Tres años después de la salida de Post Human: Survival Horror (2020) por fin nos llegó el turno de verlo en directo. El pasado fin de semana Bring Me The Horizon estuvieron en Madrid y Barcelona presentando su Post Human European Tour con dos conciertos cuyas entradas llevaban agotadas meses hasta que añadieron unas pocas más para el concierto del sábado en Madrid.
La cola en Barcelona, con gente que llevaba acampando desde el día anterior, reflejaba las ganas que tenía el público de este evento. Aun con las puertas abriendo puntuales a las seis de la tarde, hubo gente que no consiguió entrar hasta pasada la primera banda de la noche.
Por suerte, el cartel era largo, con nada menos que tres teloneros que pelearon por crear el mayor número de mosh pits por setlist. Primero salieron los ingleses de Static Dress con su simpática y enérgica propuesta que sirvió para abrir la noche y poco más. Les siguieron Poorstacy a quienes los fans de Bring Me ya conocen por su colaboración con Oli Sykes. Tocaron sus temas más exitosos como Don’t Look At Me y Hills Have Eyes, pero luego tuvieron un momento en el que bajaron el ritmo para tocar un par de temas tan lentos que dejaron al público perplejo. Al igual que con Static Dress, el sonido fue un poco cuestionable, con la batería acaparando todo el volumen y las voces desaparecidas.

De este percance nos olvidamos una vez salieron A Day To Remember al escenario, con una puesta en escena escasa pero acompañada de todas las americanadas propias de un concierto encabezado por cualquier grupo del Warped Tour. Empezaron lanzando camisetas, luego pelotas de playa y finalmente más de rollo de papel de los que hemos visto en cualquier recinto barcelonés. Para ADTR sí que venía preparado el público, listos para seguir todas las indicaciones de los americanos y con las letras memorizadas no solo para los temas de culto como All Signs Point To Lauderdale y If It Means A Lot To You, sino que también para las pocas que se animaron a tocar de su último disco You’re Welcome (2021) como Bloodsucker.
Y ahora sí, por fin, pasadas las nueve y media salieron al escenario Bring Me The Horizon. ¿Qué decir del final boss de la noche? Poco que no se haya dicho ya cuando la banda de Sheffield hace tiempo que se ha consolidado como una de las mejores de la escena. Llenan salas, encabezan festivales, y generan colas de horas a sus puertas. Todo esto con un directo que justifica mil y una veces toda la expectación generada a su alrededor.
Empezaron fuerte con uno de sus grandes himnos, Can You Feel My Heart, en el que ya pudimos ver que se venía una noche de alto espectáculo. Para empezar un sonido impecable acompañado de una puesta en escena limpia y cuidada y por supuesto las vocales de Oli que sorprendieron a aquellos menos aficionados a la banda por su precisión.
Varias pantallas tanto de fondo como alrededor las plataformas, focos personalizados con el logo del grupo y mucho, mucho hielo seco ambientaron un Sant Jordi Club a máxima capacidad. El público fue devoto tanto en acompañar palabra a palabra cada coro como al seguir todas y cada una de las instrucciones del líder de Bring Me. No fueron pocas las veces que pidió que se abriera un moshpit y con gusto muchos obedecieron, una y otra vez, durante canciones como Happy Song o Mantra.

También hubo tiempo para momentos más tranquilos con DiE4u y una versión acústica de la entrañable Follow You. A esto le siguió una de las canciones más esperadas de la noche, Drown. Esta era una de las razones de peso por las que la cola para el concierto había empezado la noche anterior, pues Oli se tomó estos minutos para bajar al foso y acercarse al público de las primeras filas. Tomándose su tiempo, se hizo fotos, saludó de esquina a esquina de la valla e incluso abrazó a algunos afortunados.
Algunos de los instantes más memorables de la noche incluyeron al frontman preguntando si habíamos disfrutado de la pandemia y el consecuente quejido del público hasta recordar que fue durante este tiempo que se escribió Parasite Eve. También escuchamos dos de los collabs que forman Post Human: Survival Horror, con las grabaciones de Babymetal para Kingslayer y de Yungblud en Obey.
Tocaron el mismo setlist que habían llevado todo el tour, sacando temas de sus discos más recientes hasta Sempiternal (2013). Aunque normalmente esto es un punto que suelo criticar a la mayoría de grupos, Bring Me The Horizon es una de las pocas excepciones a esta regla. Con un setlist corto de apenas 15 canciones, que aun así se sintieron como el doble por la energía e intensidad de la noche, hay que recortar por algún lado y sin duda la mejor opción es presentar aquellas canciones que más gustan tanto al público como a la banda.
Para el final se reservaron un dúo inmejorable. Primero la aclamada Sleepwalking en la cual nos hicieron sentir como si nos hubiéramos hundido y estuviéramos nadando al fondo de la piscina que replicaban con la puesta en escena en referencia a su estribillo. Y por último, pero sin duda de lo más importante de la noche, Throne. Un single que en su momento dividió a los oyentes, ahora los une para cerrar un concierto lleno de fuerza y el controlado caos que solo Bring Me The Horizon es capaz de orquestar.