Bastille en el O Son Do Camiño | Foto: Esther Cobos
A finales del año pasado, una noche que nos reunimos una pequeña parte de La Musikalité, salió el tema de los festivales. Y todos coincidimos que tenemos un festival fetiche, ese que esperas ‘amb candeletes’ las confirmaciones de la misma manera que el sorteo de la lotería de Navidad. En noviembre, no nos imaginábamos ni en broma lo que nos tenía preparado 2020. Hace ya un tiempo, Jordi os habló de su amado Low Festival (que en teoría, este año una servidora iba a ir a Benidorm a disfrutar del festival… pero tocará esperar a 2021), y hoy me vais a permitir que os hable de ese festival que me tiene el corazón robado: O Son Do Camiño.
Realmente podría hablaros del Sonorama, que desde que estoy tan in love con el indie nacional tengo como objetivo ir algún año y cubrirlo como prensa, pero prefiero hablaros del O Son que he vivido en mis carnes estas dos ediciones que han podido celebrarse hasta la fecha.
2018 | Todo por The Killers
Recuerdo perfectamente cuando los últimos días de 2017, se anunciaba a The Killers para el FIB. Medité en serio ir a Benicassim, incluso me cogí los días de fiesta en el trabajo. Pero llegó un festival novel, O Son Do Camiño e hizo un ‘sujétame el cubata’ de manual. The Killers, Lenny Kravitz, Franz Ferdinand, Mando Diao, Martin Garrix… Un cartel que me llamaba más y con un precio mucho más asequible. Tardamos poco nuestra querida Agus y yo en maquinar una escapada a Santiago de Compostela y quitarnos una espinita que teníamos pendiente.
El lujazo fue cuando me acreditaron como redactora para cubrir el festival. Era la primera vez que estaría en un festival como prensa, y la verdad que la ilusión era muy fuerte con semejante cartelazo. La zona de prensa (que al ir acompañada, la verdad que apenas la pisé), la organización, la oferta gastronómica, y, cómo no, el cartelazo que se marcaron el año debut del festival, hicieron que tuviese un crush con el festival gallego ubicado en el conocido Monte Do Gozo.
Ver a The Killers en segunda fila y vivirlo tan intensamente con Agus, es de esos momentos que no se describir con palabras. 2 años después sigo viendo los vídeos y aún no me lo creo. También en esta primera edición, ‘descubrí’ en directo a Two Door Cinema Club, ya que únicamente conocía 4-5 canciones, Måneskin, Toundra, L.A. (que ofrecieron uno de sus últimos conciertos antes de su disolución)… Vi las dos caras de la moneda festivalera: los artistas que no te pierdes por nada del mundo y los que ves ‘por obligación’ guardando buen sitio o simplemente el pasear entre los dos escenarios a ver que se cuece.
Algo que me gustó muchísimo fue que no hubo ni un solape en todo el festival. Y eso es de agradecer, cosa que no suele pasar en este tipo de eventos.
2019 | Dejarse llevar, suena demasiado bien
Tras lo mucho que me gustó la primera edición, estaba ansiosa por conocer el cartel de la segunda edición. Y realmente, solo leyéndolo en diagonal en cuanto salió dije en mi casa: me voy a Galicia yo sola. Black Eyed Peas, una de las bandas de mi adolescencia y Vetusta Morla, de mis favoritos actualmente. Solo me bastó leer esos dos nombres. Luego más detenidamente, Iván Ferreiro, Bastille, David Guetta, ELYELLA, Shinova (aunque a estos dos últimos no pude verlos finalmente)… Que sí, que me voy.
Una escapada a la otra punta de la península y a mi aire fue algo que no hizo mucha gracia en mi casa. Pero si voy sola a conciertos a Barcelona o Girona, ¿qué tiene de malo que me vaya unos días a Santiago de Compostela? No obstante, lo acabaron entendiendo y fue algo que me vino muy bien para despejar la mente y desconectar un poco en una época de muchísimo trabajo y estrés. Mañanas de perderme con los auriculares por las calles de Santiago y tardes-noches de festival.
Al igual que en 2018, fui acreditada, así que iba con expectativas de hacer unas crónicas decentes y de daros contenido por Instagram. El primer día fue un ir y venir de escenario en escenario, dónde vi a Alice Wonder, Second, Molina Molina (con quien pude hablar en la zona de prensa después de su concierto), Kitai o Bastille. Primeras filas mi obsesión en el escenario Galicia y un powerbank como complemento ideal para mi móvil. Aproveché bastante para observar como trabajaban fotógrafos y otros medios que también cubrían el concierto, para así aprender. Sí, realmente me tomé esta escapada al festival como aprendizaje. Además que me llevo bandas para el recuerdo como Moito! e Igloo con los que tengo contacto y espero que más pronto que tarde poder compartir algún directo.
Algo que voy a recordar con mucho cariño es como cerca de 30.000 personas se dejaron el alma con Iván Ferreiro. No concibo como un artista que a priori es de salas, puede meterte en una burbuja y hacerte creer que estas en una sala en formato reducido. Aunque el plato fuerte del festival fue Rosalía, por todo el hype y el exitazo que cosecha, mi momento cumbre del festival fue además de Ferreiro, Vetusta Morla. Poco puedo deciros ya que no sepáis sobre mi admiración hacia la banda de Tres Cantos, pero justamente ese día me dio demasiado fuerte su Copenhague… Dejarse llevar, suena demasiado bien, nunca saber dónde puedes terminar, o empezar. Cobró más sentido que nunca y fue un punto de inflexión. Además de una frase que dijo Pucho en uno de sus speeches y que define bastante mi amor y admiración hacia la música: la música se transforma en emociones.
Realmente me di cuenta en este viaje lo que era capaz de hacer por la música, y de lo mucho que me llega a llenar. Sabía que no iba a ser ni el primero ni el último con estas características.
2020 | Malditas ganas
Con mis planes iniciales para 2020, veía improbable que pudiese ir a Santiago en esta tercera edición. No obstante, ya tenía bloqueado el alojamiento por si las moscas. Una semana antes que el COVID nos hiciera cambiar radicalmente nuestra vida, el O Son Do Camiño presentó el cartel para la edición 2020. Y no os voy a mentir, nada más verlo decidí no mover ficha este año, al menos con abono completo. El estilo del festival que los dos años previos se había movido sobre todo entre el indie, rock, pop y electrónico, daba bastante peso a lo urbano, además como cabeza de cartel. Un movimiento muy valiente por parte del festival.
Nombres como Liam Gallagher (asignatura pendiente dónde las haya), Foals, Editors, Chemical Brothers, Rayden, Miss Caffeina o Xoel López me empujaban a ir si el festival no se celebrase a 1200 km de mi casa. Así que a priori, daba un paso al lado y si las entradas de día el precio de los vuelos lo compensaban, a lo mejor hacía una escapada express. Pero no llegamos a ver el cartel por días debido a que se decretó el estado de alarma y ya sabemos qué ha pasado este año con los festivales. La tercera edición del festival, si todo va bien, se celebrará los próximos 17, 18 y 19 de junio de 2021, en el año del Xacobeo. Por lo que todo apunta que será una edición memorable en todos los aspectos.
¿Tendremos edición 2021 con la que tenemos encima? ¿Iré al festival? Son preguntas a día de hoy sin respuesta. Son opciones que contemplo, pero que todo depende de factores que no están en mi mano. Amo la música en directo, amo Galicia, amo sus gentes y amo la organización del festival. El tiempo dirá, y espero volver al O Son Do Camiño en alguna edición. En principio el festival contaba con ediciones hasta 2021 (coincidiendo con el Xacobeo), pero con el éxito de venta de entradas y afluencia de público en estas ediciones anteriores, tengo el presentimiento que habrá ediciones para rato.