- Fotografías: Jaume Maneja. @jaumemphoto
Hace dos semanas tuvimos el enorme placer de poder asistir a un concierto de nuestro adorado Rick Astley y chavalada, si podéis ir a verlo en directo, HACEDLO. Sobre las 21:00, Jaume y yo ya teníamos nuestros pases e íbamos entrando a la sala. SURPRISE, parece que éramos los más jóvenes pero eh, chapó a la gente mayor con tantísima energía.
No puedo evitar sonreír cuando pienso en la manera con la que empezó el concierto cantando Beautiful Life, una canción que sin duda forma parte de mis favoritas del nuevo álbum; por su mensaje tan increíblemente positivo. Me encantó cómo empezó a moverse tan seguro sobre el escenario porque sabía de sobra que el público iba a estar muy entregado y ¡vaya! increíble.
El concierto siguió con This Old House, canción que, sinceramente, no me ha terminado de gustar porque metió un ligero chof entre el público, al ser algo más lenta y repetitiva. De todos modos la actuación fue más que buena y las cantantes que acompañaban a la leyenda se lucieron. Dos vozarrones impresionantes que más adelante tuvieron su momento de brillar (aún más) sobre el escenario. Ese bajón tan light lo arregló nada más tocar las primeras tres notas de Together Forever. La armonía entre todos los integrantes fue buenísima, todo pegaba y se notaba que lo estaban disfrutando muchísimo, y todos disfrutamos junto a ellos.
Después de un comienzo tan fuerte siguió con It Would Take a Strong Man, un momento un tanto romántico entre la gente, al haber tantas parejas. Todos comenzaron a abrazarse y moverse lento al ritmo. Fue un poquito pasteloso pero bueno, tan sólo es un adjetivo más que puede describir a este increíble artista. Otra cosa que me encantó fue que hizo una pequeña parte de Fly Me to the Moon y ay, mi corazón, qué momento más idóneo para un disfrute máximo.
Chance to Dance y Keep Singing fueron sin duda dos aciertos enormes en este concierto. La primera es el hype en estado puro, y fue para mí un poco inesperado que después de una canción como Fly Me to the Moon cantara algo tan bailable. La segunda ya fue más lenta y sentimental. Vaya si fue sentimental. Es una canción que trata a fondo el disfrute de la vida y me tocó ya más bien a nivel personal, por lo que este fue mi momento favorito del concierto. Todos estábamos cantando y viviendo ese momento. MENOS MAL que después tocó She Makes Me y mantuvo la tranquilidad y relajación en el público, sin crearnos una montaña rusa de emociones.
Pero Rick Astley no es Rick Astley si no nos causa un cambio de humor brusco cantando She Wants to Dance With Me seguido de Hold Me in Your Arms. Y aquí me gustaría recalcar la increíble armonía que había sobre el escenario. La voz de Rick, en combinación con las dos cantantes, un teclado impecable, el bajista y el guitarrista moviendo las caderas mientras tocaban y encima el batería en el fondo marcando el ritmo fue increíble. Esta armonía siguió durante Pray With Me y God Say. PERO (aquí tengo que volver a meter un enorme peeeeero) nada más terminar God Say, siguió con otro tema más lento, llamado Cry for Help y eso hizo que el contraste de la siguiente canción fuera aún más grande. Al ser tan «dolorosa» Cry For Help, Whenever You Need Somebody y Take Me to Your Heart fueron como un pequeño golpe en el estado de ánimo de ese instante. Las canciones increíblemente bien tocadas, no os voy a mentir, han sido buenísimas pero, aún así, no me terminó de matar esa combinación.
Lo que sí me encantó fue como Rick y sus cantantes se lucieron tantísimo, tocando canciones comerciales a su propio estilo. Get Lucky, We found Love, I should be so Lucky, Rapper’s Delight y Good Times. WOW. Lo bordaron, sacando sus increíbles voces de tal manera que incluso alguna que otra me gustó más que la original (véase We found Love y Good Times).
Y AHORA LLEGA EL MOMENTO MÁS ESPERADO.
Never Gonna Give You Up.
Por favor qué maravilla de canción, qué maravilla de comportamiento del público, qué agilidad sobre el escenario por parte de los músicos y qué ambiente más impecable. Fue sin duda el highlight del concierto. Lo único malo es que cinco horas después del concierto seguía cantándole Never Gonna Give You Up a mi hámster mientras me miraba con cara de sufrimiento.
Desde mi punto de vista ha sido un concierto exquisito, no ha faltado ni sobrado nada. El público tenía ganas de escuchar a Rick y a su grupo, y él quería disfrutar.
Una cosa que me llamó muchísimo la atención fue la importancia que le dio a las cantantes y al grupo en sí. Todos los integrantes tuvieron su momento de solo y repitió muchas veces lo importante que son esas personas tanto a nivel profesional como a nivel personal. Me pareció grandísimo que lo expresara tantas veces. Olé él.
En resumen, ¡ID A VERLE SI PODÉIS!
La MusiKalité 