Estamos cada vez más cerca de que acabe este 2022 y eso me hizo reflexionar sobre toda la música que había llegado a escuchar, comprender y abrazar durante todo este año. Hoy os quiero venir a hablar de un artista y de un grupo que han entrado en mi año musical recientemente y, después de vivirles en directo el pasado viernes, os vengo a contar como fue ese concierto en el que me quedé prendida del talento de cada uno de ellos.
Martín Puig y La Tour de Carol iban a llenar a la Sala Laut de emoción y saltos desmedidos, creando un coctel molotov de lágrimas unidas a una raíz de serotonina las cuales, juntas, iban a dejar a todas las personas que estuviesen en el público sin palabras.
“Es que tard o d’hora
Tot ‘nirà sumant.”
–Llamps i Trons, Martín Puig.

A las ocho de la noche se abrían las puertas de la Sala y empezaba a coger un ambiente precioso para recibir primero a Martín Puig y luego a La Tour de Carol. Íbamos a vivir una noche única y quedaban pocos minutos para ello. El joven cantautor iba acompañado de una banda compuesta por Arnau al Bajo, Albert al teclado y Kevin a la batería, preparado para poder presentar La taula del racó, su primer Ep, en directo delante de Barcelona. Fue mi primera experiencia viviendo su talento y la verdad que me dejó un bonito sabor de boca por la calidez que iba creando en mi pecho al escucharle canción tras canción. Una de las mayores influencias que llegué a notar en su música es Ferran Palau (quien sale mencionado en Passeig de Sant Joan). La calma musical que transmite con canciones muy místicas, llenas de metáforas personificadas y con una suavidad en la voz que te llena y abraza… sentí lo mismo al vivir a Ferran Palau dos veces ya y, personalmente, me dio una gran sorpresa porque Ferran me parece un artista muy necesario a día de hoy y Martín Puig bebe de influencias de la música catalana que mantienen una esencia en este precioso arte.
Bueno pero os estoy yo aquí contando sobre Martín sin narraros como fue el concierto. Empezó con un tema que formará parte de su futuro nuevo Ep que saldrá a la luz en 2023. Mai serà veritat fue el tema con el que empezó la noche, saliendo solo con su guitarra (la cual presentaba toques de ukelele) para llevarnos a su mundo, aquel en el que sin duda aceptaría de quedarme en él. Se presentó con un tema muy intimista y con el que nos enseñó una de las dos partes de su música.
Un altre cop fue la canción con la que la banda entró en escena. Dos minutos y ocho segundos de canción unidos a una corta letra pero, personalmente, detrás de esas pocas palabras hay un alma clara que sabe a que cantar y como hacerlo. Este tema siguió un poco el concepto intimista que presentaba Martín pero en directo le dio un toque más eléctrico, haciendo que (personalmente creo) este tema gane más en directo con la banda.

Llamps I Trons nos dio un toque más de blues dentro de la música de Martín Puig. La suavidad de la batería en esta canción la hizo ser muy melódica, haciendo que fuese muy fácil el moverse al ritmo de cada una de sus notas. Y no os mentiré, escaló puntos hasta estar en el primer lugar de las canciones que más me gustan de Martín Puig.
Entre canción y canción nos deleitó con sus speeches donde mostró su parte de showman, acercándose al público con sus palabras y escondiendo un billete de lotería del 11 del 11, ya que era una de las “rutinas” que llevaba haciendo desde hace tiempo y quién sabe, quien lo encontrase igual se podría volver rico.
Passeig de Sant Joan nos dio un poco más del talento de Martín, mostrándonos su vertiente escritora a la hora de crear las letras y Spotlight nos llevó a un Martín cantando en castellano, mostrándonos su capacidad de escribir en dos idiomas. Expiration Date fue la siguiente canción, que noté que fue una de las favoritas del público y no me sorprendió para nada, ya que la musicalidad que rodea a este tema es puramente magia.
Tot tan clar nos daba el broche final a La taula del racó, el primer Ep de Martín pero no iba a ser el final de su concierto. 10 Nits y Les dotze van tocant fueron los dos últimos temas con los que Martín Puig y su banda nos deleitaron, dos inéditos que veremos en su futuro trabajo en 2023 y con los que nos crearon una necesidad de saber más de su música y de que nos está preparando en un futuro el cual, espero, no sea muy lejano. Agradeció a la Sala Laut por cuidar tanto a él como a su banda y a Vankiki Records por montar ese concierto junto a La Tour de Carol, a quienes les dedicó palabras de cariño y respeto.

Llegaron las 21:30 y La Tour de Carol salió al escenario para empezar a preparar su set y con ello nos estaban avisando de algo: preparad los pulmones porque vais a saltar de lo lindo. Guillem como el showman perfecto, Pau y Albert en las cuerdas del grupo (guitarra y bajo al orden) y Alex siendo el cuerpo acústico del grupo nos tenían preparados un concierto inconmensurable. Este joven grupo presentaba El Gran Invent por primera vez en una sala en Barcelona, anteriormente sí que hicieron un concierto en la ciudad gracias al Festival Cruilla y su formato XS. Los nervios existían, estaba a punto de empezar una gran fiesta.
El comiat fue el inicio de la locura, mostrando a la vez el estilo de música en el que llevaban trabajando desde hace meses. Rock catalán con influencias de grupos internacionales como All Time Low o The Maine me abrieron las puertas a su talento para notar como la electricidad de cada una de las notas de su música entraba en mi piel. Les flors fue la continuación de una electricidad de la mano de Pau a la guitarra con la que se mantuvo un ritmo clave para que fuésemos incapaces de dejar de mirarles.
“Saps que junts podíem descobrir quin seria el millor camí.”
–El miratge, La Tour de Carol.

El miratge fue el siguiente tema que vivimos, el primero que sacaron para empezar a conocer lo que sería El Gran Invent. Una canción más suave pero con la esencia que nos presentaron desde el primer minuto para conectar con El divendres. Una de las canciones que menos conocía de ellos pero, personalmente, se volvió un descubrimiento sorprendente y con el que sigo a día de hoy. En especial la parte del estribillo me pareció muy pegadiza con la que era muy fácil cerras los ojos y imaginar que es la banda sonora de alguna película o serie de Netflix.
El Combinat nos volvió a traer la electricidad del grupo en el que Guillem y Pau se unieron para crear una magia brutal a mano de las guitarras. En este tema podríamos decir que todos mostraron la magia que hace que sea indispensables en el grupo, ya que Albert mostró un dominio en el bajo clave junto a un Alex a la batería descomunal, rompiendo el cuerpo acústico una y otra vez para seguir con el alma del grupo al 300% y con ello, erizarnos la piel. El llençol era el siguiente tema pero no tuvimos la suerte de vivir la colaboración con Emotional G en directo, teniéndola presente desde el primer segundo hasta el final de la canción.
Els panots siguió el setlist juntamente con Dualitat, canción de su anterior álbum con la que pudimos recordar unos comienzos diferentes del grupo. Al acabar este tema vivimos un momento bastante emocionante, ya que el grupo cantó Del 1 al què, la cover de The Tyets con la que han sido seleccionados en el programa Cover tv3 para la siguiente fase.

Emoción, saltos, el público en volandas y hasta el propio Guillem siendo transportado por el público mientras cantaba, nos llevaba al final del concierto. La Parsimònia, Les Orenetes y El Cigaló iban a ser el cierre perfecto para un concierto donde amigos, familia y seguidores del grupo (quienes iban con camisetas de ellos) estaban sin aire de haberlo dado todo para vivirles y disfrutar de la magia de su directo.
La música es un arte impresionante que nos da la oportunidad de vivir muchísimas emociones en poco tiempo y este concierto fue el claro ejemplo. Un joven cantautor lleno de letras profundas junto a un grupo que rompía la vida con su electricidad se habían juntado en la Sala Laut para darnos una noche llena de almas que no iban a olvidar lo que acababan de vivir.