Es imposible ocultar nuestros gustos personales. Todo el mundo prefiere al Barça o al Real Madrid en el fondo de su corazón. A LeClerc o a Sainz. El salado o el dulce.
Todos tenemos un primer amor, ese que no se te olvidará nunca. Un primer grupo musical favorito, que consiguió que quemáramos sus discos hasta el hastío y que recordaremos para toda la vida.
Todos tenemos esa relación especial con algo. Alguien. Un recuerdo. Una videoconsola… Un festival.
Mi festival es el Low Festival, como periodista musical he tenido la suerte de visitar muchos eventos musicales, he estado en otros muchísimos festivales, tanto como público como periodista oficial y, quizá por cercanía, quizá por ambiente, quizá por puro romanticismo, Benidorm siempre me recibe con un sabor especial.
Este año me acompañaba como compañera de La MusiKalité nuestra editora, correctora y escritora Salo, además de un grupo de cercanos amigos que iban como público general dispuestos a pasar 3 días de música, risas y fiesta.
Después de la hora de viaje en Tram, donde ya podíamos ver quiénes iban de camino al festi y quiénes no (había gente ya debatiendo cuál iba a ser el setlist de Dorian), llegamos a la zona de acreditaciones donde, después de esperar un poco, nos dieron nuestros respectivos pases y pudimos lanzarnos a la aventura.
Benidorm volvía a ser nuestra compañera.
El Low Festival volvía a empezar para nosotros.
DORIAN: VALOR SEGURO

Ese día nuestra agenda empezó con Dorian, grupo al que ya hemos visto varias veces y que siempre consigue arrancarnos a bailar con algunos de sus temas más míticos.
Esta vez los catalanes venían presentando su último disco, Ritual, lanzado este mismo año y que contiene varios éxitos que se pudieron vivir en directo, como Dos Vidas o Dual, que presentaron con un alegato anti-homofobia que emocionó y arrancó los aplausos de varios de los presentes.
Las nuevas canciones encajaron en el setlist, si bien la elección general de la banda no le dio un excesivo protagonismo al nuevo disco, sí que se pudo notar a un público entregado y muy abierto a disfrutar de todos los nuevos éxitos de la banda como si fueran los más “old school” de su carrera.
Dorian siempre consigue reunir al público más entregado, respetuoso y con ganas de disfrutar de todos los festivales a los que van. Siempre es un gusto ir a sus conciertos porque, aparte de que la banda tiene muchas tablas y se saben defender sobre un escenario como si fuera su propia casa, sus fans son gente muy simpática y amante de la música. Da gusto pararse a tener pequeñas charlas o bailar con completos desconocidos mientras suenan algunos temas de Justicia Universal (mi disco favorito de Dorian) de fondo.
El final con A Cualquier Otra Parte, Tormenta de Arena y Energía Rara fue un excelente combo, posiblemente la mejor selección posible para finiquitar un concierto de una banda que por cada año que pasa, cada festival que visitan o gira que realizan, parecen coger más experiencia y energía sobre los escenarios. Son realmente incansables.
Echamos de menos los confetis, pero bueno, se lo perdonamos y nos lo guardamos para la próxima.
METRONOMY: PURA ENERGÍA INGLESA
Después de una horita de descanso en la que pudimos tomar agua, retomar fuerzas y descansar las piernas, llegamos (quizá demasiado justitos de tiempo) a ver uno de los grupos que más ganas teníamos de disfrutar en vivo: Metronomy.
No voy a mentir, personalmente soy un gran fan de su álbum de 2019, Metronomy Forever, el cual quemé muchísimo en su día, además de oír bastantes temazos de la banda como The Look o The Bay, de su disco The English Riviera.
Metronomy fue un concierto con mucha energía y lleno de buenos bailes sin parar, con unos temazos como Love Factory, The Bay y Corinne como apertura del show en vivo en el Low Festival.
La banda mostró siempre un respeto absoluto por el público de Benidorm, llegando incluso a pedir perdón diciendo que ese día no estaba siendo uno de sus mejores shows (si eso es verdad, no me puedo imaginar cómo serán los mejores).
El concierto avanzaba, pasando por temas como The Light, Boy Racers o la siempre increíble Salted Caramel Ice Cream y hay una cosa que me llama la atención y es que todo el grupo canta. Desde guitarrista hasta batería, algunos más y otros menos, pero todos tienen su oportunidad de enseñar su talento vocal y es que todos cantan muy bien. Esto hace que el concierto sea mucho más interesante de ver al aportar tantas voces distintas, enriqueciendo cada uno de los temas.
Y es que Metronomy es uno de esos grupos que funcionan mucho mejor en directo porque el instrumental es SOBRESALIENTE, especialmente la batería, alma del grupo sin ningún tipo de duda, siempre consiguiendo arrancar con energía sin parar.
El final del concierto fue completamente apoteósico con un combo con The Look, Love Letters y You Could Easily Have Me, posiblemente la mejor canción de todo el directo, cerrando con un instrumental de puro guitarreo y energía rockera que corta de repente dejándote sin respiración y obligándote a preguntarte si eso es todo, si ya se ha acabado… Porque se te ha hecho el concierto muy corto, porque lo has disfrutado de principio a fin.
NATHY PELUSO: LA MÁS PELIGROSA DEL LUGAR

Tras otra hora que nos permitió reponer fuerzas, el escenario principal, el escenario Vibra Mahou, nuestro hogar en el primer día del Low Festival 2022, nos recibió otra vez.
Mientras sonaban en el escenario Radio 3 los primeros acordes de Triángulo de Amor Bizarro, en el escenario principal se empezaba a acumular un público muy joven con ganas de ver uno de los espectáculos más esperados del día, el de la argentina Nathy Peluso.
Tras unos minutos de espera, un foco enfoca el centro del escenario y, tras un telón semitransparente, se puede ver la figura de la gran protagonista de la noche, que se preparaba para comenzar el concierto con CELEBRÉ, una canción con una introducción increíble que encaja perfecta para dar el pistoletazo de salida a un show en vivo como el de Nathy.
La artista venía presentando CALAMBRE, su disco de 2020 que ahora por fin podrá darle tralla en vivo tras unos años de pandemia que no han sido buenos con nadie del panorama musical.
El concierto fue más de una hora en la que el ritmo latino se apoderó del escenario desde el minuto 1. Nathy Peluso tiene una puesta en escena y una energía sobre el escenario contagiosa y que rápidamente se pegó a su público, que se lanzó sin duda a saltar, gritar y bailar todas y cada una de las canciones que tenía la argentina en su repertorio.

Y es que, si CELEBRÉ ya es un buen inicio, SANA SANA es una continuación perfecta, no por menos ambas canciones van seguidas en el disco, pero es que este segundo himno, popularizado también por el show de COLORS donde Nathy lo interpretaba, encendió al poco público que quedaba sin volverse loco y abandonarse a la locura fusión que proponía la cabeza de cartel del primer día.
El ritmo se rebajó un poco con BUENOS AIRES, donde Nathy Peluso dejó brillar más su talento vocal y el de su grupo y sus coristas mientras que PURO VENENO arrancó a bailar a todo el público a base de un potente ritmo latino y una Peluso completamente desatada sobre el escenario, con una energía, como poco, envidiable.
El siguiente punto importante del concierto llegó con Ateo, el exitazo que la argentina comparte con El Madrileño, del que ya pudimos ver en el Spring Festival la versión de C. Tangana y que ahora disfrutamos la de Nathy Peluso en el Low Festival.
Mientras que C. Tangana saca adelante una versión prácticamente igual que la de estudio, siendo pura bachata y baile, Nathy Peluso propone una versión más lenta e íntima, centrada en su actuación vocal y que, aunque gran parte del público se lanzó a bailar por parejas ante este inmortal temazo, la versión de la argentina consiguió quedarse más en mi cerebro que la de El Madrileño, siendo ambas magistrales.

MAFIOSA, uno de los mejores y más poderosos temas que tiene Peluso en su repertorio, dio paso al que posiblemente fue el momento cumbre de la noche con la BZRP Music Sessions #36, donde la diva de la noche salió al escenario con una cámara en el micrófono que le permitió tener unas escenas absolutamente apabullantes en las pantallas gigantes del escenario Vibra Mahou que dejaron al público impactado mientras saltaba al ritmo de la que, posiblemente, sea una de las mejores sesiones de la historia de Bizarrap. Así lo digo.
Con esto, llegábamos a la parte final del concierto, una elección musical increíble con una puesta en escena con su propia narrativa aún más interesante.
El último empujón lo comenzó Business Woman, donde Nathy Peluso fingía sobre el escenario ser una boxeadora mientras cantaba, incluyendo hacer sparring al aire, saltar a la comba o hacer una rutina de ejercicios típicos del entrenamiento de un boxeador. Todo con una puesta en escena que permitía la total fantasía que Nathy proponía.
La narrativa siguió cuando empezaron a sonar las alarmas y empezó la canción EMERGENCIA, la que Peluso hizo para Playstation y su juego Horizon Forbidden West, donde la cantante fingía estar recuperándose de su sesión de entrenamiento iniciada en Business Woman y volvía así a través de la música. Un show completamente increíble.
El broche de oro lo puso con Vivir Así Es Morir de Amor, la particular versión de Camilo Sesto, donde se metió a todo el público completamente en el bolsillo, coreando uno de los temas más míticos del alcoyano (que nos pilla de cerca) y dejándose completamente la voz en un cierre espectacular a un concierto sin peros. Repetiría sin duda, verdaderamente disfrutable.
En el tram de vuelta, con algunas canciones de Joe Crepúsculo sonando de fondo, nos marchábamos un grupo de jóvenes cansados, pero sonrientes.
Había vuelto el Low Festival.
Y esto solo acababa de empezar.
¡Volved pronto para la crónica del 2º día, con Carolina Durante, Amaia y más!
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