
Se podría decir, sin temor a equivocarse, que España es una de las cunas más importantes de rap en habla hispana del mundo. Prueba de ello son todos los artistas que exportamos desde nuestro país, y la cantidad de seguidores que acumulan a lo largo y ancho del globo.
Otra de las pruebas de ello es el pedazo de espectáculo que vivió Alicante el pasado 28 de octubre. La plaza de toros se llenó de cultura, otra vez, como todas las veces que se ha usado para fines que no son la tortura animal. Y quienes se encargaron de levantar al público de la grada, y de hacer botar a quién estuviera en pista no fueron otros que El Momo, Arkano y el mismísimo Kase.O, y he de decir que lo que allí se vivió fue mágico.
Cuatro personas íbamos juntas al concierto, entre ellas un servidor y nuestro compañero Jordi, además de dos amigos. Dos de nosotros llevábamos siguiendo la carrera de Kase.O, entre otros, desde hacía años, mientras que los otros dos eran prácticamente unos rookies. Sin embargo, la emoción era la misma. Se dice por ahí que la mejor forma de vivir una actuación como esta es entre el público, y allí estábamos nosotros, rodeados de cientos de personas dispuestas a saltar, corear hasta desgañitarse y, aunque aún no lo sabían, salir de allí siendo parte de un todo.
Tras una espera un poco más larga de lo pensábamos, se abrieron las puertas y la gente comenzó a entrar, nos colocaron las pulseras y, sin apenas poder contener la emoción, lo primero que hicimos fue…ir al servicio. Lo sé, no suena ni la mitad de épico de cómo lo cuento, y os aseguro que lo fue aun menos, pero los nervios y el no querer perdernos ni un momento del concierto es lo que tiene, la voz de la experiencia…
Sin más dilación entramos a la pista, que vista desde dentro ofrecía una imagen imponente. Ante nosotros teníamos el escenario sobre el que esa noche se posicionarían quienes nos harían vibrar. Un rato de música en bucle, ciertos contratiempos entre el público y una bajada de luces espontánea, dieron paso a El Momo. La mayoría pensábamos que solamente aparecería con Kase.o, como después hizo, aunque la verdad es que su actuación, de alrededor de 40 minutos, nos dejó con ganas de conocer más sobre este rapper de lengua suelta que no tiene miedo a decir la verdad le pese a quién le pese. Quien lleve tiempo escuchando rap sabe apreciar la calidad de una rima bien construida, que deje claro lo que quiere decir y, sobre todo, que sirva para expresar lo que mucha gente piensa. El Momo en unas pocas frases lo consiguió, y más importante, cautivó a todos, y eso nos deja claro por qué Kase confía en él para todos sus directos.
Tras terminar El Momo, unos minutos de descanso y más música en bucle fue lo que nos separaba de la brutal actuación de Arkano. Hay que decir que no todos entre el público lo esperaban con la misma emoción. Muchos pensaban que, en freestyle es una estrella, un crack, pero que, bien por estar tan acostumbrados a escuchar su voz en improvisación, o bien por otras razones, no llegaba a convencerles en sus temas grabados. Sin embargo, uno que ya tuvo el placer de verlo actuar en el Music Village junto a Nach, sabía que nos sobrevenía una tormenta de acción y pura entrega a su público, y su ciudad en este caso, en las tablas. Así, entre conversaciones, dio comienzo inesperadamente la actuación de Arkano. Y como ya les había advertido, no dejaron de saltar y rimar las letras que más les gustaban al son del micro del alicantino. Acompañado por Klau, cantante de jazz con una voz impresionante, más allá de los límites humanos, dieron rienda suelta a su creatividad y consiguieron desatar al público con temas como Único, Bioluminiscencia, Eva, Con la cabeza alta (en el que el público coreó el nombre de Nach, pidiendo que saliera), o Niño Mimado. Decir que pudimos disfrutar también de momentos de improvisación, y del famoso “Beso o Tartazo”, típico en muchos de los shows del freestyler. Se despidió Arkano de un público deseoso de volver a verlo pronto por su ciudad natal, y orgulloso de que vaya representándonos por ahí.
Sin duda, llegamos a la parte más emocional del concierto. Dejando aparte el corto espacio de tiempo que estuvimos esperando mientras se realizaba el cambio de escenario, hay que decir que, quien no haya vivido una actuación de Kase.o está tardando. Puro arte concentrado en apenas dos horas que te hacen quedarte con la sensación de que puedes conseguir lo que quieras y más. Y todo eso es gracias a cómo monta el espectáculo el grandísimo Javier Ibarra, alias Kase.o. No solo consiguió hacernos corear las letras de los temas de su último disco, que todo el mundo se sabía, consiguió que conectásemos con ellas, consiguió que, sin esperarlo, todos viéramos que es posible conseguir lo que queramos si pensamos que lo vamos a conseguir. Hubo quien hasta, sin conocer sus temas más antiguos, saltó con ellos y tengo que decir que pocas veces he visto a alguien trabajarse tanto una puesta en escena, así que bien merece el premio que ha ganado por ello.
Si algo hubo que todo el mundo estaba deseando, pero que nadie esperaba, fue el tremendo crossover que se dio sobre ese escenario entre dos leyendas vivas del rap español: entre los vítores y aplausos del público dirigidos a Kase, él mismo presentó, en medio de una de las canciones, al mismísimo Nach, que rimó un poquito de su tema Leyenda, para después seguir rimando con Kase; si el público no terminó de volverse loco aquí es porque no era fan de verdad. Por otro lado, merece un reconocimiento por los mensajes tan positivos que lanza al público, mensajes de respeto a la mujer, de reconocimiento de los problemas mundiales, de paz, de amistad. Mensajes que hacen que salgas del concierto, en cierta manera, reconciliado contigo mismo y un poco más con el mundo y con todas esas personas que has visto que han alzado las manos al cielo contigo para enviar paz a quién la necesita. En definitiva, Kase.o ofrece un rato de desconexión que te ayuda a reconectar, de manera positiva sin duda, y te hace ver las cosas de manera diferente. Pero ojo, lo más importante de todo es… ¿Quién es Félix? Podría contároslo, pero no iríais a verlo a sus conciertos, así que solo os diré que Kase os prometía ver un feto extraterrestre en El Círculo…
Por ahora, os dejaré una reflexión de Jordi: jefe, filósofo y primerizo en la excitante experiencia del rap.
Kase.O es uno de los mejores directos nacionales, sin duda, los años de experiencia se notan en sus tablas, en su saber estar, el escenario es su hogar y se mueve por él como quiere. Las canciones suenan y resuenan en tu cabeza durante días incluso tras salir del encanto de su círculo. Alucinante.
Espero que os haya gustado, no tanto como a mí estar allí, pero algo es algo, ¡Nos leemos pronto!