El arte es muy complejo dentro de sus facetas, tanto que puede llevarnos a experimentar combinaciones que nos dejen sin habla. Yo siempre he creído en la amplitud de nuestra visión artística, de creer que el arte es subjetivo y que cada uno/una puede ver arte en diferentes objetos y elementos, pero hay algo claro que creo que es unívoco para todos:
La música y la literatura son arte.
Dos puntos claves de expresión humana, mediante la escritura melódica pueden surgir diferentes obras que llegan al alma, te destrozan o te emocionan, te remueven o te alegran… simplemente te dan vida. A lo largo de mi vida han sido dos pilares esenciales para mi crecimiento y hoy quiero presentaros la música literaria, cinco canciones que para mí son pura poesía. Cuando las escuché por primera vez me rompieron, desgarraron y me dejaron pensando por la letra que las componía.
Algo esencial para que yo pueda considerar que una canción merece la pena, es su letra. Que llegue, que toque, que diga verdades y te deje sin aliento en su primera escucha. Con estas cinco lo viví, lo experimenté de una manera tan potente que hoy os vengo a contarlo para, sí no las habéis escuchado, lo hagáis, dediquéis unos quince minutos para disfrutarlas bien, después respiréis y digáis:
Uau.
¿Listos? Vamos a ello, a adentrarnos en una unión preciosa, en una música literaria.
Si Vas, Rayden
Todos tenemos el poder de elegir
Aunque nos tengan maniatados podemos decidir.
Que triste sería ser como quieren que seas.
Todos tenemos el poder de elegir,
Aunque el destino esté marcado no lo está el por venir.
Que triste sería ser como quieren que seas.
“Esta canción es un homenaje a un poema de Pablo Neruda, y dice así” es el comienzo de esta canción junto a unos solos de violín que te remueven cada poro de tu piel desde el inicio. David dice las palabras que os comento, después escuchamos el rugido de un animal listo para vivir y ahí, en ese instante, empieza todo.
¿Por qué hemos de existir a partir de lo que nos digan los demás? ¿Por qué no podemos simplemente vivir a nuestra manera, importándonos una mierda el mundo, siendo nosotros por encima de todo y de todos?
Es triste ver como en muchos casos nos dejamos sobrepasar por elementos externos que nos cierran, nos cortan el alma y las alas para seguir. Un amor, un trabajo, una vivencia… momentos que nos hacen decidir: sí o no, actúa. El miedo nos come, nos paraliza y no somos capaces de hacerlo… pero lo que nos olvidamos es que nuestra vida tiene un factor que muchas veces olvidamos y es clave:
El destino.
Rayden sabe siempre poner las palabras necesarias para hacerte reaccionar, para removerte y abrirte los ojos de una manera tan bestia que te quedas literalmente, jodido/a. No es fácil descubrir que vives como una marioneta, dictada por el mundo o por esos factores externos a ti que te manejan sin darte cuenta pero, cuando lo descubres, entonces ahí, en ese instante, empieza todo, tu vida.
Tú tienes el poder de ti mismo/a, ¿por qué guiarnos por sentimientos como la envidia? ¿Por qué hemos de promover la guerra sin fundamentos? ¿Por qué no quejarnos de placer por encima del dolor? Dejarnos fluir, vivir en los suspiros eternos, caminar por las montañas que tendrán mil piedras pero siempre acabas levantándote a la mil y una.
Detrás de una base musical potente, con beats que te hacen adentrarte de pleno en la canción, Si vas fue de las primeras canciones que escuché de Rayden y en ese instante, cuando la acabé de oír por primera vez os lo juro que dije: duele, pero así es la verdad.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Soneto 22, Pablo Neruda.
Neruda te rompe con su poesía, te desarma con verdades entremezcladas con suaves caricias por su selección precisa de las palabras que te llenarán. Esa sensación de calidez pero ruptura, de cercanía y dolor… Si vas de Rayden te desarma como Neruda lo hizo hasta su adiós.
Me va bonito, Zetazen
Estoy volando, sin planes, sin encajar en nadie,
Ahora me va bonito así,
En alta frecuencia vibrando, sin haberte visto por mis calles
Con todo el incendio en mí
De Zetazen ya os hablé anteriormente por aquí, presentándoos a un chico que habla desde el alma y no tiene miedo a romperse para hablarle al mundo, algo que para mí es admirable. Siempre me duele la primera vez que escucho alguna de sus canciones porque siento que pone palabras que yo desconocía en mi cabeza, haciendo que me escuche y a la vez entienda muchas de las dudas que me rodeaban día sí y día también.
Me va bonito es su último tema, con el que lo ha vuelto a hacer:
Hacer que sea muy difícil no suspirar al acabar de escucharla y decir, “pff”.
Que jodido es cuando quieres creer que estás bien después de una experiencia, relación o situación que creemos que hemos superado. Pero a la vez piensas: era lo que tenía que hacer, acabarlo, cortarlo y aunque duela, no es la primera derrota que vives. El tiempo de “luto” duele, pero el tiempo es el mejor placebo para que el dolor se vuelva más ameno hasta que, en el instante que te encuentres a la persona o revivas la situación, ya no duela.
El escribir, el hablarte por encima de todo, creyendo que igual al recordarlo vuelve el miedo y el temor pero al contrario, te reafirmas en tu elección y lo ves claro: ahora me va bonito sin ti. No es fácil decirlo, mucho menos hacerlo pero cuando te vuelves a cruzar a la persona que te dejó sin voz y ya no duele tanto lo piensas y dices:
Valió la pena el tiempo de llorar para volver a vivir de nuevo.
Zetazen nunca falla, siempre te deja con un nudo en el pecho incapaz de respirar al acabar la canción y te remueve de tal manera como el poema más desgarrador del mundo, aquel que al leerlo respiras por un instante y al segundo dices: qué miedo da el sentir algo de tal manera cuando no es tuyo…
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
Ya no, poema de Idea Vilariño.
Da igual el momento en el que escuches a Zetazen, igual que la poesía de Idea Vilariño, te deja sin habla y roto/a por un segundo.
Los días raros, Vetusta Morla
El futuro
Se vistió con el traje nuevo del emperador
Quién iba a decir
Que sin carbón, no hay reyes magos
Vetusta Morla fue mi camino en el mundo indie musical, desde que les descubrí obtuve una visión totalmente nueva de la música y a día de hoy puedo decirlo sin problemas: son y serán parte de mi vida por y para siempre. El conjunto que dan con su música es inexplicable, vivirles en concierto y directo debería de ser algo que todo el mundo tendría que hacer antes de morir, porqué son tan indefinibles por la magia que crean… sin palabras. Muchas de sus canciones deberían de ser patrimonio de la humanidad pero personalmente, Los días raros fue un antes y un después para mí al escucharla.
El crecer, el madurar, el vivir día a día y ser consciente de que la vida no para así que ¿por qué centrarnos en aquello que no nos deja respirar? ¿Por qué no, simplemente, vivir? Vetusta Morla grita a la vida en todos los sentidos, a ser conscientes de que no siempre habrá felicidad ni paz en nuestros días pero, a esos “días raros” hemos de abrazarles, quererles y aceptarles porque son y serán algo de nosotros por y para siempre.
La voz de Pucho para mí es inigualable, como la suavidad de la poesía de Lorca, que te llegaba a un punto de tu cuerpo, te dejaba una huella tan profunda que solo con el tiempo la descubrías para que se te quedase una marca, una herida de guerra eterna pero que al recordarla, al mirarla, sonreías porque eras consciente de algo:
De que estabas vivo.
Abrir los regalos despacio, lentamente, saboreando el momento. Por desgracia estamos en un mundo en que los instantes se van fugaces, sin darnos cuenta, se nos escapan de las manos y deberíamos verlo y reaccionar. Los segundos corren, no pararan por nosotros y cuando menos lo esperamos el final llegará y nos arrepentimos de muchas cosas… Por eso hay que reconectar, observar y preparar el plan perfecto para poder, libremente, vivir.
En su cabeza se enrosca
una serpiente amarilla,
y va soñando en el baile
con galanes de otros días.
Baila, poema de Federico García Lorca.
La melancolía escondida detrás del mensaje de vivir siendo consciente de que el reloj de la vida no parará por ti. No dejemos que el final llegue sin haber abierto todos los regalos posibles, aunque el carbón se encuentre entre ellos.
Virtud y Castigo, Arde Bogotá.
En la batalla que mantengo en mis recuerdos contigo
Con esto vas a flipar
Pero ya todo igual
Si te quiero más
Me arruinarás
Arde Bogotá han sido un descubrimiento reciente y del cual me enamoré en pocos segundos. Un toque diferente noté en ellos, una música propia donde la base musical no la he escuchado antes y eso es algo que, hoy en día, es difícil de decir. La batería toma un papel excepcional en cada una de sus canciones, un instrumento que me flipa en todos los sentidos y con ello marcando un ritmo eléctrico para transmitir palabras dolorosamente reales.
Los recuerdos pueden ser aliados o enemigos en muchos casos durante nuestra vida, un vestido, una fotografía, un mensaje… todo partiendo de un romance o relación que más que una experiencia, fue una locura. Pero el tiempo pasa y, aunque no puedes acabar de creértelo, el destino te une a esa persona que te remueve por dentro de tal manera que llega a doler… pero si duele, será por algo, ¿no?
Cuesta aceptar verdades que creías ilusiones, cuesta decir que sí a algo que temías con locura que ocurriese pero la vida es para valientes y si no jugamos, ¿qué hacemos? Arde Bogotá grita a jugar, aún con pros y contras, aún con virtudes y castigos, vale la pena hacerlo porque el arrepentimiento y la duda son lo más jodido del mundo, vivir con ellos es la peor condena que puede tener cualquier ser humano.
¡Oh yo, vida! Todas estas cuestiones me asaltan,
Del desfile interminable de los desleales,
De ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre, pues,
¿Quién es más necio que yo, ni más desleal?
¡Oh yo, vida! Poema de Walt Whitman.
Explosividad pura y dura para hablar de heridas comunes, ese cable link que te une a una persona que creías que era imposible e igual ella piensa lo mismo, que no puede ser posible que el mundo os una de por vida… pero el juego de la vida es este, vivir sorpresas por sorpresas inesperadas. Algo que Whitman gritaba con sus poemas, el gritar a los necios que no eran capaces de vivir apartando sus miedos y inseguridades, sabiendo que los giros que iba a dar la vida serían impensables pero, ahí estaba la gracia de todo ello.
Fugitivos, Bruno Alves
Tal vez no sea el momento de tenerte
Tal vez mi suerte sea solo soñarte
Conformarme con caricias de tus manos
Que ya empiezan a quebrarme
Bruno ha sido el descubrimiento más reciente de los cinco pero no quiere decir con ello nada, porque con esta canción, su primer single en el mundo de la música, me dejó sin habla. Con toques clásicos como el violín y acústicos como la gran presencia de la guitarra acústica, Fugitivos fue su estreno en esta industria, un estreno que enamoró a muchos y dejo sin palabras a otros muchos más. Operación Triunfo le dio la oportunidad de poder ser conocido y llevar su música a lo más alto, personalmente, todo un acierto. Cuando Fugitivos salió él se encontraba aún en la academia y no pudo conocer en directo las reacciones a su single, pero al salir pudo observar algo claro: había enamorado a todos.
La verdad mediante caricias procedentes de su voz, Bruno habla desde el alma y eso es lo que todo músico ha de hacer.
Ese amor imposible, el dolor de saber que dos personas aunque se quieran no pueden estar juntas por diferentes situaciones… Los baches son uno de los elementos que componen nuestra vida y normalmente forman parte de sentimientos como el amor. Bruno grita a esa impotencia, a ese temor de querer a alguien a quien no podrás amar nunca y aunque en el fondo lo sabes, eres consciente, caes.
La nitidez de su voz hace que ese temor llegue más aún, atravesando la piel para notar esos nervios, esa excitación al ver a la persona pero a la vez la pena al no poder quererla nunca como el corazón te lo pide. Bruno ha demostrado al mundo que él solo escribe si siente lo que canta y Fugitivos es un ejemplo de ello.
Yo quisiera escribirlo, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Rima 1, poema de Gustavo Adolfo Bécquer.
Como la suave poesía pero dolorosa de Bécquer, cuando un alma parte de su verdad, aquél/ aquella que la/lo lee se emocionará, es inevitable, porque el ser humano cuando nota algo tan real adentrándose en su alma… le deja sin palabras.
Cinco canciones, cinco artistas, mucho talento y mucha alma puesta que me hizo sentir este lazo entre dos ramas artísticas tan bonitas y necesarias, aquellas que sin querer y sin buscarlo, llegan a complementarse a la perfección.