En la fotografía: el público del MareaRock Festival celebrando el Día de la República de una forma muy musical. Fotógrafo: Álvaro Pascual Bascuñana.
El 14 de Abril me desperté con un buen humor fuera de lo usual y es que, por fin, iba a ir a uno de los festivales que siempre he tenido pendiente pero nunca he llegado a asistir: el MareaRock Festival de Alicante.
Para los alicantinos como yo, el MareaRock es un festival muy famoso que todos los años, suele traer una gran selección de rap transgresor, reggae, ska y punk a la provincia. Pero es que no sólo era mi primera vez en el festival, también iba con el que he bautizado “mi mejor amigo de conciertos”, el que iba a hacer de fotógrafo conmigo, Álvaro.
Subimos al coche, relajados y comentando los nervios que teníamos por ver el festival, por disfrutar de uno de los últimos conciertos de La Raíz o por ver cómo se había montado el recinto en el parking de la Facultad de Educación de la Universidad de Alicante.
Llegamos tras un corto viaje y fuimos a acreditarnos, fue un proceso rápido y muy cómodo (mis 10 a eso) y, tan sólo en la puerta, ya nos encontramos a varios amigos de la ciudad, algo que pareció que iba a ser habitual. Parecía que todo se iba a quedar en familia.
ARPAVIEJAS: PUNK ROCK EN VENA
Entramos al recinto a ver a Arpaviejas, grupo sustituto de Sons of Aguirre, que se disponía a cerrar la tarde sobre el escenario del MareaRock Festival.
El concierto de Arpaviejas nos impresionó para bien, un buen grupo de fans de la banda se reunían entre el público, dejándose la voz con algunos trallazos que entonaban, un grupo de punk rock hasta ese entonces desconocidos para mí, que hacían un buen trabajo sobre las tablas.
Gritos, mucho ruido y mucha actitud fue lo que trajo Arpaviejas a un MareaRock que, lejos de estar lleno, ya empezaba a agrupar gente con banderas republicanas, tanto en las manos como pintadas en la cara, fue cuando me di cuenta de que, efectivamente, el MareaRock 2018 se celebraba el día de la República, y sonreí, pensando que encajaba a la perfección con el tipo de música que allí sonaba e iba a sonar a lo largo de la tarde.
GATILLAZO: LA LOCURA DE LOS FANS
Tras terminar de ver el buen show de Arpaviejas y repararnos tomando algo de agua y saludando a algunos colegas fuera del recinto, nos volvimos a dirigir al escenario para ver el que iba a ser el primer plato fuerte del festival: Gatillazo.
El grupo de Evaristo y compañía salió al escenario entre gritos de un público entusiasmado con ver a uno de los grupos más veteranos del cartel y muy pronto dejaron claro que querían dar un show único.
Con Evaristo como principal centro de un irreverente y rebelde show, Gatillazo lo dio todo sobre el escenario tocando un repertorio de sus mejores temazos, entre los que destacaron para el público Sr. Juez o Mucha Muerte, de las canciones más gritadas de la noche.
Y es que del público quería hablar, porque Gatillazo fue una auténtica y completa LOCURA. El primer gesto que nos extrañó tanto a Álvaro como a mí mismo (aunque, siendo sinceros, nos dio mucha ternura) fue la imagen de un niño completamente punky en primera fila. Con tapones en los oídos, una muy corta edad y siendo ayudado por sus padres para poder ver bien, el pequeñajo lucía una cresta mohicana y con las manos haciendo el símbolo de los cuernos no cesaba su headbanging. Ese chaval sí que va a ver muuuchas ediciones del MareaRock si sigue así.
Después empezó la completa locura, mientras Gatillazo seguía tocando sus himnos sobre el escenario y Evaristo haciendo su gestualización de rigor, simulando a veces como que cagaba, otras haciendo gestos amenazantes y otras simplemente dejándose llevar por la locura de su propia música, vimos como un joven fan de primera fila tomaba sus fuerzas y saltaba la valla, corriendo al escenario para saludar a su grupo favorito y cantar un poco con Evaristo, que muy simpático, colaboró con el fan y le dio un apretón de mano para despedirlo.
Pero no fue el único.
Por un momento el concierto de Gatillazo se volvió una locura de fans subiendo a abrazar a Evaristo para luego saltar de nuevo al público, pogos, gritos en primera fila y mucha mucha emoción y conexión entre un grupo y público que se entendían a la perfección en todo momento y lo demostraban a cada segundo.
Un concierto curioso de ver, pero muy disfrutable, sin duda.
DESAKATO: EL GRITO ASTURIANO RETUMBA EN ALICANTE
Después de una apresurada cena rodeados de apresurados festivaleros con camisetas de La Raíz, nos fuimos corriendo al recinto para ver al que era, personalmente, mi grupo más esperado del día, Desakato.
El grupo de… ¿hardcore punk? ¿punk rock? Si habéis oído Desakato sabéis tan bien como yo que es difícil definirlos porque hacen de todo y, lo mejor, todo lo que hacen suena bien. Por supuesto, esto se traduce en el directo.
En un concierto que no sé cuánto duró pero a mí se me hizo muy corto, el grupo asturiano reventó Alicante con gritos, un instrumental brutal y una forma de jugar con el público totalmente next level.
Era mi primera vez viendo a Desakato y todo el rato estaba con la boca abierta y pensando lo buenos que eran y lo bien que sonaban, pero no sólo eso, me impresionó la forma que tenían de dar show en todo momento.
Muchos momentos destacaría del concierto de los asturianos, Animales Hambrientos fue todo un momentazo que llegó pronto en el show y revolucionó al público, haciendo que si algún rezagado todavía no había conseguido despertar, lo hiciera de una sola dosis de energía en directo. Pero es que Desakato querían que los festivaleros allí reunidos marcharan con un recuerdo imborrable, por ello Pepo, cantante y screamer del grupo, no dejó de contactar con el público en todo momento, saltando en varias canciones, haciendo crowdsurfing, cantando y gritando desde la valla del foso y lanzando buenas palabras al País Valencià, a su Asturias querida y a Moderdonia (buen guiño al genial programa La Vida Moderna, de la SER).
Aunque si hubo dos instantes que recordaré toda mi vida, fue el momento en el que Pepo instó al público a hacer un wall of death, dividiendo el público en dos mitades de “capitalistas liberales hijos de p…” (según sus propias palabras), representados por los partidos políticos de UPYD y Ciudadanos. Brutal momentazo de todos los alicantinos gritando UPYD antes de chocarse entre ellos mientras la canción del momento rompía de fondo.
También fue impresionante cuando, acercándonos a la parte final del concierto, Pablo se quedó a solas con el escenario, su guitarra y el público, y se animó a cantar Cada Vez en una sentida parte acústica, que no tardó en romper con la banda al completo en uno de esos momentos inolvidables de la noche.
Con el concierto terminado y los aplausos sin parar, Pepo bajó al foso y dio a sus fans regalos, abrazos e incluso se hizo unas fotos. Chapó por él.
(No puedo terminar el fragmento de Desakato sin recomendaros fervientemente Antártida, su último EP de 5 canciones que son todas ellas una joya. Sin duda uno de los lanzamientos nacionales del año).
LA RAÍZ: NOS VOLVEREMOS A VER
Tras descansar y charlar un rato con los chicos de Desakato, fuimos otra vez a prepararnos a ver a los cabezas de cartel de la noche, La Raíz, que con esta gira anunciaron que tomarían un descanso indefinido en sus quehaceres musicales, por lo que la cita era imprescindible (de hecho, se hizo sold out en el festival) y los fans, tristes por una parte pero nerviosos, se congregaban entre el público, banderas republicanas en mano, para recibir al grupo como si de su casa se tratase.
Así, las luces se apagaron y los gritos empezaron, con una introducción exquisita gracias a esa preciosa voz que cuenta La Miseria de sus Crímenes, miles de corazones alicantinos gritaban a pleno pulmón y se emocionaban cuando ya tocaba cantar ese somos mil manos, haciendo un túnel… que marcaba el principio de Entre Poetas y Presos, la primera canción del show que se disponía a darnos La Raíz.
Yo, ingenuo y primerizo en un concierto del grupo allí presente, lo primero que pensé fue… “Joder, ¡son muchos!” y es que con cuatro cantantes y otros tantos músicos en la banda, La Raíz dio un show lleno de movimiento, míticos temas y un público que, posiblemente, al día siguiente estaría afónico.
Borracha y callejera, Muérdeles, Jilgueros… todos temas muy aclamados por la gente que se reunía a ver a La Raíz, pero si tuviera que destacar canciones en concreto, diría, sin dudas, El Circo de la Pena, una canción con tanto sentimiento que dolía de oírla y me emocionó hasta niveles que no esperaba en mí mismo. Suya Mi Guerra también fue un momentazo del concierto, con linternas y mecheros en mano, el público se dejó la voz con un momento completamente sentido en el que La Raíz y el MareaRock fueron uno.
Y, por supuesto, Rueda la Corona.
Tengo una historia interesante con esta canción. Cuando la curiosidad me mató y me lancé a escuchar La Raíz, Rueda la Corona fue su tema que consiguió engancharme a ellos, no sé si fue la letra, el ritmo, el videoclip o una mezcla de todo, pero esperaba en el concierto esta canción como agua de Mayo, pese a que sabía que iba a ser un momento agridulce, puesto que era plenamente consciente de que suele ser una de las últimas piezas del setlist. Aún así, mentiría si no dijera que me dejé garganta y pulmones en una de las memorables canciones del grupo estrella de este día.
Con Nos Volveremos a Ver, La Raíz cerró el concierto y marchó, no sin antes dejando unas preciosas palabras para Alicante, para el MareaRock y para su público en general, que, algunos entre lágrimas y otros con sonrisas agridulces, se perdieron en aplausos ante uno de los referentes de la escena musical rock española, que demostraron sobre las tablas que su fama es merecida, con un show sólido, entretenido y muy muy sentido.
Solo nos queda decirles que nos volveremos a ver, o eso esperamos, porque no queremos que La Raíz se acabe nunca.
TRASHTUCADA: HORA DE ANIMAR LA FIESTA
Con el sabor de una despedida todavía en la boca, pensamos que la mejor forma de quitárnoslo era ir a por alguna bebida en una de las barras del festival, donde nos encontramos con unos cuantos amigos, con los que discutimos sobre los mejores conciertos del día, sobre qué tal habían sonado La Raíz o sobre que, al parecer, había salido en las pantallas del festival sin que me diera cuenta (de verdad, lo siento por los afectados) así pues, y con una cantidad menor de gente en el escenario, fuimos para disfrutar de Trashtucada.
El grupo de Chiclana salió con muchas ganas de dar la dosis de lo que mejor saben dar: pura fiesta. Con su mezcla de géneros y mucho ritmo, el único grupo con presencia femenina del festival (esperamos que el año que viene no sea así) fue, sin duda, el más fiestero de la noche.
Temazos, bailes, ocurrencias del grupo que hacían reír hasta al agente de seguridad que teníamos delante (un hombre muy simpático, por cierto), hicieron del concierto de Trashtucada una experiencia genial y muy muy ligera que nos encantó desde principio a fin y que siempre querremos repetir si podemos en cualquier festival que coincidamos con el grupo.
Si nos tenemos que quedar con un momento, fue cuando cerraron con su mayor temazo, De Festi? Vale!, en el que no pudimos evitar correr hacia el público y meternos en un buen pogo, bailar y disfrutar con los valientes del MareaRock que seguían allí dejándose los pies a las tantas de la noche.
¡Esperamos coincidir mucho más con este gran grupo! Se merecen más reconocimiento del que tienen, os lo aseguramos.
CONCLUSIÓN: EL MAREAROCK SE QUEDA EN FAMILIA
No podía cerrar el post sin hablar de algo muy importante para mí y que me encantó ver en el MareaRock, el ambiente familiar que se forjó. Todo el mundo se conocía y tú conocías a todo el mundo.
Además, estuvo presente la genial iniciativa del Punto Violeta, instalado justo al lado del punto del Servicio Médico, al que nos acercamos por el final de la noche y nos informaron de forma simpática y encantadora, además, nos contaron que estaban muy contentas, puesto que había sido una jornada muy tranquila y la única agresión machista fuerte que había ocurrido se solucionó de forma rápida expulsando al acosador fuera del festival. Sin duda, apoyamos y agradecemos mucho el trabajo que hizo la Brigada Enriqueta Otero, el colectivo de Tutifruti Kombat y el de Resistencia Bollera, que hicieron del MareaRock Festival un sitio lo más seguro posible ante el machismo de nuestra sociedad.
¡Por más puntos violetas en festivales!
Y por más festivales con el buen rollo del MareaRock, que, sin duda, repetiremos el año que viene.
Por cierto, disfruta de todas las fotos de Álvaro en nuestro flickr oficial. ¿Te ves en alguna?
La MusiKalité 