Hace unos días, estuvimos en la rueda de prensa del Spring Festival, donde iban a contarnos qué actividades habría disponibles en el Spring City Alicante, en la que se presentaban todo tipo de cosas que hacer en Alicante, ciudad que vio nacer este medio: desde proyecciones hasta firmas de libros pasando por, obviamente, música en directo.
Este era el caso de, obviamente, el concierto de Biznaga, cuya entrada costaba 5 euros con una Mahou incluida en la mítica Sala Stereo. Una propuesta de precio popular por cultura de calidad con la que Alicante respondió: una Stereo a rebosar recibía a los madrileños, que llegaban con muchas ganas de reventar la capital alicantina, una ciudad a la que guardaban un especial cariño.
El ambiente iba in crescendo y, después de cenar fuera de la sala y tomar algo preparando el ambiente, nos fuimos a la calle de la Sala Stereo, donde un grupo de gente de todas las edades esperaba para el comienzo del evento.
Se dice mucho que la cultura está muriendo, que las salas no se llenan, que los discos no se venden, que los festivales se cancelan… pero da la casualidad que cuando un concierto se pone a un precio accesible para todo tipo de público, incluso un jueves noche, la sala se llena hasta arriba y la ciudad se vuelca en la música en directo.
Nos juntamos Hodei (un amigo que iba a ser mi compañero de viaje esta vez) y yo con el resto del público, expectante del arranque punk rock de Biznaga, que se preparaban para darnos una noche que no olvidaremos en mucho tiempo.
Y es que si algo define a Biznaga y su directo es la energía que derrochan en cada canción, en cada momento y en cada grito de Álvaro, que tuvo una noche sublime como cantante y frontman. El sonido de Biznaga es claramente punk y destacaban sus rápidas embestidas musicales con la batería como principal protagonista en muchos temas e interludios. Una percusión que hacía vibrar a toda la Sala Stereo, que estaba completamente entregada a Biznaga, coreando sus canciones como himnos y creando un eterno pogo entre las primeras filas, donde los más alocados se disponían a soltar toda su adrenalina como merece: en un concierto.
Entre todas las canciones, destacó en el primer tercio del concierto la canción Contra Mi Generación, de su disco de 2022 Bremen No Existe. Un himno generacional donde los haya y un cántico a las múltiples problemáticas que vive nuestra generación. Una generación atrapada en el ascensor social, que vive amores y desamores múltiples y que vive con ansiedad y estrés desde los estudios hasta la (cada vez más difícil) búsqueda de empleo. Toda la sala, que agrupaba a gente de entre los 18 hasta los 40 años, se dejaron llevar por la furia juvenil de Biznaga, coreando los versos dolorosos y doloridos del grupo.
Otros temazos que inundaron Alicante y consiguieron arrancar gritos en todo su público fueron canciones como Una Ciudad Cualquiera, de su disco del 2017 Sentido del Espectáculo muy gritada y celebrada entre el público, la pegadiza No Lugar, de su disco de 2020, Gran Pantalla y, por supuesto, algunas de sus canciones con más reproducciones en Spotify como Domingo Especialmente Triste, con saltos y empujones de pura energía punk que hicieron temblar (en algunos momentos literalmente) toda la Sala Stereo.
Nos quedamos con un buen sabor de boca cuando Biznaga cerró su directo y pusieron la canción Spanish Bombs de The Clash y los fans se dividieron entre los que salían de la sala y los que iban a echarle un ojo al merchandising del grupo. Cuando Hodei y yo salimos, no pudimos evitar fijarnos en la gran cantidad de gente que había en la calle, lo que nos hizo volver a pensar en que, cuando das una actividad cultural a un precio asequible y popular, todas las salas se pueden llenar. La iniciativa del Spring acabó siendo todo un éxito y esperamos que vengan muchos más.
¡Viva la música accesible!
La MusiKalité 