El anterior domingo, 27 de este mes, tuve la suerte de vivir en mi propia piel una experiencia a la que toda persona que la vive comenta lo mismo, lo muy enriquecedora y sensible que es: disfrutar a Guitarricadelafuente en directo. Este joven aragonés se ha vuelto toda una sensación en nuestro Indie nacional y hace menos de una semana que pude comprobarlo en la eterna sala Apolo de Barcelona.
Después de una serie de horas de cola, entramos en la sala donde ya se respiraba un ambiente diferente, puro y cálido, propio de Álvaro y sus músicos. Vendidas todas las entradas, estaba a minutos de vivir una serie de momentos que desprendieron música por todos los lados. Sin tener aún un disco en el mercado, iba a adentrarme en un concierto sencillo, ameno y con mucha pasión en cada nota y canción tocada. El setlist que presentó fue el siguiente:
Intro
Bienvenida
Nacido pa ganar
Caballito
Desde las alturas
Sopita de Pan
Conticinio ( solo )
ABC ( solo)
Catalina ( solo )
Tu frialdad ( banda)
Nana triste
María
Pario de Godella + Mi estrella
Intro Guantanamera
Guantanamera ( Mandolina / Melódica)
Sixtinain
Agua y Mezcal.
Un público entregado a su voz y a la locura de la guitarra, una banda que acompañó a Álvaro dándolo todo para hacer sentir a aquellos que estábamos en el público que formábamos parte de algo diferente, no visto antes, adentrándonos en una cercanía pura. Si tuviese que destacar alguna canción en especial Conticinio fue ,simplemente, arte. Solo hacia falta a Álvaro sentado en una silla, con su guitarra encima y el micro delante de su boca para crear una unión inigualable al empezar a tocar las primeras notas de la canción. Ese ambiente respiraba música por todos los lados.
Desde los temas más reconocidos de él como Guantanamera o Nana Triste hasta otros que aún no podemos oírlos en plataformas de streaming (como Spotify) como son Caballito o Desde las alturas, Álvaro y su banda crearon un concierto de pura música durante una hora y media donde era imposible sacar la mirada de ellos. Sentimiento y piel de gallina, lágrimas de emoción y sonrisas de vivir algo tan sencillo pero bonito a la vez. Si podéis, de verdad acercaros a vivirles en directo, es algo que vale la pena porque con tan solo cerrar los ojos y escucharles te recorre una sensación por todo el cuerpo que solo aquellos que sienten la música de verdad lo saben crear y Álvaro y su gente saben hacerlo.