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[Crónica] Viviendo el peligro de Arde Bogotá

Sería engañaros a vosotros y a mí misma si no os dijese la ilusión que me hace escribir esto. La música en directo es vitamina en cualquier cuerpo muerto pero lo que vivimos el pasado viernes 4 de marzo fue una reanimación pura, creadora de un Frankenstein perfecto. Es precioso ver en la mirada del público como el alma de cada una de las personas que llenan la sala se ilumina al sentir las canciones que escuchan y tienen delante de sus narices y lo que sucedió en Luz de Gas de la mano de cinco cartageneros fue el claro ejemplo de ello.  

Arde Bogotá tocaban por primera vez en Barcelona, siendo su primer contacto con su público catalán, aquellos llevaban pidiéndoles desde sus comienzos y a causa de ello, las expectativas e ilusión por el concierto estaban por las nubes.

(Antes de nada no puedo dejar de agradecer a Son Buenos por recibirnos tanto a Esther como a mi dentro de su familia, dejándonos estar desde la prueba de sonido para ver como nacía la magia de los chicos.)

Alrededor de las 18 de la tarde Cartagena llegó a Barcelona para empezar a crear el espectáculo. Las carreteras de nuestro país estaban siendo el salvoconducto para que La Noche llegase a las puertas de una ciudad conocida por su tranquilidad y parsimonia, algo que Antonio, Dani, Pepe, Jota y Lalo rompieron por completo.

Al entrar pudimos ver el “detrás de cámaras” que existe a la hora de preparar todos los conciertos. Miles de cables rodeando la electricidad de cada uno de los instrumentos y voces que componen la banda, la complejidad de poder entender cada funcionalidad de ellos y el ver como la preparación de un directo no consiste solo en llegar a la sala y empezar a tocar, totalmente al contrario. Pero además de ello, de la profesionalidad que les rodea, pudimos ver la hermandad que vive en cada una de sus almas al entenderse con las mínimas palabras y con eternas miradas. Ellos son el ejemplo de que la música crea lazos que nada ni nadie más puede ni podrá explicar, no son hermanos de sangre, son hermanos de arte.

Fueron probando diferentes temas tanto de La Noche como de El Tiempo y la Actitud: Quiero Casarme Contigo, Exoplaneta, A lo Oscuro y Millennial, este último fue el que más trataron para probar voces, guitarras y que se escuchasen entre ellos correctamente para poder ir sobre seguro y garantizar tanto para ellos mismos como para el público una noche inigualable. La hora de abrirse las puertas del recinto se estaba acercando, los chicos acabaron la prueba de sonido y tuvieron un ratito para el meet & greet con Johnnie Walker junto a las personas afortunadas que pudieron conocerles, charlar con ellos y guardarse un recuerdo de esos momentos anteriores al comienzo de la velada.

Tocaron las 20 y Luz de Gas abrió para que entrase el público y empezasen a calentar sus motores, vidas en forma humana se adueñaron del suelo y del aire de la sala, aquellas que llevaban meses y meses deseando vivir una sensación antiaérea en directo. Se notaba un “run run” de ansias por el comienzo pero solo duró media hora, ya que los chicos salieron puntuales y con su primera aparición el público se rompió por completo. Jota, Pepe, Lalo, Dani y Antonio en orden llegaron al escenario para empezar la guerra con un peligro muy oscuro, algo “Dangerous”.

Con un comienzo eléctrico pudimos ver a los admiradores de Arde Bogotá conectados con el grupo desde el primer minuto, creando una unión sonora donde la voz de Antonio y la del público parecían una sola. El peligro rodeaba Barcelona con el rojo fuego de la guitarra de Dani, reflejando aquél que sentían las almas que conformaban el público esa noche. Lo que también pudimos observar desde el primer tema es el dominio de Antonio de los tempos y del espectáculo, siendo innegable el decir lo siguiente: es un puro showman.

Del peligro nos fuimos al “Cariño”. Os diría que fue uno de los temas más cantados pero ahora recordando me pregunto ¿hubo alguno que no fue vivido al 500%?  La conexión que nació con Dangerous seguía intacta en ese tema con el que es imposible no bailar y darlo todo. Lo que me sorprendió al vivirlo en directo fue lo siguiente: el respeto que sintió el público en momentos claves del tema, mirando y escuchando por encima de todo. Eso sucedió con el solo de Dani. Antonio le dejó paso y allí la guitarra dominó la noche por unos segundos, haciendo mover almas que se daban por muertas en muchos momentos.

Del Cariño nos fuimos “A Lo Oscuro” y aquí no puedo no decir esto: el comienzo grave de Pepe con su bajo me dejó con la piel erizada. Es un tema muy profundo y el groove que le dio en el comienzo para marcar el tempo junto a Jota y su magia acústica con el dominio de la batería… simplemente sublime. Fue la introducción perfecta para adentrarnos en el aura de la canción. A parte de ello con esta canción se ve la formación musical que marca Arde Bogotá, donde Dani y Pepe al unirse con una simple mirada te hacen entender que respiran música por encima de cualquier pensamiento. 

Gravedad alzada a sensualidad que proseguía con un momento “Millennial”. Mi tema favorito, es así, no os engañaré, es mi debilidad y antes de poder vivirlo Antonio hizo un pequeño speech con el que muchos de los presentes nos emocionamos y sentimos identificados.

“La vida para los jóvenes de hoy en día es demasiado complicada y expuesta a una dureza incomprensible, viviendo por ello en una precariedad inmerecida por parte de quienes nos dicen que somos la cura a esta crisis llamada mundo… Pero lo que no recuerdan es que somos humanos, no héroes destinados a salvar las cagadas que ellos hicieron.

Acabaron sus palabras, empezaron los aplausos por parte del público y a la vez los primeros acordes del tema. Pude fijarme como lágrimas de empatía y de verdad nacían de muchas mejillas de los asistentes, viendo y notando como la verdad de la canción se sentía y vivía en muchas almas de la sala. Y además de ello, sí, volveré a repetirme con esto pero es innegable hacerlo por el momentazo que fue: llegó el solo de guitarra de Dani y aquí mi cuerpo actuó solo, erizándome la piel desde la primera nota hasta la última. Es uno de los dos temas por los que La Noche se ha vuelto un álbum clave dentro de mis 25 años de vida así que, era demasiado esperado que viviese lo que viví en ese instante.

Y de ese momento Millennial vivimos un “Big Bang”, el comienzo de toda esta locura. La rabia se apoderó del grupo y del público, viendo como había muchas ganas de sacar toda esa mierda que llena nuestras mentes, la impotencia que corroe el alma en muchos momentos y con este tema podríamos decir que se encontró “la excusa perfecta” para gritarle a esa persona que no supo valorarte: mírame, ahora soy el Big Bang. Y de esa gran explosión nos pasamos a la contradicción, “Quiero Casarme Contigo”. Podría parecer el título de una canción de amor eterna pero, creedme, es todo lo contrario y el propio Antonio lo aseguró. Un tema que habla de aquello que crees que es el amor pero no es oro todo lo que reluce y en este caso sucede lo mismo. Unida a la rabia de “Big Bang” se notaba la intensidad y fuerza con la que el público estaba cantando la verdad de cada canción y en Quiero Casarme Contigo no iba a pasar lo contrario.

Dentro de la rabia tuvimos un momento de sensualidad con “El Beso” donde Antonio creó la sensación en el público de estar cantándoles a cada uno de ellos y ellas al oído este tema que grita algo claro: hagamos el amor hasta que no nos queden días para ello. Un cambio de tono dentro del concierto pero con la misma esencia del grupo, pasando de El tiempo y La Actitud a La Noche para volver al primer Ep con Virtud y Castigo, un tema que rompe las barreras de la música.

¡Viva Cartagena!” se pudo escuchar en un momento, sacando las sonrisas de los chicos y creando un grito al unísono por parte de todo el público para alabar a esa bella ciudad donde nacieron estos 5 grandes músicos.

Íbamos entrando ya en el final del concierto pero antes de nada Antonio nos pidió unos segundos para hacer un brindis y tener unas palabras para aquellas personas que crean música sin ser vistos. (Todo su equipo de management, Sony Music, técnicos y semejantes, demostrando que por encima de todo ellos están en el escenario pero no son nada sin su familia, quienes están a su lado en cada concierto día a día). También agradecieron a Ocata por darles la oportunidad de estar allí y acompañarles en la presentación de su nuevo disco y por último al público, a todas las personas que se encontraban presentes en ese día tan especial para ellos. Antonio, Dani, Pepe, Jota y Lalo les dedicaron un brindis y aplausos por la emoción que estaban sintiendo y la conexión con ellos siendo la primera vez que venían a tocar aquí.

Se acabó la celebración para tocar un tema que nos iba a “hacer cambiar” un poco… “Te Van a Hacer Cambiar” rompió muchas almas y barreras de la música pero en especial también la cola de Pepe, a quien le duró 5 segundos por toda la energía que le recorría por el cuerpo y con ello mostrando que la electricidad que nacía de su bajo venía de un lugar en especial, de su alma. Pero si algo hay que remarcar en la locura de este tema fue cuando Antonio salió un momento a ponerse una mascarilla y después bajó sin pensarlo dos veces al público, rodeándose de aquellas personas que estaban allí para darlo todo con su música y llevándonos a vivir una consecuencia preciosa: el suelo de Luz de Gas temblaba de emoción y de vida. Cuando la canción acabó me vino un pensamiento a la mente que me apetece traéroslo aquí:

El tiempo y la actitud les hicieron cambiar, crecer pero no han perdido ni perderán aquello que les hace ser queridos; la humildad de sus comienzos.

Tres canciones quedaban y la que iba a venir nos prometía una cosa clara: lágrimas por todas nuestras caras. “Exoplaneta” es el himno de Arde Bogotá, la canción que ellos sienten que es hogar allá donde van y tocarla por primera vez en Barcelona fue inigualable tanto para ellos como para el público el sentirla. Emoción envuelta en sonrisas llenas de lágrimas por parte de quienes les escuchaban y ojos cerrados con sentimientos en el pecho por parte de ellos, dando todo aquello que les llenaba la música en ese instante para sacarlo a fuera y emocionar de la misma forma que ellos se emocionaron al crear esta canción. Un momento culmen que dejó sin habla a muchos y a estos cinco cartageneros sin palabras por unos instantes.

Dos canciones para el final, dos himnos con los que acabar. “Antiaéreo” fue la primera con la que el  público no dejó de gritar, saltar, sentir y apoderarse de ese instante para no perderlo nunca de sus memorias. Un tema que te incita a vivir sin tener miedo, algo que mucha falta hace en estos tiempos. “Abajo” fue el final, la afonía iba a establecerse en Luz de Gas porque nadie se estaba guardando la voz y con esta canción iba a ser el golpe final. 

Que haya suerte en evitar la muerte
Y en bailar tan fuerte que al final revientes
Y al fin
Y al fin
Llegar abajo

Esa última estrofa rompió el final de la noche, los aplausos de cada una de las personas que estaban presentes y el comienzo de Dua Lipa para poner el broche final al concierto. Antonio, Dani, Pepe, Jota y Lalo no dejaban de sonreír emocionados al ver como en su primer concierto en Barcelona su público quería seguir ardiendo con ellos y lo pudieron reafirmar, ya que al irse ya los chicos al camerino seguían cantando sus canciones de una manera muy especial y emocional.

Arde Bogotá llegaban a Barcelona para hacer temblar los cimientos de la capital catalana y, creedme, aún siguen habiendo resquicios de afonía por las calles de esta ciudad, aquella que sentirá siempre la necesidad de perderse por la noche cartagenera.

Fotos por Esther Cobos en Flickr.

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