El vivir por primera vez el directo de un grupo que has escuchado tanto es una sensación inexplicable y a la vez temerosa. ¿Te decepcionarán? ¿Sentirás un vacío por qué no acaban cumpliendo tus expectativas? ¿O todo lo contrario y te dejarán sin palabras? Esas eran mis dudas cuando me comentó mi compañera Esther que iríamos a vivir a Melifluo en directo. Ella ya pudo disfrutar de ellos en el Festival de Pedralbes en la época Covid, en ese horrible momento en el que teníamos que estar sentados para vivir la música en directo, pero yo aun no había tenido esa oportunidad y tenía muchas ganas de vivirles por toda la historia que lleva al grupo en sus espaldas y la magia que han producido siempre sus canciones en mi al escucharlas. El día llegó el pasado Sábado en la Sala Sidecar de Barcelona.
Esta pequeña sala ha acogido a otros grandes grupos como Niña Polaca, dando la oportunidad a cualquier músico o grupo de poder tener su lugar para presentar su talento en la ciudad condal catalana. Y con Melifluo se vivió un ambiente acogedor, de una familia reunida para apoyarles y disfrutar de un directo del cual, personalmente, me quedé prendida por la fuerza y la electricidad que respiraban.
Por motivos laborales no pude ver el comienzo del concierto, entrando en la sala en el inicio de la tercera canción del setlist, La Misma Dirección, con la que ya empecé a sentir el hechizo de su música entrando por mis venas y del que no me despegué hasta llegar a casa y tocar la cama.
No puedo olvidarme antes de nada de contaros la novedad en el directo de Melifluo. Rafa ya no está a los mandos de la guitarra, tenemos a Edu como su sustituto quien demostró una vida y amor por la música impresionante. Una nueva incorporación para unirse a Mariate al teclado, Juanan al bajo, Gómez como voz del grupo y Juanca siendo el creador de la acusticidad de la banda. Juntos crean una unión de talento y de arte que me dejó con una necesidad clara de vivirles de nuevo lo antes posible. Pero, creo que querréis saber cómo fue disfrutarles y que tocaron para crear en mi este gran deseo, ¿verdad?
La Aventura de Sentirnos Vivos dio el pistoletazo de salida a una noche de pura música en la Sidecar. El Fuego fue la continuación de ello con “La Misma Dirección. Un inicio fuerte con el que era inevitable saltar, gritar y a la vez ser consciente de que al día siguiente serías la representación gráfica de la afonía en persona.
Melifluo mostraron tanto amor por la música como por quienes les han apoyado en el camino y por eso, puedo decir que no se olvidaron de unos grandes amigos con quienes hicieron una versión de un tema suyo, Me Faltas Mucho. Sidonie han sido unos grandes maestros para ellos y se pudo notar el amor que sienten hacia este eterno grupo junto a un máximo respeto. Esta canción es pura ternura unida al rock que caracteriza al grupo, mostrándonos la vena romántica de estos artistas y a la vez una faceta más de este proyecto.
Antes pudimos disfrutar de Nadie Puede Pararme la cual creó en mi un calor en el alma impresionante por la letra que llena a la canción, muy necesaria en momentos de desesperanza propia. Después vivimos Misteriosa Luna de Oriente y seguidamente vino La Titulación, canción con la que se pudo vivir una energía pura muy propia de ellos.
A continuación vivimos uno de los temas más recientes de la banda, 15 pitis. Un rock muy puro con una letra con la que muchos y muchas podemos sentirnos reflejados e identificados. Con una combinación de luces eléctricas unida a la electricidad propia de la canción, se vivieron saltos eternos y sonrisas de felicidad y de energía en el público. Y también, algo innegable que se pudo ver durante todo el concierto: Juanca no paró de hacer cardio porque sus brazos volaban al ritmo de la grave pero suave voz de Gómez. Con un final que respiraba groove por todas las paredes de la Sala Sidecar, se sintió el humo de esos 15 pitis en cada alma de los que estábamos viviéndola en directo.
De allí nos fuimos a vivir La Guerra de las Galaxias con la que nos adentramos en un tono triste eléctrico pero manteniendo la esencia del comienzo para llevarnos a vivir una canción que había escuchado poco de ellos y, después de vivirla en directo, me enamoró: Ahora Me Toca a Mí. (Con la que me inspiré para darle título a la crónica)
Antes de llegar al trío final de canciones Gómez tomó la palabra para primero agradecernos a todos los que estábamos presentes en la Sala Sidecar por, primero, apoyar a la música en directo y a las salas de directos. Y segundo, por estar allí con ellos en su primera vez en una sala en Barcelona, formando parte de la memoria del grupo al vivir un nuevo comienzo en su historia dentro de la ciudad catalana. Se notó la emoción en su mirada y en su voz al agradecer todo lo dicho y a la vez dentro de la reivindicación hacia el amor por la música y por cada persona que seguía cuidando a este arte como ellos mismos estaban demostrando. Palabras reales de parte de una banda que respira verdad.
Luke en el Espacio fue la primera de las tres últimas canciones y no os mentiré, es mi favorita así que lo di todo al 500%. Aún Nos Quedan Tantos Años y Ya no Soy el de Antes dieron el punto final al concierto con el que el público se dejó la garganta para cantarlas y, al final del bolo, para vitorearles y agradecerles el que estuviesen allí y el haberles dado esa noche tan mágica.
Si pudiese definir el directo de Melifluo en pocas palabras diría lo siguiente:
Presentan una unión muy bien trabajada con una voz rasgada con delicadeza y gusto de la mano de Gómez junto a un cuerpo musical en el que todos se conocen, se quieren y se respetan a la perfección. Con una mirada ya saben qué hacer, mostrando una complicidad que está por encima de ser músico o compañero, llegando al nivel de ser familia por encima de todo.
Edu, Juanan, Juanca, Mariate y Gómez dieron a Barcelona una noche galáctica.
Todas las fotos en nuestro flickr.
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