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[Review] ‘Corazonada’, de Veintiuno: La consolidación de un sonido

Por fin.

Desde ese 22 de enero de 2020 en el que escuchamos ese primer «Ven, ven, ven» han pasado meses, aparecido monstruos, llovido ríos y hemos soportado una pandemia, a los peores haters y a nuestros más profundos y dolorosos anhelos. Pero, por fin. Por fin tenemos nuevo álbum de Veintiuno. Por fin tenemos Corazonada.

Más que un álbum, un cuento y más que un cuento, una fábula del corazón que se escapó del pecho y el caos que provocó. Pero, por encima de todo, un discazo. 14 hits que van entrelazándose, comunicándose entre ellos, tomando referencias unos de otros y confeccionando una continuidad tanto musical como narrativa digna de admirar. Sin duda, Diego, Yago, Pepe y Jaime se han dejado la vida en este LP.

Corazonada demuestra muchas cosas, pero si hay una que cabe destacar de todas ellas es el asentimiento de un estilo: la consolidación del sonido Veintiuno. La propuesta por la que los toledanos llevan peleándose desde el ya lejano 2013 con su Un Atlas para deshacerlo todo se ha asentado y coloca indiscutiblemente a la banda en un lugar único y destacado en el panorama musical actual. Trataré humildemente de desgranar minuciosamente este estilo tan propio y reconocible a través de sus letras y canciones. Acompáñenme.

Júbilo

La carta de presentación perfecta. Una intro de 1 minuto en constante crescendo donde la banda deja clara su sello de identidad del que hemos hablado: brillo, frescura, esponjosidad, alma ochentera y ciertos aires funk; todo maridado sobre una base rítmica genialmente producida llena a rebosar de recursos de lo más actuales que beben directamente del trap. Desde el primer compás, hemos sabido hacia dónde llevaba esta intro…

Mi monstruo y yo

Siendo poco partidario de sacar como single el primer tema de un álbum, agradezco que nos dejaran disfrutar de este huracán de canción con antelación. El sonido Veintiuno se carga de una energía y una potencia que no levantan el pie del acelerador ni un solo segundo llegando a unas dinámicas que rozan el rock duro hacia el final del tema.

Los toledanos disparan, además, una de sus mejores balas, presente a lo largo de todo el LP: el estribillo. Mi monstruo y yo cuenta con un estribillo pegadizo al extremo donde tanto la melodía como el ritmo de la voz de Diego consiguen instalarse en el ático de nuestras neuronas. Travesura realizada, días y días con el dichoso «Yo no me he perdido, me estoy buscando» en la línea de metro entre nuestro cerebro y nuestros labios…

Una letra en el punto preciso entre la claridad cotidiana y la metáfora que recuerda ligeramente a My stupid mouth de John Mayer (fácil encontrar ciertos paralelismos musicales entre la banda y el músico americano) acaba de confeccionar la guinda del pastel de un tema redondo perfecto para arrancar Corazonada.

Haters

El primer adelanto del álbum fue sin duda una declaración de intenciones. 100% estilo Veintiuno. No hay maridajes ni hibridaciones. Solo un pop fresco y potente con toques funk; marca de la casa. Es este el tema con alma más Gourmet de los 14 pero encaja a la perfección en el puzzle de Corazonada gracias a esa fidelidad sonora.

La banda se divierte en su vertiente más festivalera mientras mezclan referencias a El club de la lucha y Lope de Vega sin despeinarse (inequívoco ese «quién lo probó lo sabe») regalándonos así una declaración de amor pura a la par que actualizada.

Caramelo

Y llegamos, creo, a la joya de la corona. Caramelo es el temazo de Corazonada; el hitazo ( y eso es MUCHO decir).

El estilo Veintiuno llevado a su máximo esplendor abrazando sin complejos un pop que consigue trascender. La sensación de estar escuchando -permitidme el atrevimiento- una de las mejores canciones nacionales de estos últimos años se nota desde el «¡OUH» que hace arrancar el tema.

La pluma de Diego encuentra su estado de gracia en esta pista. La musicalidad de la letra es inmejorable, especialmente en el puente y el estribillo, donde la rima y métrica llegan a unas cotas de precisión admirables,

El riff de teclado, la guitarra incansable de Jaime y el dúo bajo batería/Yago-Pepe (pocos hay más cohesionados) entran flotando a través de nuestros tímpanos y despliegan un mar en calma de energía positiva que nos llena hasta el último de nuestros capilares sanguíneos en este Caramelo. Y, ante la tónica final del tema, caemos rendidos ante él. Canción en la que vivir y ser feliz.

Parasiempre- feat. Ainoa Buitrago

La primera balada del álbum es uno de los ejemplos más claros de consolidación del sonido de la banda. El pop juguetón de la banda extiende sus raíces y se encuentra con la canción de autor acústica dando como resultado una preciosidad.

En esta hibridación de sonidos es clave la producción a cargo de los barceloneses Santos y Fluren, quienes logran por enésima vez hacer posible lo imposible y maridan la delicadeza acústica con la energía festivalera a la perfección. Pero si hay un nombre propio en esta canción es el de Ainoa Buitrago.

La madrileña se hace con el tema en su primera frase gracias a adaptar ligeramente su preciosa voz aterciopelada al pop del tema sin perder ni un ápice de su tacto y sutileza. La calidad de su aportación es tal que consigue hacer bailar a la voz de Diego en el terreno de la balada de forma mucho más orgánica y cómoda que en su versión acústica de Los Santos Imprudentes.

(Además, es la canción de mi chica y yo, no hay más preguntas, señoría.)

Nudes- feat. Chica Sobresalto

Tras la parada emotiva, vuelve la fiesta. Volvemos a tener la marca de la casa sin filtro. Y ese es probablemente el mayor problema del tema que, al aparecer entre dos de los mayores desvíos del sonido principal del álbum, le cuesta encontrar su propia identidad. Sin embargo, el sonido insigne de la banda, otro estribillo pegadizo a rabiar y, por encima de todo, la aportación de Chica Sobresalto lo salvan.

La pamplonesa dota al tema de un brillo especial gracias a lo mucho que se la nota disfrutar cantándolo, su peculiar forma de proyectar la voz y las muy interesantes armonías vocales que desencadena. Sin duda, la protagonista de este Nudes.

Corazonada

La canción homónima llega justo a mitad del álbum y os aseguro que casualidad no es. Como si del mismísimo Aleph de Borges se tratara, este tema se conecta a través del nombre con el título del disco y, de alguna manera, lo sintetiza creando un entramado de relaciones y referencias de pura orfebrería. El cuento llamado como el gran cuento que, desde dentro de él, se vislumbra todo el universo del cuento general.

Lejos de las idas de olla metaliterarias, en este séptimo corte nos encontramos con la canción más experimental y arriesgada del LP en la que un largo instrumental te trae hacia el corazón de la canción y su primera parte te hipnotiza para luego hacerte flipar durante el viaje. Une melodía muy rítmica y repetitiva sobre una base simple que recuerda a anteriores temas de la banda como Delirio y Equilibrio o Gourmet desemboca en el mejor momento del LP.

La instrumental de a partir el minuto 3:05 de tema es una maravilla que, a la vez que hace crecer el tema; va incorporando pads electrónicos con sabor al reciente Future Nostalgia de Dua Lipa, un piano puramente ochentero, medio rapeados de fondo, fraseos de guitarra puramente rockeros y unos juegos con la voz que, con suma precisión, se conforman como 2 minutos de absoluta genialidad musical.

Lluéveme un río

Detrás del tema con sonoridad más cercano a lo ñoño – sin llegar nunca a caer- se encuentra un mensaje bastante cargado de ironía y cierta chulería (dadle una vueltecita a ese río…). Musicalmente, es el tema más grande del disco gracias a la transición de ese estribillo con influencia del gospel más épico derivado de sus coros multitudinarios y angelicales y sus acentos rítmicos arrastrados; a un final a galope desbocado en el que los coros, sección rítmica y guitarra aceleran la voz hasta el final, donde la tormenta acaba y, tras las últimas gotas, vuelve a salir el pacífico y placentero sol.

Además, el videoclip da para unas cuantas partidas de Quién es quiénSpanish version y ojito con la referencia involuntaria a Wii Sports.

Anhelo

Tremendo temazo. El salto al vacío con resultado óptimo. El mayor ejemplo de la consolidación final del sonido Veintiuno. ¿Es posible llevar el pop-funk ochentero a la música cubana? SÍ. Tener tu sello personal tan trabajado y perfeccionado a lo largo de años te lo permite. Y gracias al cielo por ello.

Los vientos iniciales acompañando a las disonancias del piano ponen los pelos de punta; puro sabor cubano. Y en el segundo 24 *pam*; break de batería y el estilo de la banda entra a escena. A partir de ahí, puro goce. La melodía viste a la perfección una letra tan directa a nuestras debilidades que incomoda, el trabajo de los vientos es impresionante (se nota que está grabado por propios músicos cubanos) , especialmente en sus instrumentales, respaldadas en una base tan segura como llena de groove. Además, la voz de Diego suena sorprendentemente cómoda en este nuevo registro. El manejo de dinámicas acaba dándole el 10 a este genialísimo Anhelo.

Tremendo temazo.

Tanto

Llega la que, posiblemente, es la canción más floja del álbum. Las primeras escuchas dejan algo indiferente; sin embargo, el estribillo tiene la misma capacidad pegadiza que el resto de los del disco y la violencia de la letra contrastando con la sutileza de la base despiertan el suficiente interés como para no pasarla. Sin embargo, sí se siente como una Cara B. Eso sí, la única de todo Corazonada.

Salvavidas- feat. Pole.

Una nueva hibridación. Esta vez con una especie de indie-rock que funciona como un tiro. Además, con aportación rap del también toledano Pole. . Talento manchego.

Salvavidas cuenta con varios puntos de interés: por un lado, el recurso lírico de explicar una historia, que se siente fresco y sutil en consonancia con el resto de letras del LP; destaca también una armonía arriesgada que no duda en incorporar acordes extraños que generan una tensión muy efectiva a la par que bien resuelta y, sobre todo, la colaboración de Pole., quien no solo aporta un toque distinto y genial en forma de coros, sino que su breve intervención rapeada, contra todo pronóstico, actúa de lazo de todo el tema con energía, actitud y mucha calidad.

Artistas españoles, por favor, pedidle más a Pole. que colabore con vosotros, gracias.

Cortavenas

80s más que nunca. Una versión instrumental de este tema podría pasar por una de Cyndi Lauper y, por favor, ¿cómo no va a molar algo así? Además, nos topamos con el enésimo estribillo genial (huele a momentazo en los conciertos), varias referencias a otros temas del álbum, un solazo de guitarra tan inesperado como brutal y un sonido de mensaje telefónico de inicio y final de tema.

Otro exitazo de este Corazonada y uno ya empieza a perder la cuenta…

Desvelo

Entiendo que todos odiamos esta etiqueta, pero Desvelo es seguramente el tema más maduro de la carrera de Veintiuno. Es esta una canción que, tal y como todos nosotros, está llena de contradicciones y sentimientos opuestos pero complementarios.

Una dulce melancolía lo inunda todo, desde una letra que duele y acaricia («y la verdad, aunque siempre acabe mal, me curaría el desvelo dormir contigo y fingir después que no ha pasado jamás») hasta la propia base que, pese a perseguir siempre bien de cerca una luz, nunca acaba de alcanzarla.

Es belleza, es dolor, es saudade, es Desvelo.

Se me ha olvidado

Si Desvelo era la contradicción de tristeza y delicadeza, este corte final de Corazonada, es la tristeza descarnada. La peor de las tristezas: la silenciosa, la solitaria, la de las paredes del cuarto cerrándose ante unos ojos que guardan una sola lágrima salada que escuece.

Tristeza que nace de la evaporación total de la memoria. Que nace la mañana siguiente del último contacto de la levedad de unos recuerdos antaño omnipotentes con la yema de los dedos. Un todo decadente que ahora es ya nada es esta canción.

Inevitable no pensar en el Ya no me acuerdo de Estopa; pero mientras en aquel predomina la confusión y la rabia encorsetada; en este cierre de álbum no hay nada más que una amarga y silenciosa pesadumbre que, al igual que los recuerdos que la precedían, se desintegra en un último aliento desamparado que musita «tiene ironía».

Podrían escribirse innumerables virtudes más de este viaje-cuento-fábula-discazo que es Corazonada y que ya lleva acompañándonos más de un año; pero, como siempre, es mejor dejar a la música hablar, así que, por favor, cerrad esta pestaña y corred a sumergiros en estas 14 canciones increíbles que han consolidado un estilo tan único y potente como es el de Veintiuno. Corred a sumergiros en Corazonada.

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