Pocos discutirían que Fall Out Boy son una banda con mucho talento. Destacaron entre la nueva ola del pop punk en los 00’s por su influencia del pop de los 80, sus letras originales, su sonido propio y la capacidad vocal de Patrick Stump. Los de Chicago ya dejaron un poco de lado el rock (irónicamente) en su álbum Save Rock and Roll: un gran álbum de pop rock alternativo con un sonido nuevo y mucha personalidad propia. Con su álbum American Beauty / American Psycho estuvieron más enfocados en el éxito en las listas, en un disco de pop con virtudes y defectos muy marcados. MANIA era tan esperado con miedo como con ilusión. Voy a hablar de este álbum sin mencionar todos los adelantos que nos han dado, que cambian mucho en el contexto del álbum, e intentando obviar todo el hype y todos los problemas que tuvieron para sacar el trabajo a la luz, que tendría que haberse publicado en 2017.
En primer lugar me gustaría que todos los que leéis la review escuchaseis el álbum sin saber prácticamente nada de él, porque, para bien o para mal, es sorprendente y no aburre en absoluto.
Te guste más o menos, tiene cosas que dan un giro de 180º en lo que conocemos como Fall Out Boy.
Para mí, si hay algo que destacar de la nueva etapa de Fall Out Boy son sus estribillos potentes y pegadizos, seña de identidad compositiva de la banda desde siempre, junto con esas letras personales y complejas de Pete Wentz. En MANIA, los estribillos han sufrido una devaluación de calidad muy importante, quieriendo, probablemente, alejarse en algunos momentos de la comercialidad de las canciones pero, incoherentemente, han hecho un álbum con un sonido totalmente orientado al pop de esta década, haciendo que me pregunte: ¿qué han querido hacer con MANIA? Pues lo que han querido hacer es experimentar, pero no experimentar como se supone que hicieron Imagine Dragons con Evolve, con un álbum insípido que no aportaba nada nuevo a su sonido, si no experimentar en muchos elementos, sin, sorprendentemente, perder su personalidad. Es muy difícil centrar la producción de tu disco en canciones muy diferentes y que no suene como un álbum recopilatorio, pero los de Chicago, con la personal voz de Patrick Stump, y su habilidad interpretativa, lo consiguen.
¿Cuál es el problema de MANIA entonces? Sus decepcionantes, pobres y olvidables canciones. Fall Out Boy han perdido casi por completo la complejidad en sus letras y su habilidad para la composición. El cuarteto abusa de la repetición excesiva de palabras y motivos melódicos, crea algunos momentos líricos que suenan al más puro cliché y recopila en este álbum canciones pegadizas pero que parecen hechas para el consumo fugaz, y algunas canciones que no tienen ni un ápice de interés y que, después de escucharlas 6 veces no puedes cantar ni una sola pequeña parte de la melodía. No obstante, en este álbum también te puedes encontrar buenos temas y, precisamente, esto pretendo analizar.
YOUNG AND MENACE
El inicio, con Young and Menace, (al menos en la versión de Spotify) no es tan decadente como pensé la primera vez que la escuché. El verso funciona y la letra habla, de una forma efectiva y clara, de hacerse mayor y no encajar en el panorama musical. El estribillo sigue siendo igual de desastroso (no se qué se supone que pretendían hacer ahí) pero me la imagino como una potente canción para empezar los conciertos. La producción está llena de detalles y texturas, como todo el álbum, y eso sorprende en un disco de pop de estas características. Si la vemos como una introducción al álbum hasta aprueba.
CHAMPION
El álbum continua con Champion, que es la Centuries de este álbum, una canción que sigue las fórmulas establecidas por la radio para quedarse pegada en tu cabeza todo el día. Es pegadiza, pero no en el sentido bueno de la palabra. La letra habla de la motivación y superación personal de una forma totalmente vacía, repitiendo incesantemente «If I Can Live Through This, I Can Do Anything» hasta que te explote la cabeza. Instrumentalmente sigue la tónica del anterior álbum, con Joe Trohman relegado a hacer poco más que tocar 4 acordes en el fondo y un bajo que prácticamente no se escucha.
STAY FROSTY ROYAL MILK TEA
Stay Frosty Royal Milk Tea parece que habla sobre las enfermedades psicológicas pero no lo trata en ningún momento de forma seria, y, líricamente el estribillo no acaba de aportar ese toque de reflexión. Si tienes que hablar sobre que estás pasando malos momentos no me escribas «The only thing that’s ever stopping me is me, yeah» y lo cantes 25 veces. De esta canción me gusta mucho el puente instrumental, de lo mejor musicalmente del álbum, también la entrada al estribillo funciona muy bien, pero la terminas de escuchar, sea por primera o decimoquinta vez y no podrías cantar la melodía de ninguna parte de la canción. Totalmente olvidable.
HOLD ME TIGHT OR DON’T
HOLD ME TIGHT OR DON’T es como el antónimo de la anterior. Con un ritmo diferente a todo lo que hemos escuchado anteriormente de la banda, llega una canción pegadiza de un pop muy de usar y tirar que no funciona demasiado bien como tema desenfadado. La producción me parece buena, como en todo el álbum y el cambio de género que ha sufrido la banda da más protagonismo a la caja de ritmos que a las guitarras y bajos, algo que en esta canción funciona bien. En 2017 hemos visto grandes temas de pop de pista de baile muy bien construidos como para que pueda destacarla. Estoy seguro que después de unas escuchas y (eso sí) bailar como un descosido en algunos momentos, se quedará en el más absoluto olvido.
THE LAST OF THE REAL ONES / WILSON
Llegamos al tramo del álbum en el que el nivel sube un poco con The Last of the Real Ones, la primera canción destacable. Pese a patinazos líricos («You are the sun and I’m just the planets», la risa), funciona bastante bien y, tanto versos como estribillo, son potentes y están bien construidos. El piano encaja muy bien en la producción y el bajo de Pete se permite más libertades, aunque las guitarras siguen en un segundo plano. Wilson también es un buen tema y el sampleado a Paper Planes es realmente divertido. La producción se actualiza incorporando cajas de ritmos con un doble hi hat, que parece que va a ser lo que haga reconocible el sonido de toda la música de final de los 10’s (ya hablé de ello en el artículo sobre la influencia del trap en la música actual). Pese a los sonidos electrónicos, el bajo tiene más protagonismo de lo habitual y hasta las guitarras lucen. El estribillo está inspirado, también la letra funciona, con algunas referencias a películas como Moonrise Kingdom y Náufrago.
CHURCH
Church es una canción que despierta en mi sentimientos encontrados. El tema es realmente sorprendente y me encanta la producción: podemos escuchar campanas, coros eclesiales… creando un resultado totalmente único. El gran problema de la canción reside en sus cimientos básicos. El estribillo es realmente flojo y no engancha en ningún momento, y la letra está hecha a desgana, como en la mayoría del álbum. Pete Wentz podía haberse leído otras letras mucho mejores del estilo, como la de Take Me to Church de Hozier, que también mezcla el amor con la religión.
HEAVEN’S GATE
MANIA no me para de sorprender y con Heaven’s Gate no es diferente. Nunca imaginé que escucharía de Fall Out Boy una balada de R&B como las de antes, un tema con mucha sensibilidad y magníficamente interpretado por Patrick Stump. Sin duda una de las mejores canciones del álbum. La voz de Patrick luce pese a los efectos, sobre todo en las estrofas, el estribillo funciona y la canción llega a tener una potencia interesante.
SUNSHINE RIPTIDE / BISHOP’S KNIFE TRICK
Para sorpresa, aunque no tan buena, Sunshine Riptide: una canción que mezcla pop y trap con tintes de reggae y una colaboración de Burna Boy. El ritmo es agradable pero melódicamente y estructuralmente es un desastre. Un tema pop sin nada que destacar ni que transmitir. Finalmente, la conclusión con Bishop’s Knife Trick es acertada. Con las escuchas mejora hasta convertirse en un tema decente pero poco destacable en su discografía. El título es una referencia a la segunda película de Alien y está bien relacionado con la temática de esta persona atrapada en una situación peligrosa, buscando su libertad.
CONCLUSIÓN
En definitiva, en este álbum, Fall Out Boy han hecho un cambio contundente, han puesto un punto sobre las ies y se ha demostrado que saben perfectamente lo que quieren hacer, lo único que les falta es hacerlo bien. El pop es un género como cualquier otro y necesita letras bien construidas, canciones bien hechas y personas que lo hagan evolucionar, no vale con solo tener buenas intenciones, mucho trabajo y gente buenísima detrás. MANIA es un álbum de pop realmente irregular.
Nota: 2/5
Totalemente en desacuerdo, es un gran disco, con una idea de concepto muy genial que no se acostumbra a hacer, entran al lado loco, psicopata y psicológico humano, enfocado en lo que sucede en la actualdad con algunos jóvenes, incluso un albúm que conforme va avanzando experimenta los diferentes tipos o etapas de la locura, en realidad MANIA como nombre y título está bien colocado. Musicalmente es un gran álbum, hacer pop no es nada fácil mucho menos para una banda de un género totalmente diferente, la producción es excelente, los arreglos son sin duda muy geniales, coros, campanas, sonidos electrónicos, es una mezcla sin duda de letras, estilos y géneros, pasan por el pop, blues, rock, gospel, es toda una locura la estructura del álbum, finalmente decir que decir que «Evolve» es como un experimento fallido pues entonces has oído otra cosa, Imagine Dragons con Evolve dió un giro completo en su estilos sus dos antecesores álbumes son muy diferentes, actualmente Origins sin duda es la madurez de Evolve y el crecimiento de la banda, no son fan de ninguna de las dos bandas, pero s me parecen grandes discos y te lo dice alguien que escucha mucha música, de diferentes géneros y tmb un músico.
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