¿Qué tienen que ver los memes, la psicología, la cultura pop, Los Simpsons y la música?
Cuando pensamos en Los Simpsons, probablemente lo primero que se nos venga a la mente sea a un hombre de mediana edad con severos problemas de control de la ira y cirrosis, no solo por su consumo abusivo de alcohol sino, además, por el tono amarillento de su piel.
Sin embargo, lo que es menos probable que surja es la gran labor psicológica que realizan para la sociedad.
Antes de explicar esto, ¿sabéis qué es un meme?
Bueno, un meme, según se entiende hoy día es cualquier clase de contenido que se comparte en redes sociales de manera masiva en un contexto, generalmente, de humor. Ampliando un poco el contexto podríamos llegar a ver la verdadera naturaleza de los memes. Los memes ya existían en la edad media, cuando los juglares cantaban historias entre poblado y poblado, cuando los compositores más famosos de Europa utilizaban el Dies Irae en sus obras relacionadas con la muerte o con sucesos trágicos. Los memes nos acompañan desde las cavernas, donde se utilizaban primitivos dibujos para ilustrar un conocimiento común: los animales, su caza y la comida.
Por lo tanto, si nos ponemos un poco quisquillosos podríamos decir que los memes son un subgénero dentro de una amplísima categoría de nuestras aptitudes como seres humanos: la cultura popular.
La cultura popular, el folklore, es el conjunto de conocimientos que caracterizan a un grupo de personas, una sociedad si nos ponemos, durante un período de tiempo determinado. Imaginad por un segundo una infinita y muy enmarañada red de átomos que, a simple vista son tan solo eso, una red, pero que visto de forma macroscópica conforman en realidad el tejido del universo que sustenta nuestras vidas. Pues, los átomos de esta red son los memes, y el tejido del universo que sustenta y caracteriza nuestro particular sitio en el universo es la cultura popular.
Y es que, ¿hay alguien aquí que no conozca el baptisterio romano del siglo primero? Nadie conoce por aquí al de la puestada, ¿verdad? Y, seguramente, nadie ha repetido nunca ni construido conversaciones en torno a expresiones populares que se han transmitido, (oh, sorpresa), de forma masiva y de particulares a particulares. Pa eso están, Ramón. Los memes están pa eso, ole, yo sí.
Y de todas las posibilidades memísticas que podrían existir dentro de la cultura popular de cada sitio concreto, quizá el meme que más destaca es la música.
En efecto, la música ha conformado un medio de comunicación importantísimo para la especie humana durante milenios, ayudando a replicar informaciones y transmitirlas de una forma pegadiza que facilitaba su comprensión y aprendizaje. No solo ejerce una primordial función comunicativa, sino que además la música tiene un componente social que interactúa dentro de un ecosistema intrincadísimo de otros memes, entre los que podemos encontrar el alcohol, la comida o el baile.
Y, si hay una serie que ha apostado por la música, las parodias, las covers y los cameos es, sin duda, los Simpsons. Es innegable que mucha gente habrá descubierto música viendo algún capítulo en sus largas 30 temporadas. Tendrías que ser un ser sin alma para afirmar que jamás has cantado “mamá se llevó las pilas” o “no conquistas nada con una ensalada”. Y, por supuesto, me niego a pasar por alto la espectacular actuación de The Who en el muro de Springfield.
Ahí lo tenéis, estamos ante una verdad incontestable: Los Simpsons, además de adivinarte el futuro, constituyen una importante pieza más en uno de los pilares fundamentales de la cultura pop, y es gracias a sus capacidades de divulgación que hoy en día el mundo es un lugar mejor.
Así que, relajaos, no temáis, disfrutad de la vida sabiendo que, de momento y esperemos que por muchos más años, una familia completamente disfuncional residente en uno de los peores países del mundo velará por la conservación de nuestra identidad popular. Es como si no llevara nada…llevara nada…llevara nada…