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‘Sin vergüenza’ la unión de las voces del momento, Arde Bogotá y Dani Fernández

Arde Bogotá y Dani Fernández // Fotografía de Gloria NM

Estamos en un año donde la música está siendo el salvavidas para muchas personas, siendo la desconexión que todos necesitamos en nuestros momentos de calma o de catarsis y, si además, esta música es creada por dos voces las cuales cada vez se están consolidando más como las voces de nuestra generación… solo puedes sentirte arropada y entendida. Personalmente, es una alegría ver como músicos jóvenes se atreven a crear canciones donde la realidad de muchos está presente y lo hacen sin tapujos, con sentimientos candentes y con una creación y trabajo detrás con lo que se demuestra que este arte no está muerto gracias a ellos y ellas. Hoy os vengo a hablar de un grupo y un cantautor que representan claramente esta visión.

A los primeros ya les conocéis, son básicos para La Musikalité y ,personalmente, están dentro de mi top 10 de Spotify desde hace meses. Arde Bogotá están llamados a ser el grupo Rock nacional de la década por su visión musical la cual es la mejor amante a día de hoy de este género. Han sabido dar vida a experiencias que todos y todas hemos vivido en algún momento, y con ello, rodearlas con una musicalidad que se te pega en el alma como la tirita perfecta para empezar a supurar cualquier mal.

Y a él lo conoceréis por dos sinceros, dolorosos pero reales álbumes con los que está recorriéndose el mundo y llamando a la puerta de cualquier alma que le escuche. Dani Fernández ha sabido crear su propio proyecto después de formar parte de una de las boybands claves de España. Ha sido fiel a sus principios y a su amor por la música desde el primer single que sacó en solitario y, a día de hoy, encabeza las listas como uno de los cantautores con más proyección del momento.

Dos proyectos musicales con fuerza, con amor por la música y con una verdad muy joven y actual con la que todos podemos sentirnos abrazados. Estos artistas han decidido unirse para traernos Sin Vergüenza, una colaboración posiblemente esperada por como hemos podido ver las interacciones entre ellos y el cariño y respeto mutuo que transmitían cuando Arde Bogotá hablaba de Dani y viceversa.

Sin vergüenza es el hijo nacido por parte de un padre con voz dura pero permanente y por parte de una madre que acaricia suavemente tu piel con delicadeza. La unión vocal de Antonio y Dani crea un coctel no esperado pero, no os voy a mentir, necesario. Pero no voy a adelantarme a nada, ¿nos adentramos en la canción para desgranarla poco a poco?

Vamos a ello.

Este tema podemos decir que nació de una reunión entre seis amigos (Arde Bogotá, Dani Fernández y Paco Salazar, el productor del single), donde la cerveza y la pizza en los locales de ensayo recorrieron horas y horas de composición para hacer que seis mentes se uniesen y con ello creasen una canción de tres minutos con treinta y seis segundos en la que solo podemos ir a cien con ella.

Antes de entrar en la letra de ella también me gustaría traeros un poco la historia del videoclip, que va a cargo de Mario Arenas. Personalmente, he visto mucho la esencia de Arde Bogotá en este tipo de videoclip, ya que nos traen la representación de la libertad juvenil. La protagonista vive su sexualidad libre, sin tapujos, conociéndose para saber quien realmente es y sin miedo a nada. Las voces de Antonio y de Dani entran en escena para acompañarla en su viaje, mostrándonos a la vez una exploración bastante clara de las dos voces del tema y los registros que nos pueden dar.

¿Qué nos da la letra de Sin Vergüenza? El relato de aquellos amores prohibidos y secretos que tanto nos gustan y que todos hemos llegado a vivir alguna vez.  Pero veámosla de cerca para confirmarlo.

Bailando en la estación del tren
No nos esperamos a salir del andén
Huyendo hacia el amanecer
Dejando atrás la noche, ¿cómo vas?, voy a cien

Puede ser que yo vea visiones o esté empezando a perder la cabeza pero, ya en el primer verso de la canción he podido encontrar referencias de Dani Fernández procedentes de su primer álbum. En él encontramos Bailemos, uno de los temas más potentes y aquí la canción empieza con “Bailando”… ¿Pequeñas conexiones o mi cabeza va demasiado lejos? Dudas que siempre estarán allí. Pero, apartando esto, aquí empieza la metáfora de ese amor prohibido donde dos personas se encuentran en un lugar inhóspito y vacío, la estación del tren a las tantas de la madrugada. No se esperan al salir del andén, simplemente viven el momento  y huyendo de aquello que les retiene, yendo hasta el amanecer para empezar a vivir el día de la mano. Ese “Dejando atrás la noche”… Sabéis lo que os voy a comentar, ¿verdad? El primer álbum de Arde Bogotá se llama “La Noche”, aquí Antonio canta a dejar atrás “la noche”… ¿Estamos delante del inicio de la nueva era del grupo? Una indirecta escondida entre deseo pero, personalmente, la veo bastante clara. Y ese “voy a cien” llama al darse cuenta de que están preparados para todo y sin miedo a ello, con todo lo necesario para traernos nueva música y seguir afianzándose en el Rock nacional.

Trátame como si te murieras de sed
Déjame sucumbir y después mátame

Estos versos y los próximos para mi marcan la visión de la canción, creando un foco hacia un “tú”, esa persona con la que se vive un amor alocado, inesperado pero deseado a la vez. El deseo de exprimir a alguien como si fuese una necesidad primaria, el dejarle caer en esa tentación que le llevará a la perdición hasta acabar con el fin de una existencia. No sé por qué esta parte de la canción me llevó a pensar en una metáfora del desierto y el agua, elevando esa necesidad entre personas hasta el punto de sobrevivir gracias a ella. Sin esa locura y emoción no valdría la pena pero si la tienes, si vives aunque sea un segundo de esa locura del deseo, todo habrá tenido sentido y ya podrá acabar tu vida en ello.

Eres pura adrenalina y rock ‘n’ roll
Fuego, luces y cristales de color
¿Qué ha pasado entre nosotros? dímelo
Sin vergüenza, se nos fue de las manos

El primer verso representa bastante bien la esencia musical de la canción, un coctel potente con dos elementos claves: adrenalina con rock ‘n’ roll. La acidez de las guitarras que recorre la canción con la suavidad acústica de la batería y el groove eterno muestran por un lado la magia musical de Arde Bogotá y  por otro el cómo de bien empastan con la voz de Dani.

Y aquí tenemos el estribillo de la canción, para mí un gran ejemplo de estribillo: palabras claves con un ritmo constante que rodea la canción y a quien esté escuchándola, haciendo que sea muy fácil el sentirla y el vivirla.  Ese “Sin vergüenza, se nos fue de las manos” acota ese amor loco que te lleva a la perdición de una forma perfecta.

Tuvimos un secreto, un affair
Cuarenta navajazos, doce rones con miel
Pero todo fue una cosa de ayer
Y hoy cubierto en pintalabios de color caramel

Esta parte, de la mano de la voz de Antonio, me parece muy bien construida y con imágenes clave para representar la esencia del tema. Primero, el concepto del pasado, hablando desde el recuerdo de ese amor loco vivido por “tuvimos un secreto” y “una cosa de ayer”, mostrándonos como los chicos cantan a un amor ya vivido y exprimido pero que les enloqueció de tal manera que lo repetirían sin dudarlo.

Otro punto es la relación de colores con el deseo, ese color miel del ron en la noche con el pintalabios de color caramelo, una tonalidad que se ha relacionado mucho con la sensualidad y la calidez, la que puedes llegar a sentir por ese amor prohibido.

Y otro punto que me gustó mucho es el uso de palabras como “secreto” o “affair” para aumentar más aún más el campo semántico de esa “prohibición”.  Ayudan a entender y, a la vez, remarcar más ese concepto tan intenso y juvenil que nos dan en la canción.

Ponme de frente y ves, que me muero de sed
Lánzame contra ti, déjame huir de pie

La dominación absoluta y permitida.

El dejar en manos de otra persona, aquella que te vuelve absolutamente loca, tu existencia para que haga con ella lo que quiera.

Son dos estrofas que presentan, visualmente, la idea de la canción desde una manera brillante. Ese “lánzame contra ti, déjame huir de pie” grita por todos los lados una necesidad temorosa hacia la persona que te controla hasta el último de tus sentidos y tú, con un gran deseo, se lo permites. Y ese “me muero de sed” que nos devuelve a ese “Trátame como si te murieras de sed” mostrándonos el final del camino dentro de la canción, pasando de ese comienzo de tratar a alguien como si esa persona se muriese de sed a ser tu quien está muriéndose de sed. Una transacción musical clave.

Sin vergüenza trae una colaboración nacida de voces que conocen la verdad de nuestra sociedad y no tienen miedo a hacer que traspase cualquier pantalla u oído. Con un rock que eriza cualquier piel, Arde Bogotá y Dani Fernández han unido las voces y las fuerzas de sus talentos para crear un himno generacional.

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