
No podemos engañar a nadie, en pleno 2017 ha vuelto (y con mucha fuerza) la fiebre por Operación Triunfo, marcada por los espectadores por esos recuerdos de la mítica primera edición que llegó a nuestras pantallas en octubre del 2001. Bien es verdad que a nivel de audiencia no está siendo para lanzar cohetes, cosa que choca con el TT diario de su directo y de los salseos que se originan en Twitter sobre los concursantes. Pero lo más importante y el objetivo principal del concurso es muy claro: Música.
A nivel personal, OT u otros talent shows musicales como The X Factor (fui fan acérrima del formato durante varias ediciones de UK) o La Voz/The Voice, me sirven tanto para descubrir temas como para arrancarme los tímpanos producidos por actuaciones mediocres o lo más interesante: conocer artistas. Pero… ¿Ser concursante de un talent show es una garantía de éxito? No nos engañemos, no es lo mismo darse a conocer que triunfar. Y eso es muy difícil en el panorama musical actual.
Operación Triunfo

16 años de historia y 9 ediciones en el tintero, una de ellas, fue cancelada de la noche a la mañana con una final express. Muchas son las personas que han pasado por la academia más conocida a nivel estatal, pero pocos los nombres que hoy día siguen en activo con una buena fanbase detrás. No me refiero únicamente a Chenoa, Bustamente, Bisbal o Rosa. ¿Os acordáis de Mai Meneses? Fue la primera expulsada de OT2 y cosechó un buen éxito en los 00’s formando el dúo Nena Daconte, junto a Kim Fanlo.
Otro ejemplo… Virginia Maestro (o Labuat) de la edición del 2008. Fue la ganadora de dicha edición y después de 6 años en Sony, lanzó su 4º álbum gracias a una campaña de crowfunding. Por otro lado, Pablo López (bautizado como el pianista de crucero por Risto Mejide) fue el segundo clasificado y es uno de los artistas más completos e interesantes que han salido del formato. Vocalista, compositor y pianista, uno de los artistas nacionales más apreciados en la actualidad. Al mismo nivel también podemos destacar a Manuel Carrasco (OT2) que tras 15 años de carrera y casi 1.000.000 de álbumes vendidos cosecha un gran éxito, además de ser también un excelente y talentoso compositor.
The X Factor

Honestamente creo que este formato necesita un pequeño descanso en tierras británicas, ya que llevan 14 años ininterrumpidos en antena. En The X Factor los ganadores suelen caer en el olvido tras el álbum debut y apenas traspasan sus fronteras, salvo excepciones como Leona Lewis (ahora medio en el olvido) o James Arthur y Little Mix que más allá de cosechar éxitos en UK han sido fenómenos a nivel internacional. Hasta dónde llega mi memoria, el único single del ganador que ha sonado y con un éxito sorprendente en España ha sido la preciosa balada Impossible de James Arthur.
Curiosamente, una de las artistas que lleva luchando años en el panorama musical actual, Ruth Lorenzo (conocida entre otras cosas por representar a España en Eurovision en 2014 o ganar Tu Cara Me Suena 4) quedó 5ª en la edición de 2008. Otra participante de The X Factor, Lucie Jones (8ª en The X Factor 2009) fue también a Eurovision en 2017 representando a Reino Unido y en 2018 Finlandia contará con Saara Aalto (segunda en The X Factor 2016).
La Voz

Pregunta seria ¿Alguien se acuerda de algún concursante de La Voz? A mi parecer, es un talent algo desaprovechado. Es un formato que subsiste para darle promoción a los coaches del programa en vez de a los concursantes del talent. Todo lo contrario de lo que se pretende con un programa de esta índole. Fuera de nuestras fronteras han ocupado una silla giratoria Sir Tom Jones, Will.i.am, Danny O’Donoghue (The Script) Kian Egan (Westlife), Chistina Aguilera, Miley Cyrus, Adam Levine (Maroon 5)… Y en España, artistas como de Antonio Orozco, Melendi, Alejandro Sanz o Malú.
Sólo hay que ver ‘el éxito y la proyección musical’ del formato que hasta 6 exconcursantes de La Voz están actualmente dentro de OT para intentar hacerse un hueco dentro de la industria. El único artista que ha logrado resaltar un poco tras unas ediciones del talent, ha sido Antonio José (apadrinado por Antonio Orozco) y María Parrado en La Voz Kids. El talent pide a gritos un pequeño descanso en nuestras pantallas ya que llevan desde el año 2012 encadenando versiones ‘senior’ con la de niños.
Entonces, ¿Qué es necesario que tenga un artista para llegar a triunfar? La respuesta es tan simple como compleja: Depende. En gran parte se debe a las aspiraciones del artista, ya que el éxito es un muy concepto relativo. Un cantautor puede considerar éxito poseer un Ivor Novello (galardón de compositores) y otros se marcan como reto llenar un gran recinto durante varios días seguidos, ser cabeza de cartel de un gran festival o ser número uno en ventas a nivel internacional. Luego hay un tipo de artistas que les da igual todo esto, ya que el único triunfo que valoran es el apoyo y cariño de su público y disfrutar de poder dedicarse a la música.
Otro factor clave, es el target al que va dirigido dicho artista. Un gran número de artistas procedentes de un talent, tienen un perfil muy definido (en la mayoría de ocasiones, se mueven por el pop y derivados) y lo que se busca es la comercialización de sus temas, y si puede ser con una cara bonita, mejor que mejor. Siempre hay artistas que rompen con esta regla, claro está. Lo que si queda muy claro y seguro que muchos estamos de acuerdo, es que la industria de los talent shows es muy prefabricada. También hay que añadir que las discográficas en ocasiones hacen que el artista se encamine hacia un estilo que no es el suyo para llegar a más gente, lo que significa que él ‘se vende’ al público con algo en lo que no está identificado. Por lo tanto… ¿Un artista debe hacer la música con la que se siente identificado o la que el público quiere escuchar?
Ganar un talent no es sinónimo de triunfar. Pasar por él, tampoco. Únicamente es un trampolín muy importante para darte a conocer al gran público a través de la televisión y que te pongan cara. Está claro que hoy día gracias a las redes sociales puedes hacerte un pequeño hueco en la retina y oídos de la gente, pero la televisión sigue siendo un medio más generalista para llegar a público de todas las edades. Lo que es muy curioso es el caso de Operación Triunfo 2017. En audiencias es prácticamente un fracaso comparado con ediciones anteriores (cuando no existía un catálogo de canales tan amplio como ahora), pero a nivel de repercusión social, de impacto en redes sociales y del canal 24h de YouTube no hacen más que batir récords día tras día. Todo un caso de estudio que sin duda está en boca de la gente. Los tiempos cambian y posiblemente dentro de unos años, tendremos que medir el éxito de estos programas con otros baremos.