Desakato en su concierto en el Pirata Rock Festival. Foto: Jordi Laguía Morales.
Nos despertamos cansados pero sabiendo que es un gran día: el día de despedida del Pirata Rock y el día de nuestros queridos Desakato, unos asturianos que han demostrado más de una vez en esta web que saben cómo volver locos a un público expectante de acción y hardcore.
Nos embarcamos rumbo a Gandía, donde nos espera el primer grupo de esta jornada final del festival: Funkiwis.
FUNKIWIS: SIEMPRE VIENE BIEN UN POCO DE FUNK
Es curioso como en España tenemos a algunos de los mejores talentos del funk pero este género no recibe la misma acogida que el indie rock o el ska/mestizaje, estilos con mucho más protagonismo y más acogida.
Personalmente, soy un gran amante del funk, no por menos tengo tatuado el logo de los Red Hot Chili Peppers y los temas de los californianos han marcado mucho cómo entiendo el mundillo hoy en día.
Por eso, cuando Bea me animó a ir con ella a ver a Funkiwis, no supe decir que no y joder, quedé impresionado.
Funkiwis es un grupo joven (al menos eso aparentaban sus miembros) que mezclan a la perfección funk y punk rock en un directo energético y con muchas ganas y amor a lo que hacen, que es lo más importante.
Para ser un concierto a primera hora de la tarde, para abrir el festival, fue un show en el que el público, que se fue llenando poco a poco, se dejó la piel con cada tema del grupo. Saltando, cantando, abriendo pogo… y al fin y al cabo disfrutando del que iba a ser el último día de un festival que estaba haciendo las delicias de valencianos de todo el País Valencià.
Siempre es agradable ver cómo el funk sigue vivo en España y siempre es un placer ver cómo grupos como Funkiwis lo defienden sobre las tablas. Esperamos poder verlos más a menudo y con letra más grande en festivales… ¡por favor!
Antes de irnos a Desakato no dudamos en ver unos cuantos minutos de Arnau Griso, el dúo barcelonés de moda que, según ellos mismos dijeron, se estrenaban en festivales.
Aunque apenas pudimos ver canciones de ellos (aún así, pudimos ver temones como Desamortil), demostraron que su pop buen rollista tiene cabida en el ambiente festivalero que busca, sobre todo, desconectar y pasar un buen rato. Arnau Griso son perfectos en eso.
DESAKATO: EL CONCIERTO QUE CASI MUERO
No os voy a mentir: me encanta el hardcore punk. Es uno de los géneros que más oigo, sobre todo a la hora de ir a correr o al gimnasio. Es un tipo de música que consigue activarme y motivarme y por eso, para mí, los conciertos de hardcore son especialmente agotadores.
Desakato es mi grupo punk favorito de toda España pero, por desgracia, no podía haber disfrutado de un concierto completo de ellos como uno más del público las tres veces que le vi, ya fuera porque llegué tarde o porque me tuve que ir antes por una lesión de un amigo, nunca pude disfrutar al 100% de la experiencia Desakato.
Hasta que llegó el Pirata.
Las tres canciones desde el foso reglamentarias fueron todo un espectáculo, no sólo fueron algunas de mis favoritas (Humo Negro, Octubres Rotos y Trompetes de Xericó) si no que a cualquier fotógrafo que mirabas, estaba cantándolas como uno más mientras cumplía su trabajo. Los asturianos levantan amor en todo el mundo.
Una vez salimos al público, nos volvimos a reagrupar nuestra particular pandilla festivalera (La MusiKalité y Urban Life) y gritamos como descosidos con La Ira de los Hambrientos (mi canción favorita de ellos), Columnas de Humo y Tiempo de Cobardes. Un poco en el lateral del escenario Transmediterránea, alejados del gentío que ocupaba el centro, nos hicimos nuestra propia fiesta con sabor a hardcore.
Entonces llegó el momento. Pánico en Frankfurt. Juan me dijo que era su canción favorita y antes de pensar siquiera en las consecuencias de lo que iba a decir, solté…
“¿Y si tiramos pal centro a hacer algún pogazo?”. Y allí fuimos, sin ningún miedo y a base de empujar un poco, nos colamos en el centro de la pista, dispuestos a pegarnos un poco, todo de forma saludable.
Pues bien, de Pánico en Frankfurt y La Tormenta recuerdo poco más que una increíble cantidad de pogos, concatenados unos con otros, en los que no podías elegir si entrar o no: el pogo te elegía a ti. Un amalgama de saltos y empujones acompañado de gritar las letras de las canciones y de mucha pero mucha adrenalina (sinceramente, no recuerdo por qué ni en qué momento me hice adicto a la adrenalina).
También recuerdo que, poco antes de Cada Vez, en un pogo, Juan, de Urban Life, me dijo que me abandonaba a mi suerte para ir a ver a La M.O.D.A. Aún me duele su traición.
En Cada Vez, el público tuvo el hermoso gesto de sentarse y gritar en el momento de balada de la canción y, cuando rompió, saltar como locos para crear otro enorme pogo. Porque no, nunca son suficientes.
Tampoco sé cómo pero, finalmente, conseguí salir del centro del público y volver al lateral donde me esperaba una asustada Bea. “Juan me ha dicho que estabas muerto”. Bueno, casi, razón no le faltaba.
Con más tranquilidad, pude disfrutar de un final de concierto en el que vi como Pepo se hizo de rogar para saltar, diciendo que no estaba en su mejor estado de forma. Bueno… yo le vi bastante bien cuando finalmente se acercó al foso a hacer lo que mejor se le da: acercarse a su querido público.
Con el combo Cuando salga el sol y Heridas Abiertas y un público que ya se mataba en círculos hasta en las últimas filas, Desakato cerraron otro gran concierto, como ellos saben. Les echaré de menos hasta que los vuelva a poder ver.
Y con esto, cerramos nuestra aventura en el Pirata Rock. Un festival con errores que corregir (cancelar todas las entrevistas y avisarnos en el propio recinto estuvo feos) pero con un cartel increíble. Con unos años de experiencia en este recinto nuevo, el Pirata puede llegar a ser un evento de referencia en el País Valencià… ¡y esperemos que así sea!
¡Nos volveremos a ver!