco para baladas como Sorry, trayéndonos el lado más delicado e intimista de la banda. Se corea en toda la sala y la única forma de levantar de nuevo el ambiente es mediante el inesperado single de Life´s coming in Slow, que funciona fantástico en directo, con sus coros y falsetes.

Forever and Ever More, Unperson y Phobia son un trio que debe ir siempre unido a los conciertos de la banda. Representan el núcleo de la discografía más moderna de Nothing But Thieves y son sin duda los hits donde se les ve más cómodos, entregados y acomodados al público. Son temas variados, con altos y bajos y que representan la identidad actual de los artistas.
Se unen esas a canciones otras muy sentidas como Particles y Your blood, poniendo esta última el tono acústico y comenzando el final del concierto de la manera más sentimental. Este final, como ya vienen haciendo en toda la gira, es con el himno y canción más conocida del grupo, Amsterdam. El público se entrega totalmente y la banda cierra su actuación con I´m not made by Design e Impossible.
Es sin duda un directo explosivo y que no deja a nadie indiferente, les esperamos pronto de vuelta y con nuevos temazos para volver a disfrutarles.
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