En la fotografía: portada de Yarn, de McCafferty. Fuente: limitedrun.com
En un abrir y cerrar de ojos ya casi arriamos en el final de la primera mitad del 2018. Eso supone varias cosas: Todavía nos queda otra mitad del año para disfrutar de nuevos lanzamientos, pero por otro lado, ya hemos puesto mucha carne en el asador. Y aunque esta etapa tampoco ha supuesto nada revolucionario para los géneros que suelo tratar, sí que nos ha dejado grandes muestras de lo que aún se puede hacer aunque nos sepamos ya todos los trucos.
Y como empieza el calor y el buen tiempo, qué menos que recomendaros el segundo largo de este cuarteto de Ohio. McCafferty es una joven banda que coquetea entre estilos, desde el punk rock más veraniego, hasta entornos más otoñales y oscuros, sin olvidar en ningún momento la accesibilidad, ofreciendo grandes riffs y estribillos la mar de pegadizos.
Para fans de The Front Bottoms, Modern Baseball y otros más duros, nos llega Yarn, un explosivo a la par que digerible cocktail de intensidad juvenil, con un sonido impresionante, dado por las magníficas manos del señor Mike Sapone (Brand New, Taking Back Sunday). Un trabajo idóneo para salir a patinar, o simplemente ver el derretir del atardecer.
Loser.
El primer corte irrumpe sin miramientos. Corto pero extremadamente adictivo, con riffs y coros bien ejecutados. El azote perfecto para meternos al pogo. Ese solo de guitarra. Ya con esto casi me tienen ganado.
Paper, Pencil, Copyright
Esperamos con impaciencia hasta que rompemos con unos coros que se remiten a lo más old school del punk. En las estrofas estamos ante un giro más calmado, pero no deja de ser una canción divertida y potente. La producción la lleva hasta el precipicio, dejándonos espacio para escuchar con tranquilidad todos los arreglos y el jugueteo de las guitarras. El final deja un sabor muy Tiny Moving Parts, que por cierto, son compis de discográfica. Fue lanzada como single, y aunque es un buen tema, no es de lo mejor del LP.
Yarn
En esa tendencia más quejumbrosa, la composición que da nombre al disco, sufre de constantes ataques de pasión. Un gran tira y afloja entre la energía y la melodía, en la que también se hace uso de unos “whoa”, aunque con más sentido que los presentes por ejemplo en el California de blink-182. Lo que se nota en cada pieza e inspiración es la motivación de estos chavales, y su capacidad de escribir.
Strain
Una de las más oscuras y también una de mis preferidas. Con una línea muy post-hardcore, unos estribillos muy Modest Mouse, y un estribillo rabioso excitante, es sin duda otra prueba de la capacidad de McCafferty. Es verdad que retorna a los “wo oh”, sí hay que sacarle alguna pega.
Sauerkraut
Compartiendo tono con Yarn, y ese apego Tiny Moving Parts. Consta de buenas melodías, y un puente más experimental que combina screaming, con partes más delicadas y un poderoso riff de guitarra que parece un sintetizador. Inteligente rumbo, que demuestra los diferentes prismas y maneras de afrontar su música.
Scotland
Ahora ponemos la mente en modo emo. La ligera interpretación de la guitarra dirige durante todas las estrofas, y se palpa claramente ese barniz Sapone, en el que destaca esa apreciación de elementos, todos capaces de brillar con su propia luz sin comerse entre ellos. Una canción que encandila con su compleja simpleza.
Mary Z
Y tras la tristeza, llega la oceánica Mary Z. Un escaparate power pop vende su fórmula Weezer, para que nos quedemos con ganas de más y volvamos en cuanto se nos acabe el chute. Absolutamente popera, es un manual de como hacer un gran track pop-punk. A veces sí que hay fragmentos algo repetitivos, nada que sea importante en conjunto.
Windmill
Y cuanto menos te lo esperas aparece un descarado homenaje a Helicopter de Bloc Party, en un entorno más hostil, claro está. Y a pesar de ese reciclaje, el estribillo es demasiado bueno para no pasarlo por alto. Y es que el esfuerzo está repleto de esos grandes riffs y estribillos, exactamente lo que pido para este tipo de grupos. Pero si además está condimentando con la marca Sapone, simplemente es un plato de alto nivel.
It’s A
Las guitarras acústicas marcan otro punto diferenciador. Hasta ahora no había habido ninguna canción lenta, y ahora parece ser el turno de la primera. Vuelven los ecos Modest Mouse, sin tanta complejidad y excentricidad. Aunque no soy muy fan de este tipo de canciones, a no ser que tenga mucho aprecio a la banda, digamos que cumple, sin ser nada del otro mundo.
Westboro Sadness
Una desconcertante introducción de ópera cantada por una mujer se desenvuelve junto a otro rompecabezas guitarrero ¿Homenaje a Daisy de Brand New? El estallido grunge es un caótico y estimulante cañonazo que hará que movamos la cabeza hasta tener dolor de cuello. No llega al nivel de las que más destacan pero no se queda corta.
Prolly
¡Ese j****o riff! Nada más que añadir.
Toewgmo
El tema de cierre es otra demostración acústica, pero a mi parecer bajo una mirada mucho más acertada. Agonizante, exótica y cargada de detalles, a veces se mete en terreno del rock de los 60-70, una influencia clara en muchas de las canciones. Pero tan rápido como llega se va.
Conclusión:
Yarn es un disco muy variado y digerible, que demuestra la capacidad de nuevas bandas de reformular algo que está ya muy manido. Quizá recuerde demasiado a otros grupos, y sigue habiendo mucho “whoa, whoa ”, pero ante todo es un trabajo muy disfrutable y que viene de perlas para esta primavera/verano.