En la fotografía: los increíbles fans de Saurom no se despegan de la primera fila para ver a su grupo favorito. Fotógrafo: Jordi Laguía Morales
Despertarse, desayunar, limpiar, cambiarse, mirar el tiempo y…
Se predice lluvia.
Con un suspiro, el grupo de amigos tuvo que empezar a aceptar lo inevitable, íbamos a sufrir una de las famosas lluvias del Viña. La noche anterior nos salvamos, puesto que el momento tormentoso comenzó a las 5 de la mañana, estando ya nosotros en casa y posiblemente más en el mundo onírico que en el terrenal, pero el 2º día parecía que no nos íbamos a librar.
Pues bueno… lo hicimos. Apenas chispeó, así que pudimos disfrutar de la segunda jornada. ¡Vamos a contároslo!
SAUROM: UNA SERIE DE CATASTRÓFICAS DESDICHAS

Parece que, aunque nosotros nos libramos de la tormenta, el Viña Rock no tuvo la misma suerte y hubo algunas víctimas del mal tiempo, entre ellas, estuvieron los grandes de Saurom.
Uno de los grupos que estrenaban el escenario Villarrobledo, el 2º del día después de Konsumo Respeto, tienen una propuesta curiosa en sus directos, para quien no los haya oído, Saurom son un grupo de folk metal con un aire medieval en el que usan violines, gaitas, todo tipo que podáis imaginar de guitarras, flautas traveseras… Pues configurar todo aquello debería de ser un lío, porque el concierto, originalmente de una hora y diez minutos, se perdió media hora configurando el sonido y haciendo pruebas.
Todo fue un momento muy confuso, los periodistas estábamos cámara en mano en el foso, los fans, que ya llenaban una gran parte del recinto, esperaban pacientes el inicio entre cánticos y coñas con el grupo que, muy agradecidos, se disculpaban y regalaban púas y algún que otro chistecillo a su público.

Antes de poder empezar a dar caña en el escenario, Saurom brindó una impresionante presentación a cargo de Wyrdamur, unos artistas que hicieron en el foso una pequeña actuación de brutal folk, como ellos lo definen, haciendo covers de Juego de Tronos entre otras canciones famosas.
Y, tras la espera, comenzó Saurom.
Puedo decir que, para mí, el tiempo perdido mereció la pena. Saurom me impresionaron para bien, y eso que fui con expectativas altas.
La mezcla de metal, folk y la voz potente del líder de la banda sonaron exquisitas en el escenario Villarrobledo. Temazos como El Carnaval del Diablo o Noche de Halloween sonaron como trallazos en una apoteosis de buena música ejecutada perfectamente y una de las voces más personales y, sobre todo, potentes, de la industria musical actual.
Destacable, sobre todo, el temón que fue Músico de Calle, pegadiza, optimista y muy muy animada, una canción que hizo saltar y emocionarse a todo el público y a nuestro grupo en concreto se nos quedó como uno de los himnos del Viña y de los mejores recuerdos que tenemos.
En apenas 30-40 minutos se acabó el concierto dejando el sabor agridulce de ser una gran experiencia que se nos hizo especialmente corta. Una pena, esperamos poder ver a Saurom alguna vez en un futuro en un concierto largo como se merecen.
Mientras salíamos del escenario, entre quejidos de fans doloridos, con ganas de ver a Trashtucada, nos dimos cuenta de una mala noticia. Se nos habían olvidado las llaves. Pues nada, toca recogerlas…
DESAKATO: PURO TERREMOTO PUNK DESDE ASTURIAS

Pues no, no llegamos a ver a Trashtucada por culpa de las dichosas llaves, pero, corriendo, sí conseguimos acercarnos a ver el que, posiblemente, era mi concierto más esperado de todo el Viña Rock: Desakato.
Después de enamorarme por completo en el MareaRock, Desakato eran, para mí, los cabezas de cartel del Viña.
No decepcionaron, pura energía y pura tralla es lo que son este grupo en directo, si nunca habéis tenido el privilegio de escucharlos, deberíais, porque nunca mis palabras les harán justicia a cómo es su show. Aunque lo intentaré, al menos contando los que fueron, para mí, los mejores momentos de su concierto.
El concierto comenzó con Humo Negro, el que es para mí EL temazo de su último EP, Antártida, uno de los lanzamientos nacionales del año, en el que, con pura energía y movimiento, consiguieron despertar al Viña Rock, un público que les ama y se lo demostraban con cada canción, hasta tal punto llegó la locura que la gente tiró abajo las vallas del recinto y se vieron obligados a instalar unas vallas nuevas anti-avalanchas para intentar parar a esos Animales Hambrientos que eran los fans de Desakato.
(¿Habéis pillado el chiste? ¿Sí? ¿No? Vamos, Animales Hambrientos es un temazo, y en directo incluso más, tenéis que haberlo pillado. Vale, lo siento, me voy).
Centrándonos en su último trabajo, Antártida, sonaron también Salvajes, una canción rápida, movida, bastante coreada por la gente y con una intro realmente espectacular y La Cura, un temón indiscutible con un mensaje realmente apabullante y que fue perfectamente ejecutada en directo, demostrando que Antártida, aún siendo un EP, está para quedarse.
Con respecto a sus mejores temazos históricos, nos deleitaron con dos de sus temas en bable, algo que todos queríamos oír, fueron Trompetes de Xericó (con el que fue posiblemente el mejor grito de Pepo en todo el concierto) y Fueu y Solombres, tema de La Teoría del Fuego, muy aclamado y querido por los fans y con una gran base instrumental y una guitarra realmente brutal.
Siendo sinceros, el concierto fue una locura, no sólo lo ocurrido con las vallas, también Pepo saltó directamente desde el escenario hasta el público (algo que casi causa un infarto a mi novia, Pepo, por favor…) e hizo un enorme crowdsurfing hacia prácticamente la torre de sonido (que, por cierto, estaba siendo rodeada de diversos pogos, porque habían pogos hasta en la última fila), más tarde, hizo otro crowdsurfing de vuelta mientras que otros miembros que no logramos distinguir de Desakato, porque estábamos muy lejos y extasiados por todo lo que estaba ocurriendo a la vez, aunque creemos que fue Pablo, bajaron también a tocar sus instrumentos encima del público. La conexión Desakato-Viña fue única. Gritos de amor, gritos de «Viva Viña Rock», de «Puxa Asturies», referencias a La Vida Moderna y lágrimas con Cada Vez (al menos las mías, para qué mentir). Sin duda, Desakato fue toda una montaña rusa de sentimientos, emociones y un espectáculo de punk rock nacional que no tiene nada que envidiar a grandes cabezas de cartel internacionales. Estos chicos llegarán muy lejos, que lo sepáis.
SEXY ZEBRAS: SEXO Y MARIHUANA

Ya los vimos en concierto y no nos los íbamos a perder. Uno de los grupos más relevantes del panorama nacional de 2017 nos pedía a gritos que fuéramos a verles otra vez desatar toda su locura sobre el escenario Smoking del Viña Rock, el que gozaba de una posición genial, una carpa, era pequeñito, íntimo y, lo más importante: tenía una tienda de chucherías por un euro al lado.
Fuera de tonterías y bromas, Sexy Zebras volvieron a regalar un recital de buen rock, sin cortar ni un segundo la locura de su música, temazos como La Polla, Búfalo Blanco o El Semental hicieron que todo el Viña Rock que estaba ahí presente se fundiera en un enorme y eterno pogo que los propios Zebras agradecieron, explicando que en otros conciertos y festivales habían tenido que explicar cómo se hacía un pogo pero que en el Viña parecían bien enseñados. Hombre, pues claro.
Los Zebras, aún con el frío, se atrevieron con su típico look descamisado, sin parar quietos por el escenario, no paraban de soltar trallazo tras trallazo, agradeciendo siempre el amor de un público entregadísimo a los de Madrid, que les daban al Viña lo que ellos querían: una buena dosis de fiesta.
Tengo que admitir que yo personalmente no estuve en mi mejor momento en este concierto, las botas que llevaba ese día me estaban dejando unas ampollas tan grandes que si hubiesen llegado a explotar nos habríamos llevado un susto, pero, aún así, no pude evitar dar algunos brincos, aunque tampoco quiero mentir, y mis pies agradecieron momentos más relajados como Quiero Follar Contigo o Canción de Mierda, muy coreados y vividos por el público, que también aprovechaban para darse algún arrumaco.
Con Machote, el grupo hizo su ya tradicional introducción con “Machete al machoteeeee” pero no sin acordarse del polémico caso de La Manada, algo que estuvo muy presente en todos los conciertos del Viña Rock, en menor o mayor medida.
Finalmente, la siempre deseada y saltada Hijo de Puta cerró un concierto pegadizo, lleno de temazos y mucha mucha fiesta que, aunque duró como todos (es decir, una hora y 10 minutos aproximadamente) se me hizo realmente corto y me dio ganas de más. Como siempre, excelentes los Sexy Zebras.
LA PEGATINA: RUMBA, FIESTA Y MUCHOS BAILES
Uno de los nombres que más veíamos repetidos por las camisetas del Viña Rock (sin contar La Raíz, eso fue un caso aparte), era el de La Pegatina. Parece que los rumberos catalanes mueven a mucha gente y así fue nuestra sorpresa cuando, después de cenar aprovechando que tocaban dos grupos que no nos interesaban mucho (Soziedad Alkohólika y Lágrimas de Sangre. El caso de LDS es que no sabemos cómo siquiera seguían en el cartel, pero bueno, así son las cosas) fuimos al escenario principal y nos recibió la agridulce sorpresa del gentío expectante de que diera comienzo el que prometía ser el concierto más fiestero del Viña Rock.
Voy a ser completamente sincero, conocía muy poco de La Pegatina, poco más de sus temas más míticos como Mari Carmen, Lloverá y Yo Veré o Y Se Fue, pero sí que mi querido amigo Luis decía adorar al grupo y tenía muchas ganas de verlos, así que, como al resto nos picaba la curiosidad, fuimos a ver qué nos deparaban los de Montcada i Reixac.
Fue todo una grata sorpresa, no os voy a mentir.
En su más de una hora de concierto, el grupo no paró un segundo de hacer bailar a todo el recinto del Viña Rock, que se volvió un curioso y cómico amalgama de pogos, circle pits y gente bailando en círculos.
Guitarras suaves, instrumentos de viento, unas voces la mar de peculiares, mucho ánimo, confeti, velocidad, música muy amena y mucho buen rollo es la marca que hace que La Pegatina sea uno de los grupos más codiciados por ver en festivales, y da gusto, da mucho gusto ver a una banda que vive tanto su música, que se lo pasa tan bien sobre el escenario y que da a sus fans un gran rato de buen y divertido directo. Como curiosidad, hasta llamaron a sus colegas de Dubioza Kolectiv, uno de los grupos más esperados del día siguiente, que se les unieron en un momento muy festivo donde incluso se oyó el riff más famoso de Two Doors Cinema Club, What You Know?, y no fue el único, no escatimaron en hacer mini-covers instrumentales para animar a los que, como yo, no fueran grandes conocedores de la discografía de la banda.
Aunque si algo tengo claro es que, a partir de ahora, lo seré.
Y sí, Mari Carmen es genial en directo, sobre todo en un ambiente como el del Viña Rock.
Tras un dramático camino de vuelta en el que creía firmemente que mis pies iban a optar por explotar para acabar con su propio sufrimiento, llegamos a casa, donde, en la cama, calentitos, miré al techo y suspiré, pensando que al día siguiente llegaba el plato fuerte, pero, a su vez, terminaba la experiencia Viñarockera.
Solo quedaba un día.
El del grupo del que más camisetas habíamos visto.
El de La Raíz.
¡Vuelve mañana a leer la crónica del Lunes del Viña Rock 2018!
Y si aún no has leído la del sábado, ya tardas en hacerlo.
Todas las fotos que hicimos de la Jornada 2 están en nuestro flickr.