El público con Natos y Waor. Foto: Festival Cruïlla
Ansioso y con un poco de nervios llego al recinto del Parc del Fòrum para lo que va a ser mi primer día de mi primer festival acreditado para La Musikalité. Por desgracia, el día anterior no pude asistir por cuestiones de trabajo a los conciertos de Black Eyed Peas y Aurora, algunos de mis nombres favoritos en el Cruïlla, pero solo el hecho de entrar tan tranquilo al recinto hace que todo eso se me olvide.
El festival barcelonés tiene fama de estar muy bien organizado, y no es para menos, sin nada de cola ya tengo la pulsera en mi muñeca y puedo disfrutar de un buen ambiente, una gran oferta de foodtrucks, unas barras bien preparadas y una cantidad de espectáculos realmente potente, sobre todo para un festival mediano.
Es jueves y es día de hip hop. La técnica de marketing de organizar los días para que haya un público predominante es un movimiento muy inteligente por los festivales y en este caso funciona bastante bien. Si bien fue el día con menos público, no hay que menospreciar la cantidad de público que se acumuló en las horas puntas, sin duda un éxito.
Lildami
El primer artista del día, bien prontito, llega con Lildami. El cada vez más popular trapero está consiguiendo crecer fuerte en el panorama del hip hop en catalán, mundo impulsado básicamente a través de internet, generalmente autoproducido y con un alma realmente underground. El directo, si bien comparte muchos elementos del género, respira un ambiente de diversión y reivindicación social agradable pero lejano a la rebeldía punk y la transgresión de otros artistas trap, parece que sabe que su público es de todas las edades.
Acompañado de Sr Chen, cantando las partes más melódicas y bien equipado con la camiseta del Papa, y Emotional Goku, aportando buena presencia y el toque de voz femenina, presenta su nuevo álbum Flors Mentre Visqui y da repaso a otros temas más antiguos, bien recibidos por el público presente. Dando vueltas por el escenario y con una representación escénica sencilla, el egarense conforma un set correcto pero no demasiado memorable como espectáculo individual, disfrutable, eso sí, para los fans, que pudieron vivir canciones como Serrallonga, La dels Manel o Catalano, entre otras.
Ayax y Prok
El escenario Estrella Damm se llena de expectación para ver a uno de los grupos grandes del festival, para mí, como mínimo co-cabezas de la noche. Ayax y Prok están en pleno crecimiento y, gusten o no, son los máximos representantes actuales de la tradición clásica del rap en este país, que empezaron en los 90’s bandas como Violadores del Verso. Su directo es justo como alguien que no les ha visto nunca esperaría. Dos chavales de Granada entregando lo necesario para defender buenas canciones de rap, con una buena conexión con el público. Si bien no son una banda de interactuar y crear un gran espectáculo, se ve una autenticidad en como presentan las canciones, las bromas que hacen entre tema y tema, pese a que yo les noto algo cansados, supongo, de la gira.
La setlist va dejándonos temas potentes, en su mayoría de los dos últimos álbumes del dúo: Cara y Cruz y Rojo y Negro. Desahucio, A Veces Se Me Pasa, A Veces Paso, Nietzsche y Salomé, Cuaderno de Bitácora, entre otras.
En definitiva, un show que los presentes disfrutaron mucho, tanto tranquilos entre el público como encima de los hombros de sus compañeros, dándolo todo con los temas que tanto han escuchado en sus casas, sobre todo en un concierto que fue de menos a más, con un público que se fue calentando con el tiempo.
Todos sabemos que el punto fuerte de los de El Albayzín es la autenticidad de lo que dicen y cantan y su directo lo tiene, pero creo que aún les queda recorrido para poder dar lo que se que pueden llegar a dar.
Antes de los siguientes grandes nombres del festival me paso un buen rato por el escenario Cruïlla Enamora en el que están Arkano y Blon en una cojonuda exhibición de la Red Bull Batalla de Gallos, en lo que fue sin duda el momento más álgido de la noche en cuanto a espectáculo. Es imposible negar el talento que tienen estos dos MC’s para dominar la improvisación, la retórica y sobre todo al público presente. Ninguno de los asistentes al show pudo parar de sonreír en todo momento con las grandes rimas, piques y bromas de esos dos grandes showmans. El tiempo pasa mejor mientras ves a Blon y Arkano coger al vuelo palabras de voluntarios del público, responder con estrofas a preguntas de los orígenes más variopintos posibles y hasta temas escabrosos. En fin. Me entran ganas de ir a ver la Red Bull auténtica.
Natos y Waor
El plato más grande de la noche en cuánto a caché y fans viene de parte de Natos y Waor, el dúo de rap madrileño que ofrecen un ambiente más tranquilo y adulto, cosa que se nota en el aumento de la media de edad. A diferencia de los granadinos, Fernando Hisao y Gonzalo Cidre tocan en su música temas personales, con menos bpm y un ambiente más relajado y susurrado, cosa que se nota más en su presentación. La banda sabe llenar el escenario sin necesidad de gran energía, acorde con el tipo de música que presentan y con un juego de luces algo más sofisticado.
Sin no demasiadas palabras van sucediendo las canciones, mayormente de su último álbum Cicatrices, bien recibidas y creando un ambiente pacífico y buen rollero, bastante clave para cerrar el día.