Dorian con Santi Balmes. Fotografía: Festival Cruïlla
Amanece algo nublado en Barcelona, pero sigue pegando un calor duro, con bochorno, como siempre es habitual en la Ciudad Condal. Esta vez estoy con mi compañera Esther y la gran Agustina, que me acompañarán por sorpresa en este último día. Entramos en el recinto y solo con ver alrededor, se puede respirar otro ambiente muy diferente a los días anteriores y es que, algunos nombres del día atraen a un público LGTB en época del Orgullo, generando una atmósfera festiva muy agradable.
Years & Years
Nos dirigimos al escenario principal para poder disfrutar de una banda bastante grande para estar situada a las siete de la tarde. El trío británico de synthpop formado por Olly Alexander, líder y showman, Mikey Goldsworthy y Emre Türkmen, con una nueva baterista a los mandos del ritmo con mucho talento y muy prometedora (Paris Jefree), llevaron un escenario con diferentes pisos, escaleras y un juego de luces muy bonito que no se acabó de disfrutar a plena luz del día.
Years & Years montaron una fiesta en el Cruïlla y se colaron en mi lista de bandas perfectas para mejorar un cartel de festival. Desde el primer momento hicieron bailar a un público con una gran cantidad de fans y que ni la, por otro lado, breve lluvia pudo parar. La simpatía de Alexander hacía sonreír al público cada vez que hablaba entre canción y canción y su eurovisivo espectáculo hacía pasar el tiempo volando. Hay que destacar ese enorme vestido que se puso el vocalista que, alzado a más de 4 metros lucía tan majestuoso.
En cuanto al setlist, no se pudieron dejar demasiado, nunca afloja el nivel, desde Shine a Meteorite, pasando por Take Shelter, Palo Santo o All For You y su gran hit, King que cerraba un concierto del cual se puede decir poca cosa mala.
Dorian
Me dirijo acompañado hacia el escenario Cruïlla Enamora, muy instado por mis amigas para ver a Dorian, banda que no había visto nunca en directo pero que he escuchado bastante, sobre todo su último álbum de estudio, Justicia Universal, que ha gozado de bastante éxito y con razón.
La música de los barceloneses es agradable para un festival y eso ya se sabe de antemano. Ellos incorporan un sonido un poco más indie al pop rock español de toda la vida, que siempre ha tenido éxito y se ha exportado bien. Dorian son precisos, saben imprimir de la energía necesaria para aportar en directo y cuando les ves sabes que estás viendo a una banda agradecida por todo lo bueno que les ha pasado.
Con su entretenida presencia escénica y montaje de luces, mantienen la atención entre ganchos melódicos y estribillos pegadizos. Arrancan el concierto con prácticamente exclusividad del último álbum con temas como Noches Blancas, La Isla, Señales, Justicia Universal y Buenas Intenciones, entre otras, recibidas casi como grandes éxitos. Se nota que su público estaba ahí y que quieren hacer un concierto especial para ellos. Tan especial que ahí esperaba Santi Balmes de Love Of Lesbian para subir al escenario a cantar Los Amigos que Perdí, en un momento poco corriente.
La Tormenta de Arena, Cualquier otra Parte, Hasta Que Caiga el Sol y para casa, habiendo gastado gran cantidad de confetti, en una fiesta y un directo para nada olvidable.
Kylie Minogue
Me acerco a ver a Kylie Minogue sabiendo que iba a ser un trozo corto, porque en el escenario Radio 3 está tocando una banda que me interesa muchísimo. La cabeza de cartel me interesa por ver cómo mantiene el tipo tras una larga carrera y cómo una diva presenta en directo su set. Por lo que pude ver, la australiana tiene clase. El escenario que tiene montado es espectacular, lleno de objetos, puertas, luces, atrezzo, bailarines, músicos y ella, en medio, que sabe mantener la atención delante de una multitud, no con la energía que se le espera a una artista joven, pero sí con carisma y una voz que aún se mantiene bastante bien, espectáculo que os aseguro que vale la pena ver.
Cala Vento
En el escenario Radio 3 me espera mi banda más esperada del día, los chicos de L’Empordà, que lo petaron en críticas con su álbum Fruto Panorama y presentan un proyecto muy especial, Balanceo Que Te Veo, que está teniendo buena acogida.
Con solo batería y guitarra y dos voces, el dúo catalán suena de una forma especial en directo. Sus imperfecciones al cantar y la simplicidad del sonido hacen que la idiosincrasia de la banda tenga una personalidad especial, que combina a la perfección con esas letras personales.
Cala Vento lo dieron todo en el concierto del Cruïlla, seguro que iba a ser un concierto increíblemente especial para ellos y, aunque se les notara algo distantes a veces, por un problema personal que explicaron en el escenario, su profesionalidad es intachable e hicieron disfrutar como siempre al público asistente. Recuerdo con especial cariño temas como El Mejor Momento de mi Vida, Estoy Enamorado de ti, o Gente Como Tú, que algunos fans en el público cantaban y una gran mayoría de gente que parecía no conocerles disfrutaba con el espectáculo.
El concierto solo fue a mejor, cuando entre varios conseguimos generar pogos en la audiencia y contagiar de nuestra energía a algunos tímidos asistentes mientras sonaban temazos de la talla de Abril, Isabella Cantó y la gran Isla Desierta, para terminar un concierto de alta calidad.
Love of Lesbian
Bastante cansado, pero con ganas de que el día no se acabe nunca, acabo cerca de las primeras filas del escenario principal, ya reuniéndome otra vez con mis amigas, que iban a mejorar la experiencia de mi primera vez viendo a Love Of Lesbian, sí, mi primera vez, estas cosas pasan.
Los catalanes no me entusiasman, si bien no son para nada una mala banda y tienen algunas canciones algo interesantes. Esa noche fue la demostración de su poder de convocatoria y de que son uno de los grandes del movimiento «indie» de la década pasada en España, al menos en cuestión de números.
Con canciones como 1999 y Nadie Por Las Calles arranca su set, que nos deja ver a un conjunto experimentado, preciso y con un sonido claro y muy trabajado. Pese a la gran cantidad de músicos que hay sobre el escenario, ninguno destaca por encima del otro, sonando como una sola unidad. Santi Balmes es un buen frontman y tiene una forma personal de moverse y atraer la atención, además de efectiva, aunque a veces su forma de cantar hace que no se le oiga del todo.
Nos esperaban sorpresas, como Cuando No Me Ves con Marc de Dorian, devolviendo la colaboración que habíamos podido ver horas antes o Balmes colgándose la bandera LGTB que le dieron desde el público, que él, como buen showman, aprovecha para mejorar el espectáculo.
Los fans disfrutaron el concierto cantando cada letra de todas las canciones y con una setlist bastante adecuada, repasando sus últimos álbumes (I.M.T, La Noche Eterna…) y bastantes revisitaciones de su gran álbum, 1999 (Club de Fans de John Boy, Algunas Plantas, Incendios de Nieve…) todas ellas bien recibidas por el extenso público, aunque, en mi opinión, su directo, pese a ser preciso y aportar energía al álbum, necesita a veces un poco de emoción e inventiva.
Elyella
Con el público cansado pero con ganas de fiesta, aguantamos un poco para ver a Elyella, dúo que recomendamos en nuestro artículo sobre el cartel del festival y que nos dieron un poco de inyección de energía, con su forma de mezclar y reinterpretar éxitos de la música más alternativa y temas propios con un escenario minimalista pero potente y que fueron el cierre perfecto para la edición de este año.
Vuelvo a casa, recordando muchos momentos de estos 3 días en los que he podido asistir a una celebración de la música y de la cultura en todo momento y a una organización muy buena que espero que no pare de mejorar. Un éxito de edición.